domingo, 4 de noviembre de 2012

Las “Súper Mamás”, no existen.


Las “Súper Mamás”, no existen.  

Conozco muchos superhéroes, y todos tienen algo en común: “Súper Poderes”. Poderes especiales; algo que los hace únicos y capaces de hacer lo que los demás no podemos hacer.

Algunos superhéroes pueden volar o nadar en las profundidades del mar, otros se pueden volver invisibles a voluntad, tienen una fuerza física inconmensurable, o el poder de lanzar rayos destructores a través de sus ojos o de sus manos. Algunos pueden elongar su cuerpo y otros lo pueden encoger hasta quedar del tamaño de un ratón, y hay algunos que hasta son capaces de generar campos de fuerza.

Yo no conozco a ninguna mamá que pueda hacer algo de eso.

Lo que si he visto son mamás que sin tener poderes especiales, son capaces de hacer cosas extraordinarias.

Las mamás que yo conozco son mamás normales, con manchitas en la piel y manos ajadas, con mirada cansada pero orgullosa de saber que lo que están haciendo, lo están haciendo bien.

Las mamás que yo conozco son mamás que sin tener el poder de hacerse invisibles, solo se hacen ver cuando saben que es necesario.

Son mamás que no pueden volar ni desplazarse a gran velocidad, pero son capaces de estar en varios lugares al mismo tiempo.

Son mamás que no tienen el poder de escuchar a través de las paredes, pero que siempre saben lo que está tramando cada miembro de la familia.

Las mamás que yo conozco no pueden lanzar rayos por los ojos, pero si saben como hacer que su mirada infunda miedo o llene un hogar de ternura.

Tampoco tienen cinco brazos ni tres cabezas, pero logran hacer en un día lo que yo no haría en una semana.

Las mamás que yo conozco hacen cosas extraordinarias, dignas de superhéroes a pesar de haber dormido pocas horas, tener jaqueca, padecer cólicos y una fiesta hormonal que solo ellas conocen. (Estoy seguro de que ningún superhéroe sabe de lo que estoy hablando).

Pero lo mejor de todo es esto: Las mamás que yo conozco, no tienen poderes súper sónicos, ni emiten rayos gama, pero todas tienen el poder único de sabernos tocar el corazón.

En Resumen: No tiene ningún mérito ser un superhéroe si se tienen poderes especiales. El verdadero mérito es parecer un superhéroe siendo una persona normal.  Las mamás que yo conozco, no son súper mamás,  ellas solamente parecen súper mamás, por eso son inmensamente adorables.

Y acá entre nos, no saben el privilegio que resulta estar casado con una de ellas.  
twitter  @manuelhgil

miércoles, 27 de junio de 2012

Cerrando un ciclo

Se terminó el ciclo escolar y los niños del kínder prepararon un festival para celebrar el fin de cursos, el día de la madre y el día del padre.  (Aplauso y palomita para el festejo tres en uno).

Mis hijos me advirtieron que el festival iba a estar padrísimo y que como era una sorpresa no me podían anticipar nada, pero que por ningún motivo me lo fuera a perder.

-          Allí estaré, no te preocupes. – le comenté a mi hija, quien se mostraba más preocupada por saber que este sería su último festival de preescolar.  

El evento comenzó a la hora prevista, yo mientras tanto sorteaba el tráfico en los alrededores del colegio para llegar a tiempo. Encontré lugar para estacionarme como a tres cuadras y corrí tan rápido como pude, pues advertí que el ansiado festival ya había comenzado gracias a la música que se escuchaba hasta allá.

Llegué cuando iniciaba el segundo número, los niños de primero de preescolar bailaban a ritmo de cumbia mientras padres de familia tomaban fotos y video, había como quince niños bailando y más de sesenta cámaras y teléfonos celulares registrando todo lo que sucedía.

Apenas terminaron de bailar los pequeñitos; mi hijo menor entre ellos, cuando mi hija sintiéndose toda una graduada se asoma a la orilla del escenario para ver si su padre ya había llegado.  Todo fue que me viera para que su expresión de preocupación cambiara por una de reclamo. (Lo siguiente sucedió en una fracción de segundo, pero juro que el madrazo lo vi venir). Solo pensé para mis adentros – hijita, regresa a  tu lugar con tu maestra -  pero no fue suficiente.

Plantada en frente de todos los padres de familia y dirigiendo su mirada hacia mi persona me espetó con su estridente voz.

-          ¡PAPÁ, LLEGASTE BIEN TARDE! 

Yo sentí como las miradas de la concurrencia me caían encima, quise voltear hacia atrás para ver si había algún otro papá que quisiera adjudicarse el reclamo, pero era inútil, sabía que no había nadie, y estaba seguro de que la que reclamaba vivía en mi casa.  No había escapatoria, el reclamo era para mí, y delante de todos.

-          ¡Shhhh!  Hijita, vete a tu lugar - Le dije mientras le miraba con ojos de pistola

-          ¡PUES TE PERDISTE LA PRIMERA CANCIÓN Y ESTUVO BIEN PADRE! – me siguió reclamando con los brazos cruzados.

-          Te vi desde atrás, pero tú no me viste  - mentí para ver si funcionaba, pero fue peor.

-          NO ES CIERTO NO HABÍAS LLEGADO -

La audiencia volteaba a ver a mi hija y luego a mí, como si presenciaran un partido de tenis al mismo tiempo que se doblaban de la risa. Yo no sabía si levantar más la voz, fingir demencia o fingir un desmayo. Afortunadamente una maestra intercedió por mi reputación y sacó a mi hija de escena.

 Jamás pensé ventilar un pleito familiar de esa forma.  Sin embargo, me queda la lección de que antes de que alguno de tus hijos haga presentaciones públicas debes enseñarle que “la ropa sucia se lava en casa”

El resto del festival concluyó en forma normal, aplaudimos mucho y no regocijamos de ver a nuestros hijos cantando y bailando aquello que con tanto gusto ensayaron para nosotros. Ellos terminaron felices pues cerraron un ciclo escolar llenos de orgullo y alegría.

Nuestro hijo termina su primer año de enseñanza oficial y próximamente iniciará uno nuevo.

Nuestra hija termina su etapa preescolar y comenzará su preparación primaria, cierra un ciclo e iniciará uno nuevo.

Creo que ese proceso nunca debería terminar en nuestra vida, el desarrollo que como personas tenemos con los años, nos debe obligar a permanecer atentos para cerrar ciclos y abrir ciclos nuevos que nos lleven a explorar nuevos caminos y finalmente a crecer como personas. No podemos ser toda la vida los mismos.  No podemos ser ahora los mismos que éramos hace cinco, diez o veinte años.

Recuerdo a una anciana pintora en los portales del  Museo Monterrey que orgullosa exponía sus cuadros ofreciéndolos en venta: - Comencé a pintar a los 81 años – me dijo, y no supe qué contestar.

Bien pues este blog publicado semanalmente, “como cada jueves” que hoy cumple un año de vida en el ciber espacio,  también cierra su ciclo.  Este ejercicio de estar en contacto con lectores de muchas partes de México y de muchos otros países, me permitió disciplinarme en el oficio de escribir rigurosamente al menos una vez por semana. 

Me siento muy satisfecho de lo logrado durante este año y orgullosamente lo comparto con mis lectores. En total 62 columnas publicadas (todas ellas continúan disponibles para ser leídas), más de 11, 500 visitas a la página, lectores de más de 20 países.  Con el apoyo de las redes sociales, muchos artículos recomendados por los propios lectores, siendo entre ellos el artículo más veces leído “Lo que aprendí de Chespirito” con más de 1,300 lecturas.

Agradezco a todas aquellas personas que alguna vez fueron lectores de este blog, pero agradezco de manera especial a las 31 personas que se suscribieron y  sobre todo a aquellos que semanalmente siguieron las publicaciones y recomendaron o hicieron comentarios sobre las mismas para que otros más las leyeran. Muchas gracias en verdad.

Les advierto, que no se vayan a sorprender si algún día ven una nueva publicación, el blog seguirá activo, sólo que las publicaciones dejarán de ser con la rigurosa exactitud semanal.  

Cerrar un ciclo es el primer paso antes de abrir un ciclo nuevo. Este ciclo se cierra con el ánimo de iniciar otros proyectos. Así que no será un adiós, sino un hasta luego.

Haber gozado de su preferencia, para mí fue un verdadero placer.

Estoy a sus órdenes en el correo arq_gil_ramos@hotmail.com

Y en el twitter:  @manuelhgil

Saludos

Manuel Gil
P.D. Por cierto, también se cerró el ciclo de las campañas presidenciales. Gane quien gane, tengo la esperanza de que el ciclo que ahora se abrirá para nuestro país, sea de mayor prosperidad y bienestar para todos los mexicanos.  Este domingo ¡Vayamos a Votar!







miércoles, 20 de junio de 2012

Carta al próximo presidente de México

Espero que tengas muchas ganas de llegar al poder, porque el reto que te espera es muy difícil. Noventa días de campaña son apenas una probadita, de lo que apenas empieza. A unos días de las elecciones donde obtendrás el triunfo, a pesar de no saber quién eres, sé muy bien lo que te espera.

Te espera más de medio país que piensa que tú no eres la mejor opción para gobernar. Es decir, más de medio país que piensa distinto a ti, es decir, más de medio país que no te quiere como presidente. Miles de personas lamentando que hayas llegado al poder, sin tener la capacidad para ello.

Durante este proceso electoral, el internet y en particular las redes sociales, jugaron un papel que nunca antes habíamos visto. Esto permitió que los mensajes de los candidatos tuvieran mayor penetración, pero también que la gente del pueblo, pudiéramos expresar nuestro sentir y nuestro pensar sobre los candidatos y sus declaraciones.

Bueno pues si eso fue en las campañas, imagínese lo que será en seis años de gobierno. Miles de mexicanos al pendiente de que cumpla lo que prometió, miles de escrutadores viéndolo diariamente y recordándole sus promesas, que de no cumplirlas, pasará a la historia y será recordado como un mal presidente. Lo que Germán Dehesa hizo con Montiel será un juego de niños comparado con lo que ahora pudiera pasar con una sociedad cibernéticamente conectada y mucho mejor informada.

Es cierto que hay muchísimos mexicanos que no tienen internet ni conexión digital alguna, este grupo de gente siempre ha existido y siempre estarán ahí. Pero también es cierto que otros tantos gracias a la tecnología y las comunicaciones, ahora estamos mejor informados, y contamos con mejores herramientas para conocer, entender, compartir, expresar, pero también para investigar, preguntar, exigir y si es necesario exhibir a quién no esté haciendo bien su tarea.

Respetable próximo Presidentes de México, no vaya a pasar por alto sus compromisos de campaña, recuerde con cuánto ímpetu los contrajo y con cuanta jactancia los presumió, tal pareciera que algunos ya estuvieran cumplidos.  Ni por error vaya a pensar que la sociedad le vamos a perdonar el hecho de no cumplirlos o dejarlos inconclusos.

Tampoco vaya a cometer el error de inventar excusas ni querer resolverlo todo con discursos, para cuando lea esta carta, seguramente las campañas habrán terminado, y con ella los discursos prefabricados.  Ahora los mexicanos sólo esperamos de su parte “Hechos”.

Tome en cuenta, señor presidente, que recibe en sus manos un México económicamente estable,  no se lo estamos entregando para que lo ponga de cabeza, no sea como el mal inquilino que arrenda una casa y la entrega después de seis años toda destrozada.

No olvide que prometió velar por la seguridad de los mexicanos, y hacer que la paz volviera a sentirse en nuestras calles,  estaremos ansiosos de que así sea y rápido preferentemente. Tampoco olvide que México ha sido sede de encuentros mundiales donde ha quedado demostrado que somos un país bien posicionado en el escenario mundial.  No podemos perder lo que se ha ganado.

Seguramente apenas ocupe su nueva silla, vendrán personas a buscarlo para cobrarle las facturas de los apoyos que “desinteresadamente” le dieron durante la campaña.  También habrá un sinfín de gente que se acercará buscando un hueso aunque sea de aguacate, por favor no vaya a declarar que son compromisos previamente contraídos, no pretenda burlarse del pueblo. Recuerde la frase de Abraham Lincoln, “Puedes engañar a algunos siempre, puedes engañar a todos a veces, pero no puedes engañar a todos siempre”, no pase por algo que somos demasiados los que estaremos vigilando sus movimientos. 

Anteriormente el Presidente de México permanecía blindado a la opinión pública como si se encontrara metido en un bunker, ahora pareciera que está en un escaparate a la vista de todos y que todos estamos viendo en qué momento da el resbalón para hacérselo saber.

Apreciable próximo Presidente de México. Dirigir a un país es una distinción que muy poca gente puede sentir en su vida. Pero dirigir a un país como el nuestro es algo que va más allá de una distinción, considero que es un honor y un privilegio solo para quien en verdad lo merece. El premio por un buen desempeño en el cargo, será el reconocimiento vitalicio de todos sus compatriotas.  El castigo, en cambio, por un desempeño pobre, tibio, improvisado, o deficiente, será un reproche que permanecerá vivo incluso después de su muerte.

No lo olvide, somos miles  y lo estaremos observando.






miércoles, 13 de junio de 2012

Carta a Dios de un hombre que se ha convertido en padre

Querido Dios:

Otra vez yo, y ahora con un tema que me emociona y me apasiona: la paternidad.

Tener un hijo, es fácil. Ser padre, es muy difícil.

Casi todos sabemos o que significa ser hijo de alguien. Pero ser padre de alguien, es algo único, que en mi experiencia no se parece a nada.

Desde antes de nacer, ya era hijo de mi padre, y aunque no o recuerdo, estoy seguro de que podía sentir su protección y su cariño. Desde que nací, recibí de él su mismo nombre, ¡Qué honor! y ¡Qué compromiso!

Con el tiempo también he recibido de él su amor, su ejemplo y su disciplina. (no sé si en ese orden, pero da igual).

Ahora que yo también soy padre, es cuando entiendo todo lo que él sería capaz de hacer por mí, y por lo mismo, lo comprendo mejor y lo quiero más. Y la misma analogía, me sirve para amarte más a ti, porque cuando veo lo que mi padre sería capaz de hacer por mí, pienso en lo que ty ya has hecho por todos nosotros. En serio que no tienes límites.

Pero te cuento, un buen día, llegó mi prueba de fuego; mi esposa me dijo que íbamos a tener un hijo varón. Traté de imaginar a mi hijo y no lo conseguí. Ahora ya sé por qué, la imaginación también tiene límites, y era imposible imaginar tanto amor.

Ahora que lo tengo conmigo, veo que todo lo que me habían platicado del tema, es apenas una mínima idea de lo que es tener un hijo.

Recuerdo cuando me inicié como jardinero, creo que ese oficio lo inventaste para que los hombres nos pudiéramos entrenar en la tarea de criar a nuestros hijos. Y es que las labores de un jardinero, y las del padre; guardadas las proporciones y los afectos, tienen ciertas similitudes.

El jardinero, antes de tener plantas a su cuidado, ha de preparar la tierra donde las va a poner y el agua que va a necesitar. Después siembra las pantas o las semillas y entonces viene la parte que requiere mayor cuidado y mayor paciencia: estar al pendiente de ellas todos los días (igualito que con los hijos).

Las plantas crecen, y lo hacen en un entorno en el que hay nutrientes, pero también hay plagas, hay agua que las alimenta y las refresca, pero también hay viento y sol intenso que en extremo las daña. Y por eso existe el jardinero, porque al igual que un padre a un hijo, debe estar al cuidado de ellas, del entorno, de vigilar su crecimiento y de ayudarlas a ser grandes y a dar frutos.

Sin embargo pienso que la labor más dura, donde verdaderamente se pone a prueba nuestro amor como padres ( o como jardineros), es cuando detectamos que nuestra planta va creciendo torcida, o que un brote está tomando una dirección que no es la correcta, ahí es donde tanto los padres como los jardineros hemos de echar mano de la despiadada tijera y cortar de tajo aquella rama que comienza a crecer en la dirección equivocada.  ¿Es doloroso para la planta? ¿ es doloroso para los hijos? Yo pienso que si, tan doloroso como lo es para el padre o para el jardinero. Pero ¿No debe acaso un padre ser capaz de infligir dolor a sus hijos, cuando este dolor es por el bien de ellos,  y sobre todo, cuando este dolor no es otra cosas que producto del amor?

¿Será justo, medir el amor a los hijos, en función del dolor que somos capaces de provocarles, cuando sabemos que ese dolor es por su propio bien? Creo que esa respuesta sólo la tienes tú, porque eres el único que puede hablar de ese tema con toda la solvencia moral y espiritual posible. Por eso ante ti, padre de todos los padres, me quito el sombrero.

P.D. Gracias por prestarme un hijo, que desde antes y todavía ahora, sigue siendo un hijo tuyo.
Un obsequio, a todos los papás http://www.youtube.com/watch?v=gQV47BoIjzY


jueves, 7 de junio de 2012

Libertad de Expresión

Los seres humanos gozamos de tres derechos universales (o al menos así debiera ser): derecho a pensar, derecho a sentir y derecho a expresarse. Hoy se celebra el día de la libertad de expresión. Hermoso derecho del que gozamos todos aquellos que podemos expresarnos libremente sobre lo que pensamos o sentimos sin temor  a represalias, persecuciones o amenazas. Bello derecho que se gana siendo humano, y que se puede perder por ejercerlo sin responsabilidad.

Bien sabemos que el exceso de libertad se convierte en libertinaje, así pasa y así se tergiversa en muchas ocasiones el concepto de “libertad de expresión”.  Por favor, que no se entienda, que este derecho nos faculta para injuriar, mentir o calumniar acerca de algo o de alguien. Que no se entienda, que “libertad de expresión” no nos da el derecho a chantajear, o a manipular por medio del lenguaje a los demás. Que no se entienda, que “libertad de expresión” es el pasaporte a “decir lo que se me pegue la gana”  o  “lo que yo quiera, le pese a quien le pese”.  No.

Gozar de un derecho, siempre te obliga a cumplir una responsabilidad, es decir, no podemos pretender vivir en un mundo exigiendo solamente nuestros derechos y olvidándose de nuestras responsabilidades.  Isaac Newton lo hubiera dicho más o menos así: “A cada derecho le corresponde una responsabilidad igual pero en sentido contrario”

Doy algunos ejemplos para clarificar lo que pienso: Yo tengo derecho a caminar por la calle, pero no a hacerlo desnudo. Tengo derecho a conducir un automóvil, pero no a pasar por alto las señales de tránsito. Tengo derecho a votar por un candidato, pero siempre y cuando porte mi credencial para votar vigente y lo haga en la casilla que me corresponda. Tengo derecho a tener hijos, pero no a abandonarlos. Es decir, siempre mis derechos están asociados a una responsabilidad.   

En este sentido, el derecho a expresarte consiste en hacerlo con libertad, y la responsabilidad inherente a este derecho, consiste en hacerlo apegado a la verdad. No a “tu verdad”, ni a “mi verdad”, sino a “La verdad” es decir, apegado a aquello que en la realidad es.

Qué fácil es calumniar, que sencillo es criticar, que tentador es señalar, decir, concluir, suponer, juzgar y prejuzgar a los demás. El problema no es pensarlo, el problema es abrir la boca y expresarlo. No podemos evitar que las ideas surjan en nuestra mente, pero si podemos elegir mantener la boca cerrada. Eso podría ser un buen principio.

En México, estamos viviendo un momento donde la información fluye con demasiada irresponsabilidad. Cada vez tenemos acceso a más información, pero de menor calidad. Ahora con más facilidad, la gente nos podemos expresar en foros virtuales que antes ni siquiera existían, y que nos hace ver, escuchar, y conocer muchas formas de pensar y muchos puntos de vista. El reto mayor no está en saberse expresar, el reto mayor está en saber escoger información de calidad para enriquecer el pensamiento propio. Ahora qué hacemos con tanta información. Alguien le va a poner orden, o tenemos que hacerlo los ciudadanos de a pie.

Considero que la modernidad nos ha llevado a abusar de manera irresponsable del concepto  de “libertad de expresión”, comentaristas, marcas, empresas, candidatos, analistas, etc. Todos dicen ser los mejores y tener la razón, y hablan con una solvencia moral como si fueran los únicos dueños de la verdad.  

Hablar es una tentación constante entre los seres humanos por el simple hecho de ser seres sociables.  No olvidemos, sin embargo, que el derecho a la libertad de expresión, también nos faculta para no expresarnos cuando no queremos. Practiquemos el derecho a la “libertad de expresión” en sentido inverso.  No olvidemos el proverbio que dice “somos dueños de lo que callamos y esclavos de lo que decimos”. Controlemos nuestro impulso a hablar y gocemos del derecho encantador de guardar silencio.

miércoles, 30 de mayo de 2012

Poesía Viajera (Si la gente no va a la poesía…)

Mi primer poema lo aprendí siendo niño de preescolar. Fue mi abuelita Maye, (así le llamábamos, aunque su nombre era Margarita) quien me hizo memorizar los siguientes versos:

Seré grande un día, tendré un buen bigote,

sombrero de copa, casaca y bastón,

haciendas, borregos, caballos de trote

y lleno de pesos un hondo cajón.

Bien, pues de todo aquello que me hizo vaticinar mi abuela sólo le atinó al bigote. Aquello para mi no era un poema, era una forma de pasar el tiempo con mi abuela, a quien le encantaba platicar.  Sin embargo, recuerdo aquellos versos y me empeño en enseñárselos a mis hijos sin más propósito que tener un motivo más para recordar a mi abuela.

Con seis años cumplidos y mi expediente en regla llegué a la primaria, ahí volví a tener un encuentro con la poesía, cabe decir que menos grato que el primero, pues acá las cosas eran a fuerza y con obligatoriedad a declamar en voz alta frente a todo el salón.  El martirio me duró hasta que salí de preparatoria pues en el colegio la poesía siempre se consideró una bonita tradición. 

Cabe señalar que los maestros que me acompañaron durante todos estos años de formación, en temas poéticos, no eran malos, (ojalá hubieran sido malos) eran malísimos, y aun así cumplían su riguroso cometido de pasar a todos sus alumnos; de uno por uno, al frente a declamar lo que cada quien pudiera (no podría decir lo que cada quien “quisiera” porque era obvio que nadie quería declamar nada) Con este antecedente de obligatoriedad y teniendo que ser autodidacta en algo que a la generalidad de los niños y jóvenes les importa un comino, es fácil odiar todo aquello que parezca poema.

Después de otros pocos años, llegué a la universidad y con ello al teatro, descubrí un mundo fantástico donde aprendí los secretos de la interpretación y la representación. Oh sorpresa, descubrí poco a poco que la poesía no me desagradaba del todo.

Años más tarde, comencé a declamar  poemas semanalmente en La Peña Latina,  durante más de un año.  Ahí descubro, compruebo, constato y desde entonces doy fe, de que la poesía le encanta a casi toda la gente, especialmente a los jóvenes, sólo que la mayoría no estamos acostumbrados a tener encuentros amables con ella.

Al tiempo ya no solo disfrutaba y hacía que otros disfrutaran de la poesía sino que, haciendo acopio de arrojo, comencé a escribir mis primeros poemas.  Aquellos bocetos literarios con el tiempo se han ganado el corazón de dos o tres personas (además de mi mamá y mi esposa cuyos elogios sospecho que están influenciados por el amor que me tienen).

Lo cierto es que a la mayoría de las personas nos cuesta acercarnos a la poesía, cualquiera que sea de ésta su forma y presentación.  Por ello, y sin proponérmelo, viene a mi mente el viejo proverbio que dice “Si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña”  y parafraseo el mío propio: Si la gente no va a la poesía, entonces que la poesía viaje y llegue hasta donde está la gente. En eso mi cerebro da un salto y se pregunta - Pero ¿Dónde  está la gente?  - la respuesta es más fácil que la tabla del uno. – la gente está en facebook.  – y decido  - pues entonces la poesía tiene que llegar hasta allá y en un formato amable, o si no, cuando menos amigable.

Los poemas fueron escritos, editados, publicados en un libro, presentados en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara en 2009, grabados en audio y video, editados, cargados en youtube y finalmente “En Facebook” donde está la gente.

El poema ve el trayecto que ha recorrido  y suelta de sus letras un suspiro y un  “¡UF!”  ahora me conocen porque me conocen.

Y cansado de su viaje, sabe que lo que le espera es la parte más difícil, la exposición permanente al escrutinio del respetable público, aquel que no fue a por ella, (como se dice en España) y a quien ahora se le mete en su camino.

Sea pues, la poesía ha llegado al inicio de la pista de despegue, lo que dure en vuelo, será gracias a la acogida que el público le pueda dar.

No te reto, sólo a que la conozcas y la disfrutes.   







jueves, 24 de mayo de 2012

De filias y fobias políticas

Queríamos un México más participativo y democrático, pues aquí lo tenemos. La gente ya no se conforma con ir a votar o con abstenerse de hacerlo.  Ahora el pueblo se pronuncia cada vez con más fuerza y en más medios apoyando al candidato de su preferencia, y los que no acostumbraban votar porque ningún candidato les gustaba, ahora  salen a las calles  a decirle a todo mundo en contra de quién están.

Es bien sabido que en la guerra y en el amor todo se vale, lo que yo no sabía es que en las elecciones presidenciales también.  Porque sería escandaloso decir que esto que estamos viviendo es una guerra, y tampoco me avengo a la idea de considerarlo un asunto de amor. (Con perdón del candidato de la izquierda).  El amor es algo sublime y bien intencionado que debe ir dirigido a quien se ama. La guerra por su parte, es uno de los peores inventos del hombre, que generalmente va dirigido a quien se odia. La política en cambio, nos debe incluir a todos por igual, y por lo mismo, no debiera acercarse a ninguno de los extremos anteriores.

En algunas ciudades de mi México. Nos estamos preparando para hacer cambios de gobierno a nivel municipal, estatal y federal. Por tanto las manifestaciones proselitistas están por todos lados y a todas horas. Los coches lucen calcomanías de partidos y candidatos, los anuncios espectaculares están llenos de modelitos sonrientes que hasta parecen buena gente (y no me refiero a los del Palacio de Hierro), en los cruces de avenidas más importantes se reparte publicidad a diestra y siniestra, escuchar la radio es un martirio auditivo, hojear el periódico, ver la televisión, asomarte a la ventana, etcétera, “Todos los caminos te llevan… a algún candidato”.  Es imposible salir de tu casa con blindaje electorero.  Pareciera que los candidatos dijeron “Cada vez que un empadronado salga a la calle, a huevo se tiene que topar conmigo” y lo están logrando.

No tengo idea de cuánto sea la inversión económica en campañas, pero cómo me gustaría que ese dinero fuera invertido en reparar y embellecer nuestras ciudades que tanta falta les hace.  En un semáforo veo un anuncio espectacular y me pregunto ¿Cuáles serán las verdaderas intenciones detrás de esa blanca sonrisa? ¿Quién lo sabe?

Veo grupos de damas, antes apáticas a la política, ahora organizando eventos para recaudar fondos y votos a favor de algún candidato, veo el interés de la ciudadanía en las redes sociales apoyando a sus candidatos y exacerbando los defectos de sus contrarios, veo a un grupo de universitarios que alzan la voz, se dejan ver y se dejan escuchar al extremo de que los candidatos se asustan y mejor se van, veo que los universitarios están dispuestos a escuchar propuestas pero también hambrientos de exigir resultados y de conocer la verdad de todo aquello que les genere sospecha.

Me gusta ver un México más participativo, más interesado, más exigente con sus gobernantes. Me da tristeza ver gente apática a un tema de relevancia nacional, que bajo el pretexto de que su voto no va a cambiar el destino del país, se abstraen del proceso incluso como ciudadanos y no participan ni siquiera como espectadores.

En cambio, me emociona ver a las generaciones que van a votar por primera vez, como se han interesado en conocer, evaluar, criticar,  analizar  y en algunos casos ¿Por qué no?, dejarse llevar, por una u otra ideología.  Eso era lo que querían los candidatos, eso era lo que la clase política demandaba, una sociedad participativa, democrática e interesada, pues aquí la tienen, solo está por verse cual de todos presenta su mejor oferta.

P.D.  Uno de los más graves problemas que aquejan a nuestro país es la corrupción. Aquí le dejo una liga para ver “Hijos de la Burocracia”, una crítica al sistema burocrático mexicano.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Carlos Fuentes murió preocupado.

Ayer a las seis treinta de la mañana estaba leyendo en el diario la columna de Fuentes.  Siete horas más tarde por medio de la radio me enteré  de su muerte.

Al final de su columna en la cual aborda la toma de posesión del nuevo presidente de Francia, Fuentes declara:  cito “Nota mexicana.- Me preocupa e impacienta que estos grandes temas de la actualidad estén fuera del debate de los candidatos a la presidencia de México, dedicados a encontrarse defectos unos a otros y dejar de lado la agenda del porvenir.” , hasta aquí la cita, por eso deduzco  que murió preocupado.

Murió con la misma preocupación con la que muchos vivimos preocupados.  Lamento su pérdida en un momento en el que nuestro país, si algo demanda son pensadores.  Voces intelectuales que vean más allá de su parcela y sean capaces de hablar en favor de México.  Del este México del que Fuentes fue tan crítico y tan amante.  “ Inmenso país, cinco veces más grande que Francia, México quiere y se quiere, sin embargo, a través de lo pequeño.”  Comenta en su libro “En esto creo”  mientras resalta el valor inconmensurable que tiene para los mexicanos, la comida, la sobremesa, las canciones más tristes y las más alegres, los hombres más humildes y los más soberbios.

De su autoría recuerdo haber leído “Aura”, “Las Buenas Conciencias” y “En Esto Creo”  bella colección de ensayos y reflexiones de donde extraigo las citas que transcribo en esta columna. Citas como “La belleza sólo le pertenece al que la entiende, no al que la tiene.” 

Sin embargo recuerdo como mi mejor experiencia con Fuentes, no sus libros, sino una conferencia que impartiera hace quince o veinte años en el teatro de la ciudad de Saltillo, Coahuila. Donde habló de uno de sus temas más apasionantes: México.

Yo no entiendo por qué se mueren los intelectuales que aman tanto a esta tierra, habiendo tantos que ni gente pensante, ni  amantes de nuestro país, por el contrario, gente que nada más está viendo a ver de cual chichi le mama más a la vaca.

A un día de su muerte, el gobierno  le rinde un homenaje en el Palacio de las Bellas Artes, una muestra más de que casi siempre vamos tarde en todo.  Que bueno que se le reconozca su labor, qué lástima que no se lo hayan hecho en vida; seguro le habría gustado más y lo habría disfrutado mejor.

Carlos Fuentes murió un día del maestro. Y consciente de que no es lo mismo un profesor que un maestro, transcribo a continuación algunos fragmentos que nos legó a propósito de la educación, cito: “En la universidad, todos tenemos razón pero nadie tiene razón a la fuerza y nadie tiene la fuerza de  una razón única”.

“La educación, en todas partes, requiere un proyecto público que la apoye… Defendamos la educación pública. Pero el proyecto público requiere la cooperación del sector privado, que sin un proyecto público acabará marginando a sus posibles consumidores, toda vez que no es concebible en ninguna parte del mundo mayor producción sin mayor educación, ni mejores niveles de vida sin ambos. “ 

“Nadie pierde conocimientos si los comparte”   

“La universidad está llamada… a mediar entre las culturas, desafiando prejuicios, extendiendo nuestros límites, aumentando nuestra capacidad para dar y recibir y nuestra inteligencia para entender lo que nos es ajeno.”

“En la universidad podemos abrazar la cultura del otro, a fin de que los otros puedan abrazar nuestra propia cultura.”

El maestro también dejó reflexiones sobre la muerte, de esa cabrona (como también la llamaba) que no nos mata a nosotros sino a los que amamos.  Logra aprender tres cosas en su experiencia personal: la primera; que al morir un joven ya nada nos separa de la muerte. La segunda, es saber que hay jóvenes que mueren para ser amados más. Y la tercera, que el muerto joven al que amamos está vivo porque el amor que nos unió sigue vivo en nuestras vidas.

Carlos Fuentes, insisto, murió preocupado, y creo que esa es una condición natural de los pensantes, aquellos que no son capaces de poner su cerebro en blanco y dejar que el mundo gire con si fuera algo ajeno. 

En las reflexiones que hace sobre la política, expresa sus preocupaciones sobre la droga, sobre el deterioro de la civilización urbana, sobre las carreras armamentistas, sobre todo lo que atente contra la continuidad de la vida, sobre el capitalismo autoritario, sobre el regreso de los peores signos de fascismo: la discriminación racial, la persecución del trabajador migratorio, la explosión demográfica del mundo, etcétera.  En fin temas de impacto universal que forman nuestro entorno.

Alguien podría decirme ¿Por qué se mueren los intelectuales que tanta falta nos hacen, habiendo por ejemplo, tantos malos políticos?

Pese a toda su preocupación, el maestro Fuentes, nos deja un legado salido de su talento y su trabajo,  una lección de intelectualidad que me parece una franca invitación a la reflexión, a la preparación, al estudio, al raciocinio, al autodesarrollo, como el más franco camino hacia una mejor forma de vida.  


miércoles, 9 de mayo de 2012

Día de las Madres


 “Carta a Dios de un hombre que admira a la mujer”  (fragmento)
Querido Dios:

Aquí estoy otra vez. Tengo varias dudas, pero hoy te quiero preguntar esta: ¿cómo fue que se te ocurrió hacer a la mujer? No me conformo con esa idea de que fue sólo para acompañar al hombre. Para ello hubiera bastado alguien más sencillo. A mí me parece que tenías tu plan bien calculado con manzana y todo, y claro; no te lo reclamo, al contrario, te estoy muy agradecido.
Admiro a la mujer, porque pertenece a ese género que malamente hemos llamado sexo débil. Género que de débil no tiene nada. Creo que débiles hemos sido los hombres ante ellas a lo largo de la historia, que valiéndonos de falsas creencias o costumbres, queremos aparentar que formamos el sexo fuerte. Sentencia inútil que ni nosotros nos creemos.

Admiro a la mujer, porque a tal género pertenecen mis amores más cercanos. ¿Cómo no voy a admirar a la mujer, si tres de ellas han marcado mi vida y robado mi corazón? Mi madre, mi esposa y mi hija. Te voy a contar un poco de ellas para que las conozcas como las conozco yo.
Estoy seguro de que mi mamá comenzó a amarme antes de conocerme. Por mucho tiempo no entendí, de dónde podía sacar tanto amor. Yo la amo porque me dio la vida, y por si fuera poco me dio la libertad para vivirla. Además me amó después de amar a cuatro hijos, y al hacerlo podría jurar que su amor iba creciendo en vez de ir menguando.

¿Cómo no voy a amarla? Si por ella aprendí a respetar a la mujer en toda su dimensión; por ella aprendí que Dios aprieta pero no ahorca y que hay que saber hablar, pero que a veces, también hay que saber callar.
Mi madre, me enseñó muchas cosas prácticas, de esas que te sirven para ganarte la vida y para ser feliz en los pequeños detalles. Por ejemplo, fue ella quien me llevó de la mano por ese mundo maravilloso que es la cocina; donde uno puede entrenarse en el difícil arte de servir a los demás. Un mundo misterioso para muchos y lleno de pasión para los que como ella, igual ponen el corazón en una salsa, que en un asado de puerco, en una cena de gala o en un puchero de res.

Fue por ella y por la herencia que en ella dejó mi abuela, por quien aprendí a querer a las plantas, conocer sus nombres, y sus cuidados. Fue por ella que aprendí que un patio con macetas, es tan encantador como el mejor de los jardines.
Fue por ella que aprendí a rezar y a adorar al niño Dios en cada Navidad. Fue por ella que aprendí a poner el pino y a disfrutar de las tradiciones que me ligan con mi pasado. Fue con ella que aprendí que uno debe encomendarse a ti en las tareas difíciles; como por ejemplo al inicio del ciclo escolar el primer día de clases, o al salir de casa por la mañana, para que nos permitas volver con bien. Y también fue por ella que aprendí a darte las gracias por todas las bendiciones que recibimos.

Fue mi madre, quien me enseñó a escribir con “letra pegada”,  y a leer todo aquello que encontrara divertido o enriquecedor. Es una excelente conversadora y experta en el (cada vez más raro) hábito de saber escuchar. Por eso cada día que puedo, comparto con ella anécdotas y relatos sobre películas o libros que hemos visto o leído en común.
En fin, tu sabes la riqueza que envuelve su persona. Y por si fuera poco, en cada encuentro, cada ocasión, cada llamada en que el destino nos junta, siento que su emoción se desborda en cada palabra, y su amor llega hasta mi corazón. Y no conforme, ha hecho extensivo su cariño a mi esposa, a quien ve como a otra hija, y a mis hijos, con quienes su amor, no conoce límites ni escalas.  


El Amor se Transforma

Si en lugar de leerlo quieres ver el video, da clic en la siguiete liga: http://www.youtube.com/watch?v=MdifXld-4b4

El amor despierta, y toma forma de bostezo, se levanta, se talla los ojos y se mete a bañar, después despierta a los niños y comienza una agotadora faena.
El amor prepara el desayuno, arregla niños para la escuela, da un sorbo al café, recoge la ropa del suelo y los juguetes que, desde esta hora comienzan a estar fuera de su lugar.

              El amor aprieta el paso y toma forma de prisa. Sirve el desayuno, amenazando sobre lo que pasaría si nos manchamos la ropa, recoge las llaves, la tarea de la niña, la bolsa, la lista del supermercado, el biberón del bebé, sube y baja la escalera y sentencia desde el segundo piso que en un minuto el que no esté arriba del auto se quedará en la casa.
              El amor acelera, frena y vuelve a acelerar, tomando forma de últimas instrucciones antes de llegar a la escuela, luego coquetea con el espejo y sube el volumen de la radio. Con una mano conduce mientras con la otra pone un chupón y sacude las migajas del asiento trasero.

                El amor ve cómo su hija se aleja a su salón, y se alegra de pensar que sólo será por un instante. Luego toma forma de “lista de pendientes” y corre al banco, a la tienda, a la tintorería, y de regreso a casa pues hay que atender al bebé y preparar la comida.

El amor toma un breve respiro y un vaso de agua para después tomar forma de malabarista que ordena, cuece, limpia, enjuaga, sacude, recoge, corta, hierve, seca, aspira, riega, gratina, cambia un pañal y después se quema, revuelve, tuesta, calienta, descongela, va y regresa.

                El amor ve el reloj, y toma forma de “piloto de fórmula uno” que va y viene como un bólido,  no sin antes preguntar ¿cómo te fue, te divertiste? Y recoger la tarea, el suéter, la lonchera y el trabajo del día hecho con plastilina y sopa de colores;  al mismo tiempo, sonríe y saluda a propios y extraños.

El amor llega a casa y toma forma de mesero que, atiende, recalienta, sirve, pregunta, adorna, limpia, recoge, pone un babero, platica, lava, escucha, seca, guarda cosas y prepara otro biberón.
                El amor se sienta, pero no para descansar, sino para tomar forma de maestro y sastre al mismo tiempo, y entonces pregunta, enhebra, pinta, cose, recorta, explica, dobla camisas, dicta, pega botones, regaña un poco, extraña a papá, acomoda, cuelga, indica dónde está el pegamento blanco y después vuelve y plancha, desarruga, desmancha, limpia mocos, suena una sonaja, sube una bastilla, cambia otro pañal y explica la diferencia entre un cuadrado y un rectángulo.

El amor, se prepara para la recta final y toma forma de psicólogo-enfermero, y entonces persigue, alcanza, amenaza, consuela, baña, seca y pone pijamas en cada miembro de la familia que mida menos de un metro de altura. Después regaña, obliga, aconseja, tuesta pan, embarra mermelada, sirve leche y prepara el último biberón mientras se pregunta - ¿Dónde está papá? – Luego explica a los niños porque no deben saltar en las camas, ni comer chocolate después de las nueve de la noche. Por último lava dientes, reparte mililitros exactos de jarabe y  canta canciones de cuna.
              El amor suspira y se dispone a dormir.

                El amor duerme exhausto y se prepara para mañana, pues Dios le ha encomendado que cada día tome forma de mamá.
FELIZ DÍA DE LAS MADRES.


miércoles, 2 de mayo de 2012

Quiero Entrevistar a Adela


Sus promocionales la definen como “La periodista más reconocida de México” y honestamente considero que es verdad.

La primera vez que escuché el nombre de Adela Micha, me pareció tanto sonoro como poco agraciado. Cuando vi su imagen en televisión descubrí un rostro tanto enigmático como auténtico. No era un estereotipo de la pantalla, no era la clásica presentadora de la televisión. La recuerdo como titular de un segmento en el noticiero ECO, (por supuesto en un horario poco estelar). Haciendo su mejor esfuerzo por no pasar inadvertida. Y con perseverancia lo logró.
A varios años de aquella programación, ahora se ha convertido en una de las voces de mayor credibilidad de nuestro país y su nombre es sinónimo de profesionalismo y calidad.

Considero que la genialidad y la grandeza de su persona se hizo popular a raíz de la conducción del primer reallity show que hubo en México. Ahí dejó ver que detrás de la periodista existe un ser humano que vale la pena conocer.
En lo que recuerdo de su trayectoria. La he visto en la conducción de programas especiales, haciendo coberturas lo mismo de eventos oficiales, culturales o de carácter social.  Ha conseguido entrevistas con personalidades del mundo de la política, la cultura, los deportes, del espectáculo  y  de la sociedad civil en general. Frecuentemente es invitada a participar en programas de debate y análisis político.  Y finalmente algo que me encanta de su personalidad, es que se acerca a su público, revelado situaciones personales que la hacen ver como una persona común pero jamás corriente.

Innumerables veces, nos ha contado (es decir, a su público) acerca de sus amores, de sus hijos, de sus viajes, de sus comidas favoritas (entre ellas el champagne  “La burbuja”  y los tacos de “bisté”), ha celebrado sus cumpleaños, su pasión por el arte y la cultura  y hasta su más reciente mudanza.
No soy ni pretendo ser un biógrafo, solo quiero reconozco que admiro la trayectoria y el trabajo que Adela Micha ha hecho a través de tantos años y gracias al cual se ha logrado colar en la vida de muchos mexicanos para mantenernos informados de una forma amena y profesional.

Actualmente participa como estelar en la transmisión de noticias por la radio,  conduce otro noticiero por televisión,  conduce otro programa radiofónico semanal llamado  “Mujeres eligiendo”, escribe una columna semanal para el Excelsior; El periódico de la vida nacional, además, de manera muy activa, mantiene un constante contacto con sus miles de seguidores a través de las redes sociales y su página personal en internet.

¿Qué he aprendido de ella?
Que los proyectos ambiciosos requieren de una cabeza que de la cara, y un equipo profesional  que la apoye para poderlos llevar a cabo.

Que es importante tener altas aspiraciones profesionales, pero mantenerte los pies siempre en el suelo y tu mente cerca de tus clientes; en el caso de ella,  de su público.

Que la gente profesional y creativa, siempre tiene buenos proyectos en qué trabajar, y cuando no tiene los inventa.
Que se puede participar en varios proyectos de manera simultánea y ser exitoso en todos.

Que las relaciones públicas, nunca se sabemos hasta dónde nos pueden llevar.
Y hasta que una palabra altisonante de vez en cuando, dicha en el contexto y en el momento adecuado, suena muy bien.

¿Qué le preguntaría, si tuviera la oportunidad?
Le preguntaría que ¿cómo se visualizaba a si misma en varios años, cuando era la conductora casi desconocida  que tenía bajo su cargo una emisión de ECO?

¿Qué planes y proyectos vienen para el futuro?
¿Cómo se visualiza en cinco o diez años?, es decir ¿Haciendo qué?

¿En qué momento se dio cuenta de que se había convertido en “La periodista más reconocida de todo México”? y ¿En qué momento se propuso serlo?
¿Qué mensaje le compartiría a los jóvenes que actualmente están estudiando una carrera universitaria?

¿Qué mensaje le daría a los que ejercemos una profesión y somos parte de la sociedad económicamente activa del país?
¿Le preguntaría si se ha quedado con ganas de hacer algo porque hasta a la fecha no lo ha podido lograr?

¿También quisiera saber si hay algo en su vida profesional de lo que se haya arrepentido?
¿Cuál ha sido el momento más difícil de su carrera profesional?

En fin, la lista de preguntas a una persona como ella, me parece inagotable. No porque sea alguien famosa, sino porque es una mexicana que ha sabido abrirse espacio en un medio complejo y lo ha hecho con paso firme y decidido. Considero que esa labor es digna de elogio, de reconocimiento y de inspiración para muchos otros mexicanos.
Si pudiera entrevistar a Adela Micha, me despediría agradecido de su generosidad y le haría ver que la frase “Me lo dijo Adela” al menos para mi, ha dejado de ser referencia de una tropical canción, y se ha convertido en el sinónimo de una fuente de información confiable y veraz.


miércoles, 25 de abril de 2012

El candidato perfecto.

El candidato perfecto, señoras y señores, no existe. Lo comento, por si alguno de ustedes lo ha estado buscando o esperando en su localidad. Seguramente ustedes ya lo sabían, pero yo me acabo de enterar. Resulta que la semana pasada programé unas vacaciones (quizá yo no las merecía, pero ustedes si, por eso no escribí nada el jueves pasado, yo de que me voy, me voy,  con decirles que el teléfono lo guardé el lunes, y lo saqué el viernes, bueno, volvamos al tema).  Estos siete días atípicos en mi agenda, me permitieron hacer algunas actividades que generalmente no realizo, entre ellas, ver algo de televisión abierta y escuchar estaciones de radio distintas a las usuales, (aquí viene mi reacción) ¡Santas Campañas, Batman!  ¡Qué nivel tan bajo de política está saliendo a la luz!

Un señor, está todo el día chingue y jode con que ya cumplió todos sus compromisos, luego sale la pandilla de enfrente y dicen: que el señor dice puras mentiras porque les faltaron algunos compromisos por cumplir, y que los que cumplió los cumplió a medias. Luego sale otro señor diciendo que él es el que tiene más experiencia (porque también es el que tiene más años) y finalmente sale otro diciendo que él si trae propuestas (no como los otros), pero la verdad es que a este último casi nadie lo pela.

Los analistas y comentaristas políticos están haciendo notas y análisis de cada paso que dan los candidatos, y he podido escuchar desde los más objetivos y sencillos hasta los más bizarros y alucinados.  De las encuestas mejor ni hablamos porque para mí las únicas confiables son las del INEGI, que por suerte no tocan el tema de las campañas.

Pero hay un ente, señoras y señores, que está a la constante expectativa de lo que sucede y que hasta ahora, pocos analistas han volteado a ver, este es: El Pueblo de México. “¿Qué dice el público” diría Don Francisco.

Una buena parte del público, del pueblo, del vulgo, de la raza, y de los cuates con los que he podido platicar el tema, tiene un denominador común. Ningún candidato les llena el ojo.  Que si hablamos del Peña Nieto, no les gusta (bueno a algunas señoras sí) que porque ni sabe hablar en inglés ni sabe leer en español.  Que si hablamos de Vázquez Mota, que no porque se marea en los eventos,  hace esperar a la gente y que su equipo de trabajo es un relajo. Que si hablamos de López Obrador, que no porque se pasó del negro al blanco, y  de lo profano a lo amoroso de un sexenio para otro y que ese cuento, ni quién se lo crea. Que si hablamos de Quadri, (bueno honestamente de este cuate, ni siquiera hablamos) Y lo más terrible, que ninguno dice claramente cuáles son sus propuestas.

Pues ¿Qué creen?, que todos tienen propuestas, pero mucha gente no las conocemos. En principio, porque tienen más difusión los pleitos y los golpes bajos, que las propuestas serias. Segundo, nosotros como pueblo, no estamos haciendo mucho por enterarnos de cuáles son estas propuestas, sin embargo, visitando los sitios oficiales (que el amigo Quadri, ni a eso llega, o al menos yo no lo encontré) podremos ver que cada uno tiene sus propuestas formales y mucha información que bien nos convendría revisar.  (anexo las ligas, por si a alguno le interesa) http://josefina.mx/    http://enriquepenanieto.com/   http://www.amlo.org.mx/

Muchos quisiéramos tener candidatos perfectos, impolutos, capaces, honestos, en fin, candidatos de primera. Y yo me pregunto ¿Acaso nosotros, somos ciudadanos de primera? ¿Acaso somos ciudadanos con un nivel de auto exigencia, así como quisiéramos ver a nuestros candidatos? O resulta que nos hemos vuelto muy buenos para exigir, a tal grado que ya nada nos gusta.

De pronto me imagino que es como si uno llegara a un restaurante y preguntara por los desayunos:

-          ¿Tiene algo para desayunar?

-          Claro, tenemos menudo con chile colorado

-          No, gracias, tiene mucha grasa y está hecho con partes de la vaca que no quiero ni imaginar.

-          Bueno, también tenemos huevito con chorizo.

-          ¿Y el chorizo es de puerco o de pavo?

-          De puerco, y se los sirvo con frijoles refritos con manteca de puerco también.

-          Ni pensarlo, es un atentado a mis arterias.

-          Bueno también le puedo hacer un sandwich de jamón.

-          ¿Y el pan es integral o blanco?

-          Blanco y se lo sirvo con lechuga y tomate

-          No gracias, el pan blanco engorda y las verduras no creo que están bien desinfectadas

-          Bueno si quiere le hago unos hot cakes,

-          Pues si son light y con harina importada sí, porque los de marca nacional me hacen sentir envarado y también engordan mucho.

¿Será que en este hipotético restaurante no hay buena comida, o será que nos hemos vuelto exagerada y absurdamente críticos y exigentes?

En el caso de los candidatos, creo que nos pasa igual, como ciudadanos de primera, debemos hacer algo más que escuchar anuncios en los medios y decir que no hay a cuál irle. Considero que debemos informarnos, y luego discutir el tema con gente a nuestro alrededor, escuchar otros puntos de vista, formar criterios y asumir el compromiso que implica tomar una decisión.

Para bien o para mal, no hay más de dónde escoger. Las tres alternativas se nos ponen en la mesa con todos sus defectos, pero también con todas sus virtudes (que también convendría conocer).  El futuro de nuestro país, no debe estar en el poder de los partidos políticos, debe estar en los ciudadanos.

Cuando el poder se va al lugar equivocado, suceden cosas como lo que está sucediendo en el IFE, El día de hoy se estuvo debatiendo sobre cómo se  debe hacer un debate, (creo que eso sólo en México sucede).  AMLO propuso algo que me parece muy sensato, deberían restringir sólo la misma cantidad de tiempo y que cada candidato haga con su tiempo lo que considere más conveniente. Ah no, pero el IFE, quiere regular el tiempo, el tema, el apoyo visual, el apuntador, las hojas para tomar notas, las tarjetas previamente preparadas, y casi creo que hasta el color de los calcetines.  

Hagamos que la voz del pueblo cada vez se escuche más, y procuremos que esta voz sea una voz informada e inteligente.  Ignoro si algún día tendremos candidatos de primera, yo lo que deseo es que poco a poco, nos convirtamos en ciudadanos de primera.