martes, 17 de marzo de 2020

Algo nos tendría que unir.

Algo nos tendría que unir.   #MexicanosEnCasa

He visto como nuestra sociedad se divide en torno a varios temas.  Todavía está fresco el movimiento feminista que derivó en “Un día sin mujeres”, al cual un buen sector de la sociedad tachó de extremo, otros lo vieron con tintes políticos y algunos otros (más extremos) con sesgo religiosos y moral.

Cuando era niño recuerdo que los mexicanos nos uníamos entorno a algunos símbolos o ideologías, por ejemplo, el ejército, los símbolos patrios, o la Virgen de Guadalupe, juntos o por separado, eran temas intocables; en mi inocencia, todos los sentíamos propios, ahora ninguno de los 3 parece estar pasando por su mejor momento.

Lo cierto es que ya no tenemos temas, ideologías, ni símbolos que nos unan a todos, y de líderes mejor ni hablamos,  resulta imposible encontrar uno solo que nos represente o en el que todos los mexicanos coincidamos. Actualmente si alguien suelta un tema o sugiere emprender alguna cruzada; por mínima que sea, en pos de una causa, al momento una horda de coterráneos se lanzará en su contra porque transgrede algo en lo que ellos no cree, no están de acuerdo o simplemente no se sienten representados, y no son capaces de guardar silencio y respetar al que piensa distinto. El punto es que aspirando a ser críticos nos volvimos criticones y en consecuencia hay un chingo de gente que "Ni picha, ni cacha, ni deja batear." Y los líderes que nos deberían de representar a todos, más que preocuparse por la unidad nacional, pareciera que están empeñados en marcar las diferencias y subrayar la separación.

Con el fenómeno del 9 de marzo, pensé que “por fin” alguien había logrado encontrar el gran tema, como si se tratase del eslabón perdido. ¿Quién iba a estar en contra de exigir que parara la violencia contra las mujeres? Pues que iluso fui. Si bien es cierto que el fenómeno contó con muchos seguidores y promotores, también sobraron detractores y saboteadores argumentando una y mil cosas.

Después de la citada experiencia, que no habíamos terminado de saborear, nos llega al territorio nacional un nuevo tema. El famoso  virus que no discrimina a nadie y es capaz de contagiarnos a todos, y a la vez,  pareciera que premia con su inaccesibilidad a quien decide vivir aislado.  ¡Qué paradoja!  Lo que nos va a mantener unidos es el aislamiento.

Antes del virus, mi tesis era que a los mexicanos; lo único que nos sostenía como común denominador, era la tendencia a comer tacos y la desmedida cuanto exacerbada propensión de llevarlo todo al ámbito del relajo. Ya ven que aquí se hacen los mejores chistes de las peores desgracias. Bueno, la pregunta que ahora ronda por mi cabeza es: ¿Cuánto tiempo nos va a durar la risa?