domingo, 1 de mayo de 2016

"10 AÑOS no son nada... son todo" REGAÑOS Y SANCIONES (CAPÍTULO XXXI)

       Iba manejando acompañado por mi hijo Pablo; de 8 años. Como habíamos trabajado durante algunas horas, le presté mi teléfono para que se entretuviera mientras llegábamos a nuestro próximo destino. Para hacer más ameno el rato me atreví a preguntarle:

 - Pablo, ¿Qué calificación me pondrías como papá?  – Ah… - pensó rápido -  nueve punto ocho – me contestó sin vacilar desde el asiento trasero y continuó jugando como si nada.
- ¿9.8?  - Le pregunté sorprendido por la rapidez de su respuesta, más que por la calificación en sí (que honestamente sobrepasa por mucho los  promedios de todo mi historial académico).
- Si, - me contestó  -  porque a veces regañas.
- De acuerdo – le contesté, - pero ¿No crees que los regaños algunas veces son necesarios?
- Si, claro – me dice todavía jugando el nivel diez mil de Angry Birds - Pero no es necesario gritar, es mejor si sólo nos dices con palabras las cosas que no debemos hacer y ya. 
- Bien, eso lo entiendo, ¿Pero qué pasa si te digo que “algo” no lo debes hacer, y resulta que sí lo vuelves a hacer una y otra vez? ¿Qué me recomiendas que haga en esos casos?
- Ah, es muy fácil – me contesta haciendo una pausa en el teléfono,  y a continuación me da una de las mejores lecciones que he recibido en esto de la paternidad: – La primera vez, se deben decir las cosas con amor, la segunda vez, con firmeza y hasta la tercera se deben decir con enojo.

Yo casi me tengo que estacionar para digerir aquello. No sólo para entender lo que me estaba diciendo, sino tratando de dilucidar de dónde había sacado aquel método. 

- ¿Y dónde aprendiste eso? – le pregunté. 
-  Ah pues así nos lo enseñó Miss Miyi.

Sirva la presente para hacerle un reconocimiento a Miss Miyi, (su maestra de 2° grado de primaria)  que por conducto de mi pequeño me ha impartido una excelente lección. 

Como padre de un par de pequeños, estoy seguro de que todos hemos experimentado el no saber qué hacer a la hora de tener que reprenderlos. Recuerdo que cuando mis hijos estaban muy chiquitos, nos explicaron eso de que la sanción debía durar “medido en minutos” los mismos años que tuviera el infractor. Es decir, si la travesura la hacía un niño de 3 años, lo podías mandar al rincón durante 3 minutos.  Claro que esa regla caduca a los pocos años, pues resultaría ridícula que a un niño de 8 años, totalmente consciente de sus travesuras,  le impongas una sanción de 8 minutos, por decir lo menos, se va a cagar de risa. 

Para esos casos, aprendí que cuando los niños son totalmente conscientes de sus actos debemos enseñarles la tercera Ley de Newton, en su variable adaptada para padres e hijos, que dice: “A toda infracción corresponde una consecuencia igual pero en sentido contrario”. Es decir: si lo rompes lo arreglas o lo pagas, si lo ensucias lo limpias, si lo tiraste lo recoges,  si le pegaste le pides perdón.  O sea que la consecuencia tiene que estar directamente relacionada con la falta que cometieron. 

Nada tienen que ver los castigos ni las reprensiones que son más producto de la desesperación y la impotencia de no saber qué hacer. Por ejemplo: Quebraste un adorno de la sala, entonces castigado una semana sin ver televisión.  Rayaste las paredes entonces no hay bicicleta durante un mes…

Tener un hijo, es algo muy sencillo, pero ser buenos padres es una tarea compleja que implica saber hacer bien muchas cosas. Sin embargo sostengo que en la actualidad, quienes somos padres disponemos de muchas herramientas que en generaciones anteriores no había, como el acceso a la información sin precedentes; ahora contamos con libros, documentales, programas de televisión, conferencias, teoría y acceso a mucha gente que nos puede enseñar a ser mejores padres. Pero tenemos que estar dispuestos a aprender, para poder captar todo aquello que tenemos al alcance como el ejemplo de Miss Miyi, que sin querer queriendo, nos ha dado una lección que al menos yo, difícilmente voy a olvidar.

Te invito a seguirme en Facebook, en "El Cuaderno de Manuel"