domingo, 1 de agosto de 2021

Lo que aprendí de Chucho Ramírez


Durante la convención de Equipos Técnicos que se llevó a cabo en León, Gto. En octubre de 2018, tuvimos una conferencia impartida por el ex director técnico de la selección nacional sub 17; Jesús “Chucho” Ramírez. Muchos conceptos y aprendizaje sacamos de dicha ponencia, dentro de los cuales destaco los siguientes:
El Jugador profesional de futbol, debe tener 4 tipos de entrenamiento para el desarrollo pleno de sus facultades:
1.- Entrenamiento Físico: Los futbolistas profesional, ante todo, deben ser atletas, y por lo tanto tener la condición física necesaria para soportar entrenamientos o partidos de más de 2 horas continuas sin disminuir su rendimiento. Además deben ser conscientes de lo importante que es su cuerpo a la hora de desempeñar su trabajo, lo cual exige disciplina y hábitos saludables, así como abstenerse de todo lo que vaya en detrimento de su salud, como fumar, tomar, inyectarse o inhalar sustancias nocivas.
2.- Entrenamiento Técnico: Un buen futbolista, debe saber mover el balón, saber recibirlo y controlarlo tanto si viene por aire o a nivel de cancha, debe saber llevarlo, burlar al contrincante y saber pasarlo a un compañero, también sabe diferentes formas de pegarle y conseguir diferentes efectos con él. Un buen futbolista, debe saber qué hacer con el balón en cualquier momento del partido y en cualquier lugar de la cancha.
3.- Entrenamiento Táctico: El buen jugador, está consciente de lo que le toca hacer a la hora de jugar, conoce el territorio y su campo de acción, un buen futbolista, tiene claro lo que los demás esperan de él y lo hace. Sabe colocarse de forma estratégica y sabe dónde están colocados sus compañeros. Sabe qué puede esperar de sus compañeros y qué esperan ellos de él.
4.- Entrenamiento Mental: Los profesionales del futbol, saben manejar el éxito y la derrota, saben concentrarse en el juego, sin dejarse influenciar por la multitud que les grita, los abuchea o les aplaude en un estadio. Saben cómo manejar la fama, a los medios de comunicación y a sus fans. Un buen futbolista se entrena para ganar, sabe que el triunfo depende de lo que logren hacer como equipo y es consciente de que el trabajo por separado de cada uno, jamás será tan valioso como lo que logren hacer juntos.
Esto lo aprendimos de quien fuera director técnico de la selección nacional sub 17 y los llevara a ganar el mundial en 2005.
Pero el aprendizaje no se queda ahí. Lo más relevante de aquella enseñanza, es que cualquiera de nosotros, en el ámbito profesional, debemos reconocer que necesitamos los mismos 4 tipos de entrenamiento adaptados a nuestra profesión y trabajo.
1.- Entrenamiento Físico: Cuidar nuestra salud tanto física como mental, alimentarnos bien y estar al pendiente de nuestro cuerpo son responsabilidades que todos debemos asumir. Una dieta balanceada, una razonable dosis de ejercicio en función de nuestra edad y nuestros chequeos médicos periódicos, son una excelente forma de comenzar. De igual manera, erradicar malos hábitos que atentan contra la salud o ponen en riesgo nuestro desarrollo físico o mental.
2.- Entrenamiento Técnico: Educación constante es lo menos que debemos hacer. Ya no es suficiente tener una licenciatura o un posgrado, la vida laboral y la cultura globalizada nos obliga a mantenernos actualizados diariamente, tenemos que aprender no sólo el hábito de aprender, sino también el de desaprender lo que ya no nos sirve y el de reaprender aquello que se crea o evoluciona siguiendo nuevas tendencias o nuevas formas de hacer las cosas. La preparación es algo que nunca debe terminar. Aquel que se considere producto terminado o que ya no tiene nada nuevo qué aprender, habrá llegado al límite de su desarrollo.
3.- Entrenamiento Táctico: Toda organización funciona como una cadena formada por eslabones, donde a cada uno le toca hacer su parte. Y nadie puede ni debe hacer el trabajo de otro. Un equipo eficiente es aquel donde cada uno hace lo que le corresponde. Así yo sé lo que puedo esperar de los demás, pero también los demás saben lo que pueden esperar de mí. La táctica, nos enseña a cada uno a conocer nuestro territorio, nuestra área de influencia y también nuestros límites.
4.- Entrenamiento Mental: Para nadie es un secreto que el mundo laboral actual puede llegar a ser estresante a un nivel dañino, las presiones y el constante espíritu competitivo nos hacen estar en permanente lucha; en el mejor de los casos contra nosotros mismos, y de manera simultánea contra los demás. Prepararse mentalmente para sobrellevar un trabajo sin que ello te desestabilice tu vida personal, se ha vuelto un desafío. El equilibrio entre la vida personal y laboral es algo que se tiene que aprender pues de lo contrario será fácil que nuestro cuerpo termine por pagar las consecuencias. De igual forma la presión, la ansiedad, la separación de asuntos personales y laborales, la envidia, el éxito y el fracaso, son emociones de todos los días que debemos aprender a manejar y no permitir que nos manejan a su antojo.

sábado, 12 de junio de 2021

La Vida Como un Lego

 

Cuando era niño, los Legos eran bloques de plástico de diferentes tamaños y colores. Había también algunas piezas especiales; como ruedas, postes o bases planas, y con ellas podíamos construir todo lo que nuestra imaginación nos permitiera.

Un paquete de bloques, lo mismo servía para armar un auto, que una casa, un avión, un puente, un edificio o algo con cuatro patas, que bien podría ser un perro, un caballo o una mesa.

Como todas las empresas, Lego evolucionó y lo hizo de forma espectacular. A la fecha tiene productos para armar que yo no sé si considerarlos modelos ejemplares de la ingeniería y el diseño industrial o simplemente obras de arte.

Estos “juguetes;” creados a la perfección, lo mismo reproducen personajes, escenarios, vehículos, naves espaciales, y todo tipo de accesorios de películas, series de televisión, caricaturas, etc. Todo con un sorprendente nivel de precisión que raya en la perfección. De igual forma, los manuales que vienen en cada caja, están hechos con tal nivel de detalle que están pensados para que no te equivoques y puedas seguir el proceso de ensamble de principio a fin.

Pero ¿Qué pasa con los usuarios?, ¿Cómo hemos cambiado? Y ¿Qué sucede a la hora de “jugar”?

Lo que he visto, es que ahora el dueño del Lego, se programa para seguir un instructivo al pie de la letra y ejecutarlo sin errores, porque si se equivoca, ¡Cuidado!, Puede haber desde una simple corrección en el proceso, hasta una llamada de atención por algún intolerante adulto, que todavía cree en el ochentero dicho de “hay que hacer todo bien y a la primera”.

También hay que decir que con los Legos nuevos, ante cualquier equivocación, el proceso de armado en algún momento se verá interrumpido, pues están diseñados para armarse bien y no soportan que cometas el menor error.  Si te equivocas, (repito) llegará el momento en que alguna pieza no va a embonar y habrá que regresar algunos pasos hasta encontrar el error. En resumen, sólo hay una forma de armar un lego y esa forma es hacerlo bien de principio a fin. ¡Qué estrés! Es como llenar un formato de migración en un aeropuerto y sentir que si te equivocas te van a deportar.

Por si fuera poco, cuando un niño recibe un Lego y en la caja se observa una nave espacial, en su mente no concibe otra cosa más que armar esa nave y no espera sino que el resultado final sea exactamente igual al modelo que aparece en la caja.

Ni por error alguien pensará armar algo distinto, o modificar el diseño original. Aquel juguete una vez terminado, en el mejor de los casos, servirá para jugar a una sola cosa y en muchos otros casos terminará como pieza de colección en alguna estantería.

Aquí no hay culpa ni señalamientos negativos para nadie, a eso hemos evolucionado empresa y usuarios. Pero la historia no termina ahí, resulta que con los modelos nuevos si alguna pieza se pierde, se quiebra, o si a medio proceso de armado se extravía el instructivo, el desencanto suele ser terrible, porque todo ello nos impedirá avanzar y llegar hasta el final, es decir que la perfección del modelo terminado jamás se alcanzará. Luego, la expectativa de ver el juguete concluido se derrumba y el juguete se abandona.

Bueno, pues, eso no pasaba antes, si perdías una pieza, ni cuenta te dabas, porque jugabas con el resto. Si te compraban o te regalaban otra caja de Lego, las piezas nuevas se revolvían con las viejas y finalmente tenías más con qué jugar, lo cual te permitía hacer más cosas. Ahora tus edificios podían ser más altos y tus ciudades más grandes.  Tampoco era raro que en alguna noche de forma inesperada encontraras la pieza que habías perdido mientras caminabas descalzo y a oscuras por algún lugar de la casa, en ese momento maldecías a la marca y a todos los que habían estado jugando con ellos.

Actualmente las tiendas de la marca han evolucionado tanto, que ahora puedes personalizar tus piezas y si extravías alguna, te la pueden conseguir y enviar prácticamente a domicilio. Lo mismo pasa con los manuales, que puedes consultarlos o descargarlos de internet. Todo eso está genial y es gracias a la tecnología, a la forma como el mercado ha evolucionado y a que los usuarios seguimos consumiendo y gozando de toda la felicidad que esa marca nos ha dado.

El punto es que acabo de darme cuenta, que la vida se parece mucho a los legos, pero a los de antes. Ya que en la vida, siempre sabes en qué momento y cómo comienza, pero no sabemos cómo ni cuándo va a terminar. Tampoco sabemos cuántas cosas vamos a poder lograr, ni qué vamos a poder armar a lo largo de los años. No sabemos qué pérdidas tendremos, ni qué ganancias vamos a obtener. La vida, por supuesto no tiene instructivo, y mucho menos un único camino para poderlo caminar. La vida simplemente te presenta un aquí y un ahora, con las piezas a tu alcance y el resto es creatividad, astucia, talento, valentía, por qué no decirlo, también algo de suerte, pero sobre todo ganas, muchas ganas de hacer cosas.

Igual nos topamos con gente más experimentada que nos enseña a armar grandes cosas, o nos comparte todo lo que ellos han armado. Pero también nos topamos con gente nociva, que sólo se dedica a desarmar y a destruir.

Y tú, lectora, lector querido, ¿Qué has podido armar con tus piezas hasta ahora?, ¿Qué proyectos tienes a medias y todavía sin terminar? Y por último y más importante, en los años que te quedan ¿Qué más cosas te gustaría armar?

jueves, 3 de junio de 2021

Un Solo México

 Necesitamos un solo México, donde quepamos todos.

Todos los pensamientos, los colores y las razas.

Todas las ideologías, que converjan y diverjan sin miedo a morir.

Un México, donde nada valga tanto como la vida misma.

 

Un solo México, plural y diverso.

Donde comprendamos la realidad ajena.

Donde aceptemos a los que son o piensan diferente a mí.

Donde seamos solidarios con los que más necesitan y menos tienen,

y esa solidaridad nos una, como tantas otras veces.

 

Un solo México, donde nada ni nadie nos divida.

Donde nadie siembre encono ente nosotros, que al final somos iguales.

Donde nadie diga, que existen ciudadanos de primera y de segunda.

Y seamos capaces de ayudar al fregado, sin fregar al próspero.

 

Un solo México, donde entendamos que lo que nos une,

es más grande que lo que nos divide.

Que nuestras coincidencias son mayores que las diferencias.

Y mis derechos están de alguna forma ligados a los tuyos.

 

Allí cabremos todos, indios y mestizos.

Pobres y ricos, ateos y creyentes, ancianos e infantes.

Todos los géneros y todas las creencias.

Empresarios y obreros.

Catedráticos y analfabetas.

 

Artesanos, agricultores, constructores,

transportistas, indigentes, profesionistas,

Los que venden, los que compran,

los que cumplen, los que evaden, los que ríen, los que lloran.

 

Borrachos y cantineros, cholos y grafiteros,

Campesinos, deportistas, ganaderos y poetas.

Delincuentes, policías, estudiantes, albañiles,

Cocineros, políticos, atletas…

 

Un solo México, donde quepamos todos.

Porque todos somos uno,

Porque uno somos todos.

Y al final somos el mismo, el que añora, el que sueña,

el que aspira, el que quiere y ya no espera.

 

 

jueves, 20 de mayo de 2021

BITÁCORA DE UN ENFERMO DE COVID19 (Testimonio Personal)

DÍA CERO (sábado 8 may)

Salgo a las 8:00am a hacer ejercicio, mi propósito, correr 5Km

Sólo logro correr 4km y el último lo termino caminando, ese fue mi primer aviso, pero no lo detecté.

Durante el día me duelen las rodillas y las piernas, segundo aviso, pero tampoco lo detecté, pensé que era a causa de la corrida o quizá por no haber calentado lo suficiente.

A media tarde, me informa un compañero de trabajo que acaba de dar positivo a covid19.

Pasé la tarde viendo una película con mi hija. Al terminar me duele la cabeza, tercer aviso, que tampoco detecté, me tomo una pastilla y me acuesto a dormir.

 

DÍA UNO (domingo 9 may)

Me levanto con dolor de cabeza, dolor de cuerpo y fiebre. No lo pienso más y voy a hacerme una prueba de covid19, (antígeno, hisopo por la nariz con resultado a las 2 horas y 96% de certeza), 2 horas después me llega el resultado de la prueba confirmando estatus positivo.

Disponemos una habitación y mi esposa de encarga de dejar dentro todo lo que puedo requerir en una semana.

En paralelo, informo al Doctor de mi situación y por la noche recibo mi primera receta.

Me instalo en la habitación y comienzo el tratamiento con algunas medicinas que sobraron de cuando mi esposa estuvo enferma, entre enero y febrero.

Informo a mis familiares, compañeros de trabajo y amigos con quienes tuve algún tipo de cercanía durante la semana.

Mi hija, con quien pasé la tarde del sábado, a pesar de no tener ningún síntoma, decide aislarse en su cuarto unos días por prevención.

 

DÍA DOS (lunes 10 may)

Surtimos los medicamentos faltantes de la receta y comienzo a tomar el tratamiento completo.

El dolor muscular es el más severo de los síntomas, el cuello, hombros, espalda alta y baja y en menor grado los brazos y las piernas. Todo me causa dolor, como si entre varios malandros me hubieran apaleado.

Reaparece la fiebre y el dolor de cabeza de forma intermitentes.

Todo el día reposo acostado sin lograr encontrar una posición cómoda o en la que el dolor sea menor, a pesar de eso mi oxigenación se mantiene en 96%

Me puede mucho no poder celebrar a mi esposa en el día de las madres, aunque todos lo entendemos, me quedo con la sensación de que tenemos pendiente reponer el festejo de ese día tan especial.

 

DÍA TRES (martes 11 may)

El dolor muscular sigue siendo la principal fuente de dolor, todo lo demás se mantiene igual, pero ahora aparece un nuevo síntoma, la diarrea.

 

DÍA CUATRO (miércoles 12 may)

Ninguna posición me resulta cómoda, ni sentado, ni parad, ni acostado, ni boca arriba, ni boca abajo, ni de lado. Además cambiar de una posición a otra implica dolor constante e intenso, me tengo que mover en cámara lenta, como si fuera un anciano. Particularmente el dolor está sobre la espalda, los hombros, el cuello y a la altura de los riñones.

La diarrea sigue.

 

DÍA CINCO (jueves 13 may)

Inicio el día con la consigna de hacerme análisis de sangre y una placa de tórax, mi esposa me lleva al laboratorio por la mañana para los análisis y por la tarde para la placa.

El dolor de cuerpo disminuye considerablemente gracias a los medicamentos, ahora lo que tengo es una sensación de debilidad y agotamiento general

El Electrolit, se ha convertido en mi agua de uso común, para evitar la deshidratación por tanta diarrea y la fiebre que se presenta de forma esporádica, generalmente por las noches, cuando despierto y siento la resequedad en los labios al grado de sentirlos sangrar.

Llevo 3 días comiendo caldo de pollo, manzanas y peras sin cáscara. Siento que estoy perdiendo peso.

Por la tarde, siento náuseas hasta vomitar, gracias a eso, llega una sensación de alivio que me hace sentir mejor.

Como la diarrea no da tregua, el médico aumenta medicamentos a la receta y dosis adicionales de otros medicamentos que ya estaban ahí.

Extraño mucho poder besar y abrazar a mi esposa y a mis hijos. Ese día la desesperación y la emocionalidad se hacen presentes al caer la tarde. Estoy fastidiado.

No obstante, no dejo de agradecer que a pesar de todo, no tengo ningún problema para respirar. Y no dejo de pensar en los miles pacientes que la han pasado mucho peor. Eso me da ánimos para continuar.

 

DÍA SEIS (viernes 14 may)

Obtengo resultados de laboratorio, cuya interpretación dice: “Leve compromiso pulmonar sin activación de coagulación, con ferretina elevada”. La instrucción del médico es puntual: Continuar con el tratamiento y con la dieta tal como está indicado.

A este día soy muy consciente de que a pesar de lo mal que pueda sentir y la fiebre y la diarrea, sigo pudiendo respirar con toda normalidad, y eso lo valoro más que nada.

La hipótesis es que el virus se está manifestándose más en mi aparato digestivo que en el respiratorio, gracias a Dios.

 

DIA SIETE (sábado 15 may)

El cuadro general sigue igual, cansancio y debilidad generalizada, fiebre esporádica y diarrea constante.

A lo anterior, a partir de este día, se agregan los primeros accesos de tos seca.

Se agregan medicamentos a la lista ahora para la tos.

Oficialmente estoy harto de comer caldo de pollo, manzanas y peras.

 

DÍA OCHO (domingo 16 may)

El doctor hace una valoración de la semana y actualiza la receta. Elimina algunos medicamentos y agrega otros, como jarabes e inhaladores, etc.

Por la noche la fiebre otra vez aparece, se me figura como una batalla cuerpo a cuerpo donde unos días no dejo que me suba y otros me sorprende arriba de los 38°C.

Así fue esta noche, sudar y sudar obligándome a cambiar de ropa 4 veces en una sola noche, ya se imaginarán, qué tal dormí.

 

DÍA NUEVE (lunes 17 may)

Amanezco de buen ánimo, no obstante haber pasado mala noche.

Sigue la sensación de agotamiento general, la diarrea, la tos y ahora mi oxigenación baja de un promedio de 96% a 93%

El doctor interpreta esto como una alerta, y ordena 7 ampolletas intramusculares a la receta, por siete días, una diaria.

Hice algo que jamás había hecho, aprendí a inyectarme solo. Dos tutoriales en youtube y la recomendación del Dr que me está atendiendo y de un amigo que también es médico. “En la nalga, en el muslo o en el brazo, donde se te haga más fácil.”

Para mi sorpresa creo que lo hice bastante bien y esto levantó todavía más mi ánimo.

 

DÍA DIEZ (martes 18 may)

La fiebre volvió en la madrugada, tuve que cambiarme de ropa y ya no me fue posible conciliar el sueño.

Las molestias del cuerpo han disminuido, el reposo ha sido fundamental en la recuperación.

El % de oxigenación lo he mantenido en 94% y el ritmo cardiaco ha vuelto a ser de dos dígitos, gracias a las inyecciones. Hoy me apliqué la segunda con muy buen tino y resultado.

Realizo caminatas en la habitación, por cerca de treinta minutos, del extremo más alejado hasta el baño y de regreso, vueltas y vueltas.

 

DÍA ONCE (miércoles 19 may)

Mis dolores prácticamente han desaparecido, me siento bien en lo general y por primera vez, desaparece la diarrea.

Parece que mi cuerpo poco a poco va volviendo a la normalidad. En esta condición me siento con muy buen ánimo y con energía suficiente para reincorporarme; a distancia, por supuesto, en algunas actividades laborales.  

De esta forma el día se me pasa más rápido y la mente se mantiene ocupada.

Por la noche, pongo música de salsa para celebrar, comienzo a bailar disfrutando del ritmo y me doy cuenta que inmediatamente me agoto, no aguanto bailando ni una canción.

Me acuesto nuevamente y pienso que la recuperación será lenta y paulatina.

 

DÍA DOCE (jueves 20 may)

Dormí bien, y desperté de buen ánimo.

La diarrea ya no está, esto me entusiasma porque me permite ampliar el menú. Me desayuno un sándwich que me sabe a gloria. Continúo con mis raciones de fruta sin cáscara y al mediodía mi caldo de pollo.

Los síntomas de malestar han desaparecido prácticamente por completo, la fiebre también y lo único que quiero es llegar al domingo, para hacerme otra prueba y esperar salir negativo para poder reincorporarme a mi vida normal.

Por lo pronto, serenidad y paciencia, como decía Kalimán. 

 DÍA TRECE (viernes 21 may) 

Pasé una buena noche, prácticamente sin síntomas.

Mi nivel de oxigenación se mantiene en 96% y 97% todo el día y ritmo cardiaco por debajo de 70bpm

Lo que antes era diarrea, se vuelve estreñimiento, el médico ajusta de inmediato medicamentos y dosis prescritas.  

Todo va volviendo a la normalidad.

DIA CATORCE (sábado 22 may)

Mi oxigenación se mantiene entre 95% y 96%, estoy sin síntomas y me siento bien.

Me programo para hacerme una nueva prueba de covid19 al día siguiente, es decir 2 semanas después de la primera, con la esperanza de salir negativo y retomar mis actividades normales.

DÍA QUINCE (domingo 23 may) 

Continúo con oxigenación al 96% y ritmo cardiaco por debajo de 70bpm.

Me realizo una prueba de antígeno, (hisopo por nariz), y en 2 horas tengo el resultado esperado. Negativo a Covid19. La recomendación del médico es muy clara. Debemos continuar el tratamiento con algunos ajustes para evitar un retroceso y con todas las vitaminas hasta que tengamos la vacuna o termine la pandemia. 

EN CONCLUSIÓN

Mi historia con el covid19, hasta ahora tiene un final feliz, creo que por esta ocasión le voy ganando la batalla, esto debe ser motivo de aprendizaje, que ayude a generar consciencia sobre la importancia de la prevención, para que sepamos qué hacer y cómo reaccionar ante una situación como esta.

Prepararnos física, mental y económicamente para afrontar una situación así, es la mejor recomendación que por ahora les puedo dar.  Estar atentos a la aparición de los primeros síntomas es clave, y tener un plan de acción listo para implementarse.

Enfrentar una enfermedad siempre es desagradable, pero si no se está preparado para ello, seguramente la experiencia será peor.

Abrazo y salud para todos ustedes. Desde casa feliz y agradecido con tantas palabras de apoyo y muestras de cariño

Por último, mi reconocimiento y agradecimiento al Dr. Guillermo Garza, De Cd. Juárez, Chih. por su atención profesional.

Manuel

P.D. Es importante aclarar que mi dosis de medicamentos la continué tomando (Con leves ajustes) hasta que conseguí tener mi esquema de vacunación completa.

Mi primera dosis de vacuna fue el 9 de junio y la segunda el 30 de junio. La recuperación ha sido poco a poco en todos los sentidos.

 

 

 

 

 

 

domingo, 21 de marzo de 2021

Estoy de paso.

Estoy de paso, igual que todos.

Y voy dejando atrás la historia que he cargado.

La convierto en tinta densa,

La vuelvo garabatos en papel mojado.

Sangre que va cargada de recuerdos

que presa y egoísta se abre paso.

Como yo.  

Y estoy de paso

Y en este andar de calles empedradas

Unos me ven pasar, y otros ni caso

Hay quien le da por caminar conmigo

Y algunos ya no quieren dar ni un paso.

Y paramos a veces y soñamos despiertos y cantamos dormimos.

De paso, aunque con paso firme y decidido

De paso, aunque con pies descalzos y sencillos

Con ese andar pausado

que jamás va a pasar inadvertido

Cual viento entre las aspas del molino

Cual manantial que emana y fluye prístino

Y corre y al correr  va haciendo ruido,

Que aunque sigue siendo él, ya no es el mismo.

viernes, 12 de marzo de 2021

Un Año de Pandemia


El 2020 llegó con la expectativa que genera todo año nuevo, sobre todos, con la esperanza de que fuera un año mejor que su antecesor 2019, que aunque para algunos fue bueno, para la economía en general había sido de regular a malo. Ninguno sospechábamos que el enemigo apenas estaba tocando la puerta.

La noticia del coronavirus llegó a México por las redes sociales y los medios de comunicación. Los noticieros daban la nota e informaban la terrible situación que vivían los chinos al otro lado del mundo. Como si estuviéramos en la edad media, muchos tardamos en entender que el problema de China, también era un problema mundial, una vez más el fenómeno de la globalización nos puso a prueba.

Primero dijeron que fue por algo relacionado con un murciélago, luego que procedía de un animal llamado pangolín; después surgieron todas las teorías conspirativas que usted guste, que si fue algo planeado para eliminar a una parte de la raza humana, que si le faltó cocción al murciélago, que los gobiernos malditos lo mandaron hacer para dominar el mundo, etc. El caso fue que se salió de control. Todo eso puede ser digno de investigación científica y seguramente lo será, pero no para esta crónica, aquí hablaremos de forma coloquial del virus que anda de boca en boca, como los buenos chismes y sólo en eso nos vamos a centrar.

En México la amenaza se comenzó a sentir cuando el virus se desperdigó por Europa, específicamente por Italia y España, y como cierta parte de nuestro linaje se ufana de que nos hayan conquistado los españoles, fue hasta entonces cuando el tema lo comenzamos a tomar en serio.

El primer caso en México se detectó el 28 de febrero, y como era de esperar, resultó ser de una persona que viajó y se trajo el virus como polizón. Después hubo un sonado caso de un grupo de viajeros que fueron a esquiar en Vail, Colorado y se trajeron más semilla para diseminar principalmente en Guadalajara y la ciudad de México.

Durante la primera quincena de marzo, se comenzó a hablar del tema en algunas empresas, y a tomar algunas acciones que se suponían prudentes. Dejamos de saludarnos de beso, de mano y de abrazo. Dejamos de hacer reuniones donde se juntaran más de 10 personas en espacios cerrados y comenzamos a promover el uso de gel antibacterial. El primer cambio radical llegó por parte de las autoridades el fin de semana del 13 al 16 de marzo, cuando se dio la noticia de que el regreso a clases quedaba suspendido para todos los grados. Todo el sistema educativo nacional, estaba a una semana de iniciar las vacaciones de semana santa y las autoridades decidieron que era mejor ya no volver a los salones y por lo tanto se adelantar el período vacacional.

El 15 de marzo mi familia y yo estábamos en Guadalajara asistiendo a un evento social al que fuimos invitados, y a pesar de las advertencias que apenas comenzaban, decidimos asistir tomando las precauciones que consideramos prudentes. Recuerdo que el saludo sin tocarnos ya era un valor sobreentendido, así como guardar distancia con toda la gente y procurar no tocar nada que no fuera necesario. Fuimos, cumplimos y nos regresamos al siguiente día sin mayores contratiempos.

Ese fin de semana, en la CDMX fue muy cuestionado y criticado un concierto llamado “Vive Latino”, que albergó decenas de miles de personas en el Foro Sol. El virus en ese momento era más novedad y noticia que una verdadera amenaza, así que miles de personas; de todo el país asistieron y se divirtieron. Pasados algunos días se dio a conocer que un guardia de seguridad del concierto se había infectado, pero a pesar de la multitud, el problema no se desató como por momentos se llegó a pensar.

La siguiente semana los gobiernos de todos los niveles comenzaron a circular señales de alarma, recomendaciones e instrucciones con diferentes grados de intensidad. A nivel federal se hablaba a nivel de prevención cuidando no despertar alarma entre la sociedad. Incluso llegando al absurdo de que el titular del Ejecutivo en varias ocasiones mandó mensajes contradictorios a los que mandaban sus subordinados. Recomendaciones como la de guardar sana distancia y dejar de saludarnos de beso y abrazo, eran boicoteadas con mensajes como “Hay que abrazarse, no pasa nada.” En algunos estados, las medidas de prevención fueron dadas como recomendaciones y en otros como decretos donde se advirtió que quien no los acatara se las vería con seguridad pública. A nivel municipal los esfuerzos que alcancé a ver iban más enfocados a temas de tener cuidado al usar transporte urbano y a evitar asistir a lugares donde se hubiera mucha gente.

Con el paso de los días las medidas se incrementaron. En algún momento se dispuso que las clases no se reanudarían hasta nuevo aviso, medida que por encima de todo, generaba mucha incertidumbre. Luego comenzaron a suspender eventos masivos, conciertos, partidos de futbol y espectáculos en general, con esto se cerraron teatros, auditorios y cines. Se dispuso cancelar eventos público y después incluso privados de tipo social, en virtud de que a los salones de fiestas se les prohibió operar por la concentración de gente que albergaban.

Cuando la noticia de la pandemia se popularizó, ocurrió un fenómeno social que llamó la atención de muchos, al grado tal que las críticas y los chistes no se hicieron esperar, me refiero a las compras de pánico. El papel sanitario fue el artículo más cotizado y por algunas semanas fue difícil de conseguir. El agua embotellada y los productos para desinfectar también se escaseaban por días, muchos productos se vendían de forma racionalizada, cierta cantidad máximo por familia o por persona, poco a poco la sociedad entendimos que serenarnos era de más ayuda que entrar en pánico y provocar caos. Con esta medida y el paso de los días, nos fuimos acostumbrando a adoptar ciertas reglas en nuestros hábitos de consumo, como asistir solos a los supermercados para evitar aglomeraciones, (y además, porque no dejaban entrar mas que un miembro por familia), comprar cierto número de productos solamente, y por supuesto llevar tus propias bolsas, ponerte gel antibacterial antes de tomar el carrito, etc.

Luego vino una medida que cambió de forma disruptiva los hábitos laborales. Con la determinación de que el país entraba en fase 3, se decretaba que los comercios y negocios en general debían cerrar y mandar a todos sus trabajadores a casa para continuar trabajando en la modalidad de “home office”. Solamente podían permanecer operando aquellas actividades consideradas como esenciales, con esto se referían a todo el sector salud, abasto de productos, medios de transporte, energéticos y algunos cuantos más. El resto tenía la obligación de irse a casa.

Como era obvio, la polémica y la controversia se incrementaron. ¿Cómo era posible mandar a la gente a su casa, en un país donde la inmensa mayoría depende de lo que genera diariamente para poder comer? Aquí la convicción sobre el virus no era el problema, la gente sabíamos que la pandemia estaba causando estragos en otros países, el problema era cómo cubrir las necesidades económicas para los gastos más básicos.

En una sociedad polarizada, como la nuestra, fue tema de varias semanas entender que si bien había gente que podía tranquilamente quedarse en casa por un tiempo, había muchos otros que no porque debían salir a buscar el sustento diario, y que los unos y los otros tenían razones muy diversas para actuar de cada modo. Se pidió hasta el cansancio tolerancia para quienes pensaban y actuaban distinto y como siempre pasa, en algunas ciudades las controversias llegaron al terreno de los golpes, arrestos y demás.

En el ámbito empresarial las medidas se fueron intensificando y comenzaron a sentirse los primeros estragos en el aspecto económico. Con el cierre obligado de tiendas y comercio en general, más la instrucción de que la población debía permanecer en su casa, los negocios se vieron afectados en sus ventas y comenzaron los despidos de personal. Los que pudieron aguantar un poco más, mandaron a la gente a sus casas, algunos sin verse afectados sus ingresos, otros ajustando jornadas reducidas en tiempo y en salario. El resultado fue que la gente comenzó a tener menos dinero y en consecuencia a cuidar más sus gastos.
Las instituciones de crédito, los bancos y algunas tiendas departamentales, lanzaron planes de apoyo a sus clientes otorgándoles prórrogas para cubrir sus pagos, las empresas comenzaron a publicar ofertas con tal de no bajar sus ventas o volver líquidos sus inventarios, los empresarios en general tuvieron que salir de una zona de confort y se vieron obligados a ponerse creativos con tal de salvar sus negocios. Otros, simplemente cerraron de forma definitiva y lo perdieron todo.

Algunas empresas mandaron a la gente a su casa de forma paulatina. Primero a quienes formaban parte de algún grupo vulnerable por su condición de salud. Posteriormente aquellos trabajadores que por su tipo de trabajo, podrían hacerlo desde casa sin mayor problema y finalmente; alternando jornadas a ratos en casa y a ratos en sitio. Cada quien hizo lo que pudo o consideró mejor para su negocio. Así fue durante abril y mayo.

El gobierno federal, implementó una campaña que llamó Jornada de Sana Distancia y para ello diseño un personaje que representa a una heroína a la que llamó Susana Distancia. El personaje se popularizó como reguero de pólvora, y la creatividad que distingue a muchos connacionales, hizo que en muy poco tiempo pudiéramos encontrar a la famosa Susana en carteles, anuncios, videos y por supuesto memes, piñatas y hasta pasteles.
Aparecieron jingles en la radio que hacían alusión a las medidas de prevención, como toser y estornudar en el ángulo interior del brazo pare evitar el salivazo… y se establecieron conferencias diarias de las autoridades para informar y en ocasiones, confundir con exceso de información a la población, una vez más quedó demostrado que la capacidad de informar de nuestras autoridades es tan deficiente como la capacidad de la sociedad para discernir tantos datos. Además en un país con tan bajo nivel cultural, donde abunda la información basura, ¿A quién le preocupa buscar información en fuentes confiables?

En nuestros hogares la dinámica cambió de manera drástica. Cabe señalar que en este rubro hay tantas historias como viviendas en cada ciudad. Digamos en lo general, que los hábitos se tuvieron que adaptar al encierro, pues ahora todo se regía por tratar de permanecer resguardados lo más posible. Personas vulnerables y niños, en teoría no tenían justificación para salir, así que la provisión de víveres y enseres recaían en adultos sanos, o lo más sanos posible. Algunos comenzamos a comprar comida para varios días, los que salíamos a la calle, adoptamos el hábito de quitarnos los zapatos y cambiarnos de ropa al llegar a la casa, y dependiendo de la paranoia familiar en algunas casas, el recién llegado era obligado a bañarse cada vez que llegaba de la calle.
La conexión a internet se convirtió en primera necesidad, pues además de las empresas, las escuelas y colegios comenzaron por mandar trabajo para hacer en casa, y finalmente todos terminaron por impartir clases de forma virtual diariamente a fin de rescatar en lo posible el ciclo escolar. Las personas que estaban haciendo home office, también requerían de una conexión con suficiente banda ancha. De esta forma se volvió necesario designar un lugar para trabajar en casa y en poco tiempo todos nos volvimos expertos en dominio de aplicaciones y sistemas para hacer video llamadas y enviar y recibir información de forma digital.

Las compras en línea se incrementaron de forma exponencial, las empresas que no estaban preparadas tecnológicamente para operar a distancias sólo tenían dos caminos para elegir: adaptarse al cambio o agonizar. En cada familia comenzamos a vivir el encierro de diferente forma.

Por las redes sociales y los canales de noticias, nos llegaban imágenes de cómo se estaba viviendo este proceso en otras partes del mundo, las referencias principales seguían siendo Italia y España, hasta que comenzó a figurar Estados Unidos. La gran potencia vecina en principio pareció minimizar el tema y para cuando reaccionamos, ya tenía en su récord más muertes que cualquier otro país del mundo. En unas cuantas semanas, el país del norte se volvió el epicentro de la pandemia mundial por la cantidad de casos confirmados, por la cantidad de muertos y porque se volvió fenómeno viral, al grado de que en ciudades como Nueva York; por citar sólo una, no se daban abasto con los servicios funerarios.

En las casas, las familias comenzamos a compartir y experimentar formas lúdicas de combatir el aburrimiento. Si el asunto consistía en quedarse en casa, el desafío consistía en pasarla lo mejor posible. El tiempo que las personas pasábamos ante las pantallas aumentó drásticamente. Las familias comenzaron a buscar qué hacer y cada una fue encontrando el modo.

Obviamente no existe una receta única, pues cada familia tiene necesidades y gustos diferentes. Aquellas donde viven bebés o niños pequeños, no pasaban por las mismas dificultades que donde había adolescentes, jóvenes, adultos o personas de la tercera edad. Los que enfrentaron la cuarentena con un embarazo o con algún padecimiento, por supuesto que tuvieron que lidiar con problemas muy diferentes y particulares. Los que viven con mascotas también tuvieron que adaptarse, todos nos enfrentamos a situaciones diferentes ante un mismo reto. Mantenernos en casa y pasarla bien. Se popularizó la analogía de que todos estábamos pasando por la misma tormenta pero cada uno en diferente barco, desde los que la veían la situación desde un crucero trasatlántico hasta los que la sobrellevaron en un yate, un velero o un buque de remos, el caso fue que cada uno se las ingenió para mantenerse a flote el mayor tiempo posible.

Creo que muchos optamos por establecer algunas reglas básicas de convivencia, horarios para dormir y para comer, tiempo para hacer actividades juntos y otros para que cada uno hiciera sus deberes o sus gustos de forma individual. Hubo que repartirse las tareas de la casa y procurar que todos participáramos. La pandemia indujo a que quienes tenían personas para apoyar el servicio doméstico también las mandaran a su casa; al menos un tiempo, y como era de esperarse, las casas no se limpiaron solas.

A manera de entretenimiento algunos optamos por armar rompecabezas, retomar lecturas y pasatiempos, cocinar y por supuesto, haciendo un esfuerzo adicional, encontrar un tiempo y un lugar para hacer ejercicio. Otros simplemente se tiraron al sillón, o al vicio sin más apuro que consentir al cuerpo, al fin que para ello sobraban formas de hacerlo. Los sitios que no daban servicio a través de plataformas digitales lo comenzaron a hacer y con ello ganaron todos.

De pronto y sin pensarlo, tuvimos acceso a ver desde casa funciones del Circo du Solei, o de algunas obras de teatro de Broadway, que nunca antes se habían televisado y menos de forma gratuita. Lo mismo con el acceso virtual a museos y galerías de arte. Algunos artistas de la escena comenzaron a hacer presentaciones desde sus casas en formatos sencillos pero cálidos.

Recuerdo presentaciones de Carlos Cuevas, Carlos Rivera, Emmanuel y Mijares, Eugenia León, y obras de teatro como Cats, El Fantasma de la Ópera y una extensa cartelera que promocionó una compañía teatral de Buenos Aires. La verdad es que oferta hubo para todos los gustos y al alcance de cualquiera.

No recuerdo que en años anteriores hubiéramos hecho las compras del súper por internet, y esa fue una de las modalidades a las que tuvimos también que adaptarnos. Luego vinieron otras, como dejar de asistir a restaurantes y centros comerciales. Si acaso, sólo recogíamos la comida en la modo “Para llevar” y de los centros comerciales nos fuimos olvidando poco a poco.

Cuando fue necesario regresar a alguno, vimos con tristeza que muchas tiendas habían cerrado de forma definitiva, y lo que antes eran plazas llenas de vida, ahora lucían casi desiertas, y con muchos locales cerrados o con carteles que decían “Se Renta”.

Recuerdo que en mayo contábamos a modo de chiste, que a la pandemia sólo le faltaban 3 días para terminar: El día de la madre, el día del padre y el día de la independencia… nos hacía gracia el comentario por pensar que la pandemia se extendería hasta septiembre, y con el tiempo comprobamos que una vez más, la realidad superó la fantasía.

La novedad de las reuniones virtuales hizo que le sacáramos provecho a las aplicaciones también para fines lúdicos, y de pronto estábamos haciendo reuniones de tipo social, reuniones de amigos, de familia, celebraciones de cumpleaños y hasta serenatas virtuales nos tocó vivir ante la imposibilidad de hacerlo en vivo. Y como la creatividad daba para mucho, se puso de moda la celebración de cumpleaños con caravanas de vehículos que se organizaban para pasar por la casa del festejado armando alboroto y dejando a su paso muestras de cariño.

Con el aislamiento llegaron también un sin número de videos, textos, invitaciones a conferencias etc. que trataban sobre recomendaciones para sobrellevar la pandemia, el encierro, la ansiedad, el miedo y la mismísima enfermedad culpable de todo, el covid19. El sector salud, fue el más expuesto y el más vulnerable, por momentos, lejos de reconocer lo que este sector hacía por la sociedad, fue visto por algunos como un peligro potencial al grado absurdo de discriminarlos y verlos como una amenaza social, muchos médicos, enfermeros, y trabajadores de la salud, sufrieron acoso, discriminación y hasta violencia física por gente ignorante que en vez de verlos como potenciales héroes al servicio de la sociedad, los consideraba una amenaza para la salud.

Poco a poco, como sociedad fuimos aprendiendo el valor de las cosas más cotidianas, comenzamos a sentir y a manifestar aprecio por la vida y la salud, o la simple convivencia social y muchos finalmente entendimos la importancia de la prevención. Por supuesto hay sectores de la sociedad que no escarmientan con nada, y no son capaces de solidarizarse con los demás hasta que la muerte les toca a la puerta, lamentablemente mucha gente ha tenido que padecer pérdidas cercanas para entender que el virus realmente existe y que la protección y los cuidados, dependen de todos.

Acuñamos el término de “La Nueva Normalidad” y la asumimos como quien no tiene más remedio que aprender a vivir con un nuevo estilo de vida, adecuando nuevos hábitos y cambiando otros que ya no son convenientes conservar. Los chistes, memes y la picardía que nos caracteriza como sociedad, afloró como era de esperarse, y como los mexicanos de las peores desgracias hacemos los mejores chistes, el virus y la pandemia no lograron salir invictos.

Pasó el verano y con él se fue la esperanza de volver al nuevo ciclo escolar de forma presencial. Las clases volvieron en modalidad virtual y chicos y grandes no tuvimos más remedio que resignarnos. Los que cambiaron de grado o de escuela, es fecha que no han convivido con sus nuevos compañeros, ni disfrutado de las nuevas instalaciones, pues la escuela para fines prácticos sigue siendo su casa.

Con la llegada de las fiestas patrias, el día de muertos y luego la navidad, no tuvimos más que aceptar que este fue un año donde todos aprendimos a disfrutar de estas fechas de un modo distinto, unos optaron por seguir haciendo celebraciones virtuales y otros por celebrar tan solo con la familia inmediata, es decir, disfrutar las fiestas con los que viven bajo el mismo techo.

El gobierno siguió pidiendo que nos cuidáramos, y aunque parezca absurdo decirlo, la estrategia de comunicación oficial, todo el año estuvo caracterizada por la falta de congruencia, la confusión y los discursos que se contradecían entre funcionarios que promovían el uso del cubre bocas y la sana distancia, y otros que ni respetaban la recomendación, ni mucho menos promovían que se hiciera una cosa o la otra.

A un año de haber iniciado la pandemia, nuestro país ya cuenta en cifras oficiales con casi doscientos mil muertos por covid19 y más de dos millones de contagiados, cantidad a la que habría de sumarle todos los casos no oficiales pero que también pasaron por lo mismo. La pugna entre el medio oficial y los medios de comunicación ya fastidia, la constante lucha entre partidos políticos por desprestigiar al contrario y estar constantemente tratando de demostrar que ellos tienen la razón, es denigrante y cínica.

La vacuna ha llegado a nuestro país a cuenta gotas y la estrategia nacional de vacunación es de lo más cuestionada, los que hace cuentas comentan que comparado con otros países, México tardará “años” en tener vacunada al 70% de su población, la verdad nadie la sabe, porque en un año donde la continuidad en el poder está en juego, todo se politiza. Con la contienda electoral en puerta, hasta las mejores intenciones, si es que alguien las tiene, se ponen en duda o simplemente nadie las cree.

Dicen que las enfermedades y la muerte, son estadísticas hasta en tanto no te lleguen de forma cercana. Todo era cuestión de tiempo, poco a poco, nos fuimos enterando de conocidos, amigos y familiares que iban siendo víctimas del contagio. Muchos transitaron por la enfermedad y lo pueden contar como una historia con final feliz, pues la superaron de alguna u otra forma, pero muchos otros no, su historia tuvo un desenlace fatal e inevitablemente deja un hueco y un recuerdo muy difícil de sobrellevar. Hay un sin número de casos que son dignos de que alguien les escriba su propia historia llena de heroísmo y valentía, gente que pierde la batalla después de haber arriesgado su salud o dado su vida por cuidar a otros. Homenaje especial a cientos de médicos y personal del sector salud que dejaron su vida en la primera línea de fuego.

El coronavirus y la pandemia, es un fenómeno del cual varias generaciones hablaremos diciendo que hubo un antes y un después. Con las mismas siglas (AC y DC) con las que se define la historia del mundo “Antes y Después de Cristo”, casi 2 milenios después llegó un fenómeno también de impacto mundial, el “Antes y Después” de las Computadoras y ahora en los primeros 20 años del siglo XXI, el “Antes y Después” del Coronavirus. Parteaguas que serán hitos en la línea de un tiempo que sí nos tocó vivir.

La mayoría de los ciudadanos seguimos viendo la forma de cuidar la salud y la fuente de ingresos. Algunos hemos entendido que no hay nada tan valioso como la vida misma, ojalá no tardemos en entender que la mejor medicina sigue siendo la prevención y la mejor vacuna por ahora, consiste en cultivar buenos hábitos. El 2020 llegó con una gran expectativa y se fue dándonos muchas lecciones. Y como a un maestro exigente, de esos que te marcan para siempre, nadie lo vamos a extrañar, pero tampoco nos vamos a olvidar de él.