domingo, 25 de octubre de 2015

"10 AÑOS no son nada,,, son todo" El Segundo Embarazo (Capítulo XXIV)

Querido hijo, El segundo embarazo de una familia no necesariamente se parece al primero. Así como en una familia todos los hermanos somos diferentes entre sí, ahora sé que las diferencias comienzan a notarse desde el embarazo.

En nuestra familia, supimos de tu llegada gracias a tu hermana mayor. El apego hacia su mamá resultaba fuera de lo normal, sus ganas de llorar estaban a flor de piel ( si de por sí…); y lo que para nosotros comenzó siendo un misterio, se convirtió primero en una sospecha y después en una gran felicidad, tu llegada estaba confirmada y programada para finales de enero próximo.

La emoción que como padres sentimos, está ligada al placer de ver cómo crece la familia, y cómo resulta necesario hacer ajuste en cuanto a espacio, agenda, planes futuros y demás.  También existe una emoción inmensa de querer comunicar la nueva noticia a todo el mundo, pero sobre todo a alguien en especial, al hermano mayor.

Decirle a los hermanos de que van a tener un hermanito, es dar una gran noticia.  Ver su reacción es algo único, pues no es común que la gente reciba ese tipo de noticias. Así que sin más, lo hicimos y como era de esperar, primero la confusión y luego la felicidad se reflejaron en el rostro de tu hermana. A partir de ese momento éramos 3 los que con ansia te esperábamos, claro que tu hermana pensaba que llegarías al siguiente día, y rápido comenzó a traer juguetes y sonajas para recibirte.

Hubo que explicarle que el tiempo de espera es largo y necesario, y aunque le costó trabajo entenderlo se acostumbró a la idea de que su hermanito estaba en la panza de su mamá, y ahí fue durante toda la gestación, el lugar donde recibiste besos, abrazos, canciones, caricias, y hasta juguetes que tu hermana traía para ti.

            Para la mamá, durante todo el segundo embarazo, siempre está la referencia del primero: La vez pasada no me sentía así, y ahora sí. La vez pasada no me dieron estos achaques ni antojos y ahora sí.  Ahora como que me  duele aquí y la vez pasada no, etc. Es imposible no hacer comparaciones. Pero por encima de todas ellas, la vez pasada tenía todo el tiempo para pensar en su primer y único bebé, y ahora no, ahora tiene un hijo de 1, 2 o 3 años, o quizá más, que está vivo y demanda su atención, su tiempo y sus cuidados, y todo eso sucede mientras su cuerpo va nutriendo y formando al segundo hijo que lleva dentro.

            Creo que además del evidente proceso de gestación, el embarazo cumple otra importante función en la forma de pensar de los padres, pues mentalmente vas a aprendiendo a cuidar a un hijo sin descuidar al otro, y sobre todo, a darle a cada uno su tiempo y su lugar sin experimentar sentimiento de culpa por atender a uno haciendo a un lado al otro. Y por su parte, ellos aprenden que para cada uno hay turnos y tiempos qué esperar.

            Para el papá, el tema del segundo embarazo además de emocionante, resulta también un inmenso aprendizaje, pues uno aprende a dividir y equilibrar los tiempos y formas de atención hacia la pareja y hacia el primer hijo, y sobre todo a este último, pues casi seguro que cuando uno le ofrezca apoyo a la pareja, ésta le dirá -Ayúdame con el niño…

            Conforme el tiempo va avanzando y el vientre de la madre va creciendo, las tareas más cotidianas se vuelven más complejas, pues simultáneamente la madre va ganando peso y perdiendo movilidad mientras el primer hijo va creciendo, va adquiriendo nuevas habilidades y teniendo nuevas necesidades. Será ahora cuando más querrá que lo carguen; si todavía es un niño de brazos, y si por ejemplo al inicio del embarazo el primer hijo apenas gateaba, para cuando vayamos en el noveno mes, el primogénito habrá adquirido la habilidad de caminar y de correr y la madre por el contrario habrá perdido agilidad y velocidad al desplazarse. Ahora será mayor el cansancio acumulado durante los meses de gestación, y por otra parte estará más latente el pensamiento de que la hora del alumbramiento está cada vez más cerca.  Por su parte el hijo o hija mayor sabrán perfectamente que dentro de poco tiempo habrá otro miembro en la familia y lo que comenzó con una gran emoción por tener alguien con quién jugar, ahora se torna en la cada vez mayor sospecha de que pronto habrá en la casa un pequeño rival con el que habrá de competir por ganar la atención de papá y  mamá.

            No será fácil explicar al hijo mayor que la cuna, los peluches y los nuevos accesorios para bebé, ya no son para él, y que debido a que él ya es grande, ahora tendrá juguetes y sobre todos derechos nuevos a los que sólo tienen acceso “los mayores”. Es decir, una de las tareas más importantes del padre, consiste en hacerle ver al hijo mayor que nadie lo está desplazando, y que el hecho de que llegue una hermana o un hermano a la familia, no va a generar una lucha de poderes, sino una familia más fuerte. Sin embargo, y a pesar de toda la buena comunicación que como padres tengamos con nuestros hijos mayores, siempre habrá en ellos el sentimiento que magistralmente explicaba Quino, a través de su entrañable personaje “Mafalda”: - Siento como si los corazones de mis papás fueran a abrir una sucursal.

            Todo esto en teoría es muy sencillo, pero en la práctica habrá que estar mentalmente preparado para entender que lo que por ahora son momentos de angustia, son sencillas pruebas para fortalecerse como familia, pues bajo el mismo techo, habrá que tolerar los berrinches y rabietas del primogénito, el cansancio, temor y mal humor de la madre que ya sabe lo que le espera, y un agotamiento físico y mental del padre  que por momentos ya no pide más queso, sino salir de la ratonera.


            Pero como a cada gran esfuerzo le llega una gran recompensa, nada se compara con la alegría de llegar a un feliz parto que da como resultado una familia fortalecida, una orgullosa y amorosa madre, un orgulloso cuanto preocupado padre, y un primogénito con sentimientos encontrados, feliz de finalmente conocer al ansiado hermanito, pero confundido de corroborar  lo que ya suponía y que atinadamente nos dijo Mafalda en otra de sus tiras cómicas: - Yo siempre estuve de acuerdo en tener un hermanito, pero nunca dijimos que iba a vivir en la misma casa.

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jueves, 20 de agosto de 2015

"10 AÑOS no son nada... son todo" El niño es presentado en sociedad... continuación. (Capítulo XXIII)

      Querido hijo, como ves, salir con los hijos a lugares públicos, siempre conlleva riesgos, pero es la única forma de que aprendan cómo es el mundo que los rodea, así que más vale tomar las cosas con calma, tener algunas precauciones y dejarse llevar.
      Si en lugar de llevar a tus hijos a un restaurante decidieras ir con uno o varios niños a alguna misa, boda, graduación, o evento de índole social o cívica, es un desafío muy grande pues en el momento de mayor solemnidad o emoción, tu hijo te pida que lo lleves al baño otra vez, situación que te hará sacar la furia que llevas dentro al grito de – ¿Por qué tiene que ser justo en este momento?, ¡Te dije cuando llegamos! - a lo que tu pequeño responderá – Es que cuando llegamos no tenía ganas…
      Si decides ir al cine con el pequeño, por supuesto que será para ver una película infantil (llegará un día en el que tus amigos o compañeros de trabajo jamás habrán oído hablar de la película “hormiguitas alienígenas 4” y tú hasta la canción te sabes…). También notarás que para los niños muy pequeños, el cine es un lugar oscuro donde pueden correr por la alfombra mientras sus papás se vuelven expertos en Disney – Pixar. ¿qué te quiero decir con esto? Que hay una edad y un tiempo para cada cosa, cuando te llegue el momento, ten paciencia.
      En todos los casos mencionados anteriormente, ante la amenaza de un berrinche o una escena familiar que termina en escándalo, los padres recurriremos al infalible método de darle comida al chamaco con tal de que se calle y guarde compostura (o al menos la más posible), y la verdad es que funciona muy bien, pero después de un rato, el efecto del método se agota; toda vez que a la criatura ya no le cabe más comida.
      Ni qué decir de lo que pasa cuando vas con un niño a algún lugar tumultos, por ejemplo un centro comercial, un concierto, un parque de diversiones o la ceremonia del santo patrono de tu ciudad. Todo está perfecto hasta que descubres que el niño ya no está… la angustia que llegas a sentir por un momento es como un micro infarto, esa sensación de saber que hace un segundo estaba contigo y de pronto se ha ido…
      Varias veces he tenido que sacar a mis hijos de los carruseles donde se cuelga la ropa nueva en las tiendas departamentales, así como de los anaqueles y aparadores de jugueterías. Pues si bien es cierto que a ellos les divierte jugar al escondite y se distraen con toda facilidad, también es cierto que otras tantas veces, los padres andamos papando moscas y no somos conscientes de la responsabilidad de traer un niño sin la supervisión adecuada.

- ¿Te acuerdas, Pablo, cuando te me perdiste en la Basílica de Guadalupe; nada más porque se te ocurrió darle una vuelta a una columna mientras yo tomaba una foto?
- Me regañaste…
- ¿y qué querías?, ¿Qué te echara una porra?... sentí que no te volvería a ver…

      No están exentos de este tipo de casos los accidentes y percances que llegan a ocurrir muchas veces por un descuido y en ocasiones por imprudencia de los padres. Es vital que como padres o tutores, desarrollemos esa capacidad de detectar posibles zonas de riesgo y extremar precauciones en escaleras y puertas eléctricas, barandales, fuentes, rampas, explanadas, albercas, cruces de calles, elevadores, automóviles… etc. es increíble cómo los accidentes suceden enfrente de uno y sólo basta un descuido para que ocurra algo inesperado y una tarde cualquiera termine en fatalidad. No sabes la cantidad de gente que trayendo en el auto la silla especial para asegurar a los niños, viaja con ellos en el regazo o sueltos en el asiento trasero.

- ¿Te acuerdas el día que te fracturaste la mano en una puerta eléctrica de un centro comercial?
- Sí, me dolió mucho…
- pues claro… pero al menos ya aprendiste que no debes andar metiendo las manos entre las puertas…

      En fin, querido hijo, con toda esta letanía, lo que te quiero decir es que, a pesar de todo lo que los padres amamos a nuestros hijos, no podemos estar cuidándolos las 24 horas del día. Es necesario que cada niño, aunque estén chiquitos, aprendan cuales son los peligros propios de su edad y sepan cómo prevenirlos o librarse de ellos. Si los padres lográramos tan solo eso, creo que estaríamos logrando uno de los puntos más importantes en el desarrollo de cualquier persona. Aprender a cuidarse solo.

"10 AÑOS, no son nada... son todo" El niño es presentado en sociedad... (Capítulo XXII)

     Hasta ahora, querido hijo, todo lo que hemos comentado ha tenido que ver con nuestra relación familiar; desde la forma como inició el matrimonio, la larga espera para la anhelada llegada del primogénito y la vorágine que representa el nacimiento y crecimiento del bebé. Sin embargo, hasta ahora no hemos comentado nada referente a la interacción con el mundo y en general; lo que ocurre de la casa hacia afuera.
     Los niños, querido Pablo, son personas muy especiales y muy importantes, pero sólo para los padres y para algunos familiares. Para el resto de mundo, son solamente niños, digamos un niño más en el planeta.
     Por algo es conocido el dicho que dice que “Lo único más insoportable que un niño genio, es la mamá del niño genio”. Y la sabiduría detrás de estas palabras es total.
     A los hijos hay que enseñarles que afuera de la casa, y más allá de papá, mamá y la familia entera, existe un mundo tan enorme como fascinante, pero que está lleno de personas desconocidas y es importante saber hasta dónde se puede interactuar con ellas. Así aprenden los hijos a saludar, a despedirse, a decir gracias y por favor a personas ajenas a al círculo familiar, aprenden a solicitar ayuda en caso de alguna emergencia o a solucionar pequeños problemas sin depender de papá o mamá. En fin, en esta tarea de ir aprendiendo a ser hijos, nosotros vamos aprendiendo a ser padres.
     Cuando los hijos nacen algunos padres nos vemos coartados por un tiempo de asistir a ciertos lugares que antes frecuentábamos, y ahora ya no lo podemos hacer, o cuando menos, no con la misma regularidad que antes. El cine es un claro ejemplo de esto. Muchas parejas dejan de ir al cine por meses o incluso años después de la llegada de los hijos, lo mismo ocurre con las salidas a excursiones, conciertos, bares o ciertos restaurantes que antes solían ser los favoritos. Con la llegada de los niños, ya nada es igual.
     Sin embargo llega el momento de experimentar las primeras salidas, y allá vas; cargando carriola, sillitas especiales, comida para el bebé, y ropa como para un mes por si algo se ofrece. Notarás como los lugares que solías frecuentar en pareja, ahora los cambias por restaurantes familiares con instalaciones especiales para niños y por supuesto con menú infantil.
     Creo que la generación a la que pertenezco, pasaremos a la historia como aquella que le hizo comer a sus hijos kilos y kilos de nuggets de pollo con papas a la francesa y una pipa de cátsup antes de llegar a la pubertad. También seremos recordados por que en vez de enseñar a nuestros hijos a esperar sentados en la mesa a que llegaran sus alimentos, los mandábamos al área de juegos para poder disfrutar de un rato de descanso. (Nosotros, por supuesto, no ellos).
Una salida que debiera ser sencilla, digamos a un restaurante un sábado o un domingo cualquiera, puede convertirse en una odisea.
     Si tu hijo todavía es un infante que no camina, tendrás que cuidarlo en tu mesa pues difícilmente habrá instalaciones y cuidados para un niño tan pequeño, en tal caso, requerirás una periquera y suficiente espacio a tu alrededor como para evitar que el niño pueda causar disturbios entre los comensales vecinos, así evitarás vergüenzas cuando se ponga a llorar, hacer berrinches o lanzar la comida por el aire. Actualmente algunos niños se suelen entretener con tecnología digital, como smartphones, tablets y similares, pero obviamente no todas las familias pueden tener acceso a este tipo de “juguetes” que son capaces de entretener a toda una familia al mismo tiempo que la separan si se utilizan sin límites.
     Si tu crío ya se desplaza por sí solo, seguramente preferirás sentarte en una mesa cercana al área de juegos para que tu niño vaya y venga sin necesidad de que lo lleves y vayas por él. Hasta ahora pareciera que todo está bajo control, pero el desafío apenas comienza.
    En cuanto traigan tus bebidas seguro tendrás que levantarte de tu mesa; ya sea porque tu hijo se pegó en un juego y está llorando desconsolado, o ya mordió a otro niño más chiquito, o está atorado en un barandal del cual no se puede salir sin tu ayuda, o quizá descubrió que hay una máquina que por $10.00 le dará una pelota de colores y vendrá a pedirte la dichosa moneda. El caso es que tu bebida te la tomarás en intervalos donde estarás yendo y viniendo del área de juegos a la mesa una y otra vez.
     Finalmente pedirás y esperarás con ansia tus alimentos, y verás que justo en el momento que los traen a la mesa, tu bodoque vendrá para decirte que lo lleves al baño a hacer popó porque ya no se aguanta más… con el consecuente resultado de terminar comiendo el platillo frío.
     continuará...

"10 AÑOS no son nada... son todo" Papás y Mamás especiales... (Capítulo XXI)

      Querido Pablo, en el mundo de la paternidad, hay ciertos papás y mamás que merecen todo nuestro reconocimiento y nuestra solidaridad. Me refiero a los papás y mamás de niños especiales. Es decir, padres de hijos que por una situación ya sea congénita o posterior a su nacimiento, viven con algún síndrome o discapacidad que los vuelve especiales.
      De algo no me queda duda, para los mejores hijos, Dios siempre escoge a los mejores padres. Aquellos que al recibir la noticia de que serán padres de un niño especial, asumen su responsabilidad quizá con temor pero también con valentía, es decir, con muchísimo amor.
      No tengo la experiencia en carne propia como para poder hablar en primera persona, pero tengo amigos cercanos y familiares en donde he visto la entrega con la que un papá o una mamá se vuelcan a sacar adelante a sus hijos cuando una situación especial los envuelve. No creo equivocarme sobre la angustia que deben sentir al pensar ¿qué será de sus hijos si algún día llegan a faltar?, Sin embargo, recuerdo una frase que un día le escuché a un amigo “No es lo mismo creer en Dios, que confiar en Dios”, y cada vez que veo a un papá o a una mamá de un niños especial, percibo que entre ellos y el Padre, existe algo que va más allá de una simple creencia, que me parece ser una confianza absoluta.
       Hace algunas décadas, hablar acerca de alguien que tuviera una discapacidad solía ser un tema tabú. La sociedad no sabía cómo tratar esos temas, no era bien visto que la gente preguntara o se informara sobre las personas que tenían alguna condición especial. Por el contrario, si había algún miembro de la familia en tal condición, se llegaba a considerar incluso como un castigo de Dios. Sabemos que aún falta mucho por mejorar sobre este tema, sin embargo nuestra sociedad ha cambiado, y aunque actualmente las personas con alguna discapacidad o condición todavía siguen siendo objeto de discriminación, ya en las nuevas generaciones se percibe un cambio. En algunas escuelas como donde tú has estado, desde preescolar se habla de la discapacidad y se convive con niños con capacidades especiales, y se nos enseña al resto de los niños y a los papás de éstos a convivir con todos por igual, y por supuesto, con estas acciones vamos desarrollando lazos afectivos que nos hacen crecer como sociedad.
       Considero que mucho de este logro se debe a papás que han confrontado a la sociedad en busca de un mundo donde la dignidad en primer lugar y después la igualdad de derechos, obligaciones y oportunidades de desarrollo también estén al alcance de las personas especiales.
        Bien querido Hijo, mantente atento a todos estos padres de niños y niñas especiales, todo nuestro cariño y reconocimiento a su labor, pues ésta impacta mucho más allá de las paredes que forman su hogar, ya que con su esfuerzo diario, hacen que la vida de todos nosotros sea mejor, pues siempre estarán luchando por una sociedad más humana y más justa. Nunca olvides que son guerreros al servicio de Dios por la misión tan especial que se les ha conferido, es decir que son como ángeles en la tierra. Nuestro respeto, nuestro amor y toda nuestra atención, para seguir aprendiendo de ellos.
         Dentro de este grupo de padres especiales, querido hijo, no puedo dejar de mencionarte a aquellos papás y mamás que deciden adoptar a niños y niñas que requieren de un hogar, y que juntos logran llenar un vacío mutuo que les permite conocer una nueva forma de amor. Un amor filial que no tiene comparación con nada, una experiencia única que para conocerla hay que vivirla. Podrá haber kilos de literatura que definan y den testimonio de lo que significa ser padre y madre, otro tanto para hablar de los papás y mamás especiales, pero nada de eso sustituye la bendición de serlo, de vivirlo en carne propia. Sea como sea, todo corazón, espero que algún día lo llegues a saber.

sábado, 30 de mayo de 2015

"10 AÑOS no son nada... son todo" El Bebé Cumple un Año (CAPÍTULO XX)

Querido Pablo, te voy a platicar lo que recuerdo de cuando tu hermana y tú cumplieron un año. A esa edad el desplazamiento es por toda la casa, nosotros siempre preferimos que lo hicieran en el suelo. Nunca nos gustaron los andadores o andaderas.  - ¿Se quiere desplazar?  -  Hágalo como pueda.  - ¿Se quiere parar? – ¡Adelante!, agárrese de donde pueda -  y más o menos con esa filosofía fue que aprendieron a ir y venir por toda la casa valiéndose de sus propios recursos.  Como vivíamos en casa de dos pisos, fue importante dedicar todo un sábado a enseñarlos a subir y bajar escaleras, pues aunque teníamos las tradicionales puertitas para evitar accidentes, sabíamos que los accidentes suceden precisamente cuando las puertitas fallan, así los enseñamos a deslizarse también en sentido vertical. Ahí nos dimos cuenta de que lo que para ustedes era un juego, para nosotros, fue una experiencia que nos ayudó a identificar el nervio ciático.

Finalmente aprendieron a ir y venir en forma empírica, dominaron las habilidades de agacharse, gatear, reptar, trepar, voltearse, deslizarse, subir y bajar. También  aprendieron que la tierra de las macetas no tiene buen sabor, y que las aristas de los muebles y muros hacen daño, sobre todo cuando se incrustan en la frente. También supieron el desmadre que se hace cuando  jalan el mantel de una mesa con todo el servicio puesto y cómo se sienten los toques de las pilas cuadradas cuando te las pones en la lengua. En esta edad los chipotes parecen ser parte del niño, y eso que apenas está aprendiendo a caminar.  En fin, es una edad en la que comienzan a explorar el mundo que está a su alcance.

Cuando el niño ronda el año de edad, comienza a comer casi de todo. Papillas de carne, verduras y frutas, huevo, etc. Esta etapa es divertida pues es de mucha experimentación. Los típicos consejos que escucharás son los de: -Dale verduras antes que frutas, porque si le das primero la fruta ya no va a querer la verdura…  (no te creas todo lo que escuches, que nada es para siempre).

En esta etapa los padres descubrirán que a los niños les divierte más untarse la comida que ingerirla. Así que amasen paciencia y entiendan que así será durante un tiempo.  Así comienzan las primeras travesuras…

Cuando el niño comienza a caminar, es todo un acontecimiento, creo que es el indicador ideal para reconocer que el pequeño ya no es un bebé, sino un niño.  Y aquí comienza lo que para mi gusto es la etapa físicamente más cansada para los padres. Es ahora cuando no puedes perder de vista al niño ni un solo minuto, pues sus nuevos alcances lo hacen vulnerable a accidentes y extravíos.

Aquí se vuelve sumamente complicado salir a un restaurante, ir a casas ajenas o a centros comerciales, pues el bodoque ya no quiere estar cargado ni en la carriola, por ahora todo lo que quiere es caminar, y si es posible, correr. De tal forma que tenerlo confinado en un espacio reducido, será tarea difícil y acompañarlo a caminar, también.  Y soltarlo en un entorno no apto para él, lo hará ver (como dice el dicho) “como chivo en cristalería”.

Recuerdo, querido Pablo, que cuando tenías 1 año, un buen día llegó tu hermana de 3 años de edad a nuestra recámara para decirnos: -  Sabían que Pablo ya se baja sólo de la cuna…
Nos levantamos disparados a ver de qué se trataba y efectivamente comprobamos que ya te habías bajado. Tus habilidades eran suficientes para que escalaras el barandal por dentro de la cuna y te dejaras caer por afuera con tal de obtener la libertad.

Ese día le quité el barandal a tu cuna pensando: - Si te has de caer, que sea de 50 cm y no de 1.20m  de altura. Experiencias como ésta te sorprenderán a cada rato.

También es típico que algunos padres adopten los nombres que los hijos les imponen a las cosas.  Por favor no caigas en el absurdo de decirle a tus hijos que los perros se llaman “gua-guás”. Enséñale a tus hijos, que los perros se llaman perros y todo será mejor, pues de lo contrario, parecerá que en lugar de que el niño aprenda a decir las palabras bien, los papás aprendemos a decirlas mal. Analízalo, se ven tan ridículos los adultos que pretenden imitar a los bebés. Pero en fin. No sé si lo recuerdes, pero ustedes siempre escucharon que los perros se llamaban perros, y los trenes se llamaban trenes, y no “pu - pús”, como algunos les dicen. Creo que es un buen ejercicio para que los padres enseñen a los hijos a llamar a las cosas por su nombre, y sean ellos los primeros en poner el ejemplo.

Finalmente te comento que en este momento y más o menos hasta que cumpla los dos años, llegarás a pensar que tu niño es una adoración, pues es dócil y obediente como ninguno. Pero no te confundas, lo que sucede es que el niño todavía no llega a la siguiente etapa. Aquella en la que pondrán a prueba tu carácter y tu paciencia; la etapa del desafío hacia los padres,  que incluye el emocionante reto de empezar a decir que “NO”.

"10 AÑOS no son nada... son todo" El Bebé Crece. (Capítulo XIX)

    Cuando tu hermana nació, querido hijo, su condición de primogénita hacía que tuviera toda nuestra atención, y si bien, por una parte es bellísimo, por otra es cansadísimo.  Qué alivio fue cuando acordamos que la niña asistiría a la escuela… es una combinación entre escuela y guardería, que si bien es cierto que a los niños les encanta, la realidad es que a quién más bien le hace este proceso es a las madres.
   
    Es un alivio, conocer a otras personas que están pasando por el mismo proceso que tú, y seguramente por la igualdad de circunstancias, sucede que  alguien totalmente desconocido, se puede convertir ahora en tu mejor amigo.
   
    Cuando los bebés crecen van siendo cada vez más divertidos, la realidad es que cuando son recién nacidos o de pocos meses, son casi casi de ornato, ahí los dejas y ahí se quedan, esto es porque su capacidad de desplazamiento todavía no se ha desarrollado, y su comunicación consiste en llorar o no llorar. Y por más que los padres, abuelos y tíos les hablemos y les hagamos muecas ellos simplemente están ahí, tranquilos si se sienten amados y seguros, y berreando si se sienten inseguros, con hambre o con alguna molestia.

    Después de unos meses, los bebés comienzan a reconocer a los padres y a descubrirse a sí mismos, se dan cuenta que tienen manos y pies y pasan largos períodos viéndoselos.  También comenzará una nueva forma de comunicación que a los adultos nos resulta fascinante. El bebé sonríe ante ciertos estímulos.
Los meses siguen pasando y con ellos van llegando nuevas actividades, juegos nuevos, nuevas tallas de ropa, las papillas, los biberones gigantes, y de pronto notarás que el bebé, ya se puede sentar solo sin irse de lado.  En los intentos previos a esta etapa seguro te sucederá que lo sientas y lo dejas como en equilibrio mientras volteas buscando a tu pareja para decirle emocionado:

- ¡Ya se sienta sólo!

    y todavía no acabas de decir “sólo” cuando escuchas el cabezazo contra el suelo seguido de un emotivo llanto, que te regresará de golpe a la realidad. En esta época y por los siguientes 5 o 6 años, tendrás a la mano un nuevo aliado, la pomada de árnica. Alivia el dolor y desaparece los chipotes rápidamente, con ello evitarás preguntas incómodas como:

- ¿Pues qué le pasó a tu niño en la frente? Porque eso no parece piquete de zancudo…

    Antes de que cumpla el año de nacido, el bebé aprenderá a desplazarse por sus propios medios, ya sea reptando, gateando o incluso caminando, en esta etapa los padres desarrollamos la capacidad de identificación de zonas de riesgo, en cuanto entras en un lugar nuevo, comienzas a ubicar contactos eléctricos a baja altura, aristas, desniveles, rampas, y objetos que puedan quebrarse, y que se encuentren a menos de 1 metro de altura.

     Así como huecos y barandales por donde quepa la cabeza o la criatura entera so pena de no volverlo a ver. En esta edad el inocente ya va y viene por todo el territorio que tenga a su alcance, aquí es cuando sube, baja, engulle, succiona, lame, inserta, empuja y jala libremente todo lo que encuentre a su paso.

     Aquí comienza una de las etapas más agotadoras para los padres, pues literalmente no pueden perder de vista al chiquillo que ahora es todo un explorador de lo que para él son nuevos territorios. Será común que como padre o madre del bodoque, te duela la espalda de andar tanto tiempo encorvado tratando de enseñarlo a gatear y a caminar, aquí una recomendación querido Pablo; salvo que exista algún impedimento de salud, todos los bebés tarde o temprano aprenden a caminar, así que no seas desesperado y dale su tiempo, no comas ansias. Como vivimos en un mundo donde todo va de prisa y todo queremos que suceda al instante, a los padres nos gana la desesperación por ver cómo nuestros hijos pasan a la siguiente etapa, sin siquiera disfrutar la etapa en la que se encuentran, como que rápido decimos: - bueno  finalmente ya aprendió sentarse, ahora si sigue que gatee, y no le damos oportunidad de nada, siempre queremos llevarlo un paso adelante.

    Yo te recomiendo que aprendas a disfrutar cada momento pues cada etapa es única e irrepetible. No entres en competencia en lo referente al desarrollo de tus hijos. No se trata de jugar carreras contra nadie, cada hijo va creciendo a su ritmo y los ritmos de unos y otros son diferentes.

    Y si crees que pasar tiempo encorvado o agachándote será sólo por enseñar a caminar a tu nuevo retoño, te equivocas, pues también será ahora cuando comiences a ver juguetes regados por toda la casa ya que en menos que lo imaginas, el bebé habrá descubierto lo divertido que es lanzar cosas por los aires, al final de cuentas tiene un par de progenitores que estarán dispuestos a ir por ellas para traérselas de regreso para volver a iniciar el juego.

domingo, 19 de abril de 2015

"10 AÑOS no son nada... son todo" El Bebé Crece (Capítulo XVIII)

    Conforme va pasando el tiempo, querido hijo, te darás cuenta de que aquello que al principio te costaba tanto trabajo, ahora son actividades que has incorporado a tu vida diaria.
    Tareas como bañar al bebé, cambiarlo, prepararle sus alimentos, subirlo y bajarlo de la carriola o del auto, llevarlo y traerlo, en fin, te has vuelto un experto en este tema. Parece mentira, pero recordarás con gusto la vez que intentaste plegar una carriola y tuviste que pedir apoyo al dependiente de la tienda, ahora esa tarea te parecerá de lo más sencillo y la podrás hacer con una sola mano mientras con la otra detienes al bodoque.
    ¿Preparar biberones?, eso cualquier barman que se haga respetar lo debería saber hacer… calientas el agua, le pones el polvo correspondientes, agitas y listo, como recién salido de la vaca.
    Y ni qué decir de cambiar un pañal. Si antes te parecía que era algo sucio que jamás ibas a hacer, sorpréndete, pues quizá llegue el día en que lo hagas con una sola mano mientras con la otra detienes un cronómetro y tratas de batir tu propio récord.
    El tema es que cuando la criatura crece, experimentas cosas nuevas. Y es lógico pensar que todas esas nuevas experiencias las vas a querer compartir con alguien. Por eso es sumamente importante que las parejas en esta etapa, convivan con otras parejas que esté viviendo un proceso similar.
    Qué frustración es querer platicar temas de niños, cuando no tienes a nadie interesado en el tema, ya sea porque los demás pasaron por esa etapa hace varios años, o porque los demás todavía no llegan a esa etapa en la que tú te encuentras.
Imagina la situación en la que alguien que todavía no es mamá, te hace un simple cumplido:
- Qué lindo tu bebé…
- Gracias, la verdad si, está bien lindo y bien grande, ya pesa casi 5 kilos, y apenas tiene 4 meses, 2 semanas y 3 días, y mira, ya se toma todo el biberón completo… no sabes lo buenísimos que salen los de esta marca… y mira sus pañaleros, ya casi no le quedan… híjole creo que ya se ensució… ¿No hay problema si lo cambio aquí verdad?...
    Y mientras la nueva mamá habla y habla, la pobre chica arrepentida de haber abierto la boca, no dejará de preguntarse por qué no habrás dicho simplemente “Gracias”.
    De igual manera sucede cuando la interlocutora le lleva años de experiencia a la nueva mamá:
- Qué lindo tu bebé…
- Gracias, la verdad si, está bien lindo y bien grande…
- Pues que bueno que estés tan contenta, porque no sabes lo que te espera… nada más deja que empiece a comer papilla, a gatear, a caminar y a comerse la tierra de las macetas… ahí te quiero ver… Ay chula, no sabes todo lo que te falta…
    Y la pobre mamá nueva, sentirá que su experiencia por extraordinaria que sea, no impresiona a nadie. Así que lo mejor para mantener el ánimo y la buena vibra en una mamá nueva, es la convivencia con otras mamás nuevas iguales que ella. Así se generará una espiral ascendente de mujeres interesadas en el mismo tema con emociones, angustias y achaques similares, pero también con una nueva experiencia de vida en la que se ven realizadas y que las vuelve únicas e irrepetibles.

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domingo, 8 de marzo de 2015

"10 AÑOS no son nada... son todo" El Nacimiento del Bebé (Capítulo XVII)


Querido hijo. Por situaciones como las comentadas anteriormente, es importante que los padres con hijos pequeños, convivan con otras parejas que estén viviendo situaciones similares a las de los padres primerizos. Esto ayudará mucho a que los padres se relajen, pues tendrán la seguridad de saber que no son los únicos que están pasando por esa experiencia. Además se apasionarán por el tema del bebé justo con otra familia que está viviendo una situación parecida.

Claro que encontrar a otra familia o pareja con un hijo de la misma edad que el tuyo, te lleva a otro posible conflicto que puede ser tan serio como absurdo.  Prepárate para las competencias entre papás y mamás, para ver cuál hijo es mejor que el otro…

-         ¿Y  tu niño ya duerme toda la noche?
-         No, todavía no.
-         Mmmmm, pues el mío ya…

Y ejemplos así habrá al por mayor:
           
-         Mi niño ya se toma 8 onzas de leche
-         Pues el mío se toma 12…
-         Pero el mío ya detiene la cabecita solo y el tuyo no, quizá le estás dando demasiado alimento…
-         Mmm… (pero el mío está más bonito) – esto generalmente no lo dices, pero claro que lo piensas…

Lo cierto es que cada niño lleva su proceso de crecimiento y así como los adultos somos todos distintos, los niños también lo son, cada uno lleva su propio ritmo. Eso cualquiera lo entiende, excepto los padres, que son capaces de hacer hasta lo imposible con tal de que su hijo “no se quede atrás”

De todos es bien sabido que acostumbrarse al nuevo miembro de la familia no es fácil. Demanda esfuerzo físico, mental y emocional. Así que la pareja deberá prepararse para lo que viene: el cansancio y la depresión postparto.

El cansancio llega porque llega. Y se debe a que el trabajo de cuidar al bebé no se termina y el cansancio se va a cumulando, de tal forma que a las 2 o 3 semanas de nacido el chamaco,  los padres ya no pueden más. Generalmente esto se da cuando la novedad del bebé ya está pasando a segundo término, por tanto, las visitas y los apoyos de las abuelitas, tías y amigas son cada vez menos, también es común que la pareja vuelva a su rutina de trabajo normal y por consiguientes las tareas y la carga de trabajo aumentan.

Si la pareja resuelve que sólo uno de los cónyuges va a trabajar para que el otro se encargue del bebé, deberán hacer ajustes en su presupuesto, toda vez que antes tenían 2 sueldos para 2 personas, y ahora tendrán 1 sueldo para 3. Lo veas como lo veas, hay que hacer algunos ajustes al estilo de vida.

La depresión post parto es un tema que suele afectar a las mujeres en forma directa, pero que los hombres debemos aprender a manejar. La depresión es un estado emocional en el que la madre del bebé suele caer por episodios, su origen está fundamentado en varias cosas: como la angustia de no ser una buena madre, la angustia de no haber podido conservar el cuerpo que tenía antes del embarazo, el sentimiento de saber que ahora está atada a una personita nueva que antes no figuraba en el mapa, y en algunos casos, la falta de solidaridad de la pareja en caso de que la hayan dejado con la responsabilidad del bebé al 100%.


En esta etapa, querido hijo, así como en los momentos de mayor sensibilidad durante el embarazo, hay que hacerle sentir a la mujer, que estamos dispuestos a apoyar sin límite en todo lo relativo al bebé, con tal de que ella se sienta mejor. Digamos que es como si el embarazo no hubiera terminado aún.

domingo, 1 de marzo de 2015

"10 AÑOS no son nada... son todo" El Nacimiento del Bebé (Capítulo XVI)


Bien, querido Pablo, en uno de los capítulos anteriores, te prometí que te explicaría la forma más sencilla de bañar a un bebé. Pues aquí la tienes.
Métase a bañar en la regadera cualquiera de los cónyuges con una camiseta puesta y cargue al bebé con una mano mientras con al otra lo enjabona y lo enjuaga. Listo, así de fácil. El otro cónyuge se encargará de recibirlo de la regadera con una toalla y procederá a secarlo y cambiarlo.

Créeme que eso es mejor que traer la bañera y ponerla en un lugar seguro y a suficiente altura para no estar agachado tanto tiempo. Poner agua fría en la bañera y agua a calentar en la estufa, hasta que tenga la temperatura correcta. Mezclar las aguas, verificar la temperatura, encuerar al niño y meterlo sin soltarle la cabeza. Tomar el champú, abrirlo, ponerlo directamente en la cabeza del crio, frotarlo y cerrarlo con la única mano que tienes libre; pues con la otra estás evitando que el bebé se ahogue. 

Cuidar que el champú no llegue hasta los ojos del bebé porque si comienza a llorar y lo quieres enjuagar, verás que no cuentas con agua limpia, pues para estas alturas ya toda el agua está llena de espuma. Luego tomarás el jabón y seguramente se te resbalará y caerá dentro de la bañera y debajo del niño. Aquí recordarás que compraste una esponjita de Whinny Poo, pero no podrás usarla, porque una mano la tienes en la cabeza del niño mientras con la otra sigues buscando el jabón. Cuando por fin encuentras el jabón te das cuenta de que levantaste tanto al niño que seguro ya le dio frio, porque como no llenaste bien la bañera, le quedó medio pecho de fuera.

Si a la criatura con el frío se le ocurre chapotear, tu cuarto y tu ropa quedarán ligeramente empapados. Pero eso también habrá sido tu culpa. Ahora llega el momento de enjabonarlo rápidamente pero como ya te duele la espalda, terminarás por hacerlo con la pura mano porque el jabón ya se escapó de nuevo.

Finalmente hay que enjuagarlo, y para ello debiste reservar agua limpia en algún recipiente que deberás tener a la mano cuidando que no se haya enfriado de más.
Una vez escurrido el pequeño, lo envuelves en una toalla, lo secas y lo cambias. Pero todavía no has terminado, ahora hay que sacar la bañera llena de agua jabonosa, lo cual no es tarea nada sencilla y después tendrás que  secar el piso que se haya mojado y cambiarte de ropa.  Así de sencillo es bañar a un bebé en una bañera.
Después de haberte explicado las dos formas, ya tú decide cómo lo quieres hacer.
En esta etapa del matrimonio, verás que toda la dinámica familiar gira en torno al bebé, horarios, lugares de visita, costumbres, rutinas, todo. Y es natural, pues la familia tiene un nuevo miembro que requiere toda la atención.

También será necesario tomar una decisión importante, que conviene haberla platicado en pareja antes de tener al bebé, pero si por algún motivo no lo hicieron, la decisión ya no puede esperar más. La pregunta es: ¿El bebé va a ir a una guardería o alguno de los cónyuges se va a encargar de él de tiempo completo, o si se va a quedar con algún familiar mientras la pareja trabaja?

Esta decisión, como todas las fundamentales en el matrimonio, la tendrán que resolver juntos como pareja, de lo contrario siempre habrá una parte que impone y otra que se resigna y eso no es perdurable. Lo ideal es que la decisión sea común y pensando en lo que sea mejor para su proyecto de vida familiar.

Aquí te recomiendo que pongas todo tu empeño en aprender algunas habilidades que hasta ahora no habían sido necesarias, como saber cambiar un pañal, preparar un biberón,  hacer eructar al bodoque después de haber comido o arrullarlo para dormir. 

Antaño estas actividades eran generalmente hechas sólo por las mamás, sin embargo, actualmente las parejas y la sociedad en general pugnamos por reconocer la igualdad como uno de los derechos más justos de nuestra sociedad. Así que te recomiendo que aprendas rápido y que además, aprendas a disfrutarlo porque de todas formas lo tendrás que hacer. 

Sea cual sea la decisión que tomen sobre quién cuidará al bebé, se darán cuenta de que la criatura crece en menos que canta un gallo.
Conforme los padres vamos aprendiendo cómo cuidar a un bebé, consideramos que a toda la gente le interesa saber nuestros avances, y entonces nos dejamos llevar por ese deseo de que la gente sepa todo lo que nosotros sabemos sobre nuestro hijo.

-         ¿Cuántos años tiene tu bebé?
-         Un año, ocho meses, tres semanas y dos días… la próxima semana cumple un año y nueve meses, el martes; para ser exacto.

Situación que al que preguntó le importa un cacahuate, sólo está haciéndonos conversación y nosotros creemos que en verdad le interesa saber tanto detalle.

-         Ah, ¿y ya come de todo? – te preguntarán sólo por amabilidad.
-         No, ¿cómo crees?, a esta edad todavía no es recomendable darle huevo ni fresas, porque producen alergias, ni tampoco chocolate, claro que verduras y frutas también, de todas,  y no sé si sepas pero primero hay que darles la verdura, porque si les das la fruta después ya no quieren las verduras…
-         Órale…

Y situaciones embarazosas como :

-         Oye, creo que a tu niño hay que cambiarle el pañal – alguien te lo sugerirá como pidiendo clemencia…
-         ¿Si?, ¿de verdad?, no lo había olido, es que yo ya me acostumbré, bueno aquí se lo cambio, total no huele tan feo…


Por favor, seamos conscientes de que el niño es un encanto, sólo para los padres, para el resto de la gente, es un bebé como cualquier otro, y por lo tanto, se espera que los padres se hagan cargo de ellos. 

miércoles, 18 de febrero de 2015

Oración Diaria

Oración Diaria

Gracias te doy, mi Señor.
Por todo lo que me das y todo lo que me privas.
Gracias doy por la esperanza y la luz del nuevo día.
Por mis padres, mis hermanos y por toda la familia.
Gracias por la libertad que día a día me brindas,
de actuar acorde al ejemplo que nos diste con tu vida.
Dame el valor necesario, dame la sabiduría
para poder decidir, como tú decidirías.
¿Y qué más puedo pedirte?, si recibo cada día
más de lo que necesito y a manos llenas me brindas.
Pero tres cosas te pido; - que tu bondad lo permita -
que abras mi corazón a tu palabra bendita,
y que tenga sed de ti, cuando una duda me asista,
y aprenda a reconocerte en mis hermanos que gritan;
muchas veces en silencio cuando ayuda necesitan.
Y en dispar correspondencia de todo lo que me brindas
te doy lo único que tengo: “Lo que me resta de vida”,
para que guíes mis pasos, y estés en mi pensamiento,
hasta que exhale mi cuerpo, el último halo de vida.

domingo, 15 de febrero de 2015

"10 AÑOS no son nada... son todo" El Embarazo (Capítulo XIV)

A la par de estos nuevos achaques, se presenta un nuevo fenómeno para la pareja, la necesidad de “hacer el nido”.  Aquí el bebé todavía no llega, pero su presencia ya se siente y se empieza a ver en la casa. Poco a poco sus cosas van llenando la casa y finalmente habrá que destinar su cuarto.

Ahora bien, hijo mío, a ti te corresponde no perder el foco de la situación y saber distinguir lo importante de lo superfluo.  Parecerá sencillo, pero con una carga emocional tan fuerte y los nervios de ser papá, es fácil que uno cometa errores.

Acercándose el nacimiento del bebé, necesitarás muchas cosas para su cuidado y protección que jamás has comprado, sin embargo, toma en cuenta de que en el mercado existen a la venta muchísimas cosas que en verdad no necesitas, así que no caigas en todas las trampas de la mercadotecnia por que en principio, vas a gastar más de lo necesario y en segundo te vas a llenar de mugres que no requieres.

Si algún amigo o familiar quiere organizarles una fiesta “baby shower” y te llegan a pedir tu opinión, escoge que te regalen pañales y que sean de diferentes tallas. Esos nunca estarán de más y siempre faltan.

Si vas a comprar accesorios como carriolas, cunas, sillas para el auto, etc. Te recomiendo que los compres pensando que los puedas utilizar con todos los hijos que pienses tener, es decir, que puedan ser indistintamente para niña o niño. Bueno, estoy entrando en recomendaciones muy básicas que nada te han de aportar, toma las decisiones confiando en tu buen juicio, no en el de los vendedores,  ni en los infomerciales. Pero sobre todo, aprende de los demás pero no compitas con nadie, ni te compares con nadie.

Se dice que el sentido común y el buen gusto, es lo que mejor se ha repartido en toda la historia de la humanidad, pues nadie se queja de aquello que le tocó, por el contrario, todo mundo parece estar satisfecho con el suyo, bien, pues es ahora cuando ese conocimiento se ha de poner a prueba.

Recuerdo cuando llegué a la casa y encontré un aparatejo nuevo junto a la bañera: -  ¿Y esto qué es? – Pregunté – Es un termómetro para saber si el agua de la bañera está caliente o fría. -  Ah,  ¿y no basta con tocar el agua para saber si está fría o caliente?  - volví a preguntar.  Y se hizo un silencio.

Es obvio que si bastaba, pero ninguna mamá primeriza estará dispuesta a aceptarlo. Es tanta nuestra inseguridad en esta nueva labor, que preferimos que un aparato nos diga si las cosas están bien o mal, porque nosotros nos podemos equivocar. Esto parece cosa de risa, pero es verdad. Que si la piel del bebé no es como la nuestra, que si el agua debemos que tocarla con el codo, que si las arañas bailan tango, etc.  En menos de una semana (y haciendo uso de nuestro sentido común) nos dimos cuenta de que la mejor forma de bañar a un bebé, es en la regadera donde nos bañamos los adultos. Aquí te diré cómo, pero no ahora, sino cuando estemos hablando de la llegada del bebé. Aquí terminaré diciéndote que no pretendas adquirir todo lo que venden para el uso y cuidados del bebé, muchas cosas te las van a regalar y algunas otras te darás cuenta de que no son tan necesarias. Simplemente piensa que cuando nuestras madres nos criaron a nosotros la mayoría de las cosas que ahora son “indispensables” antes ni siquiera existían y aquí seguimos.

Algo similar ocurre con los métodos psicoprofilácticos, es decir aquellos que te entrenan para un parto sin dolor, una especie de yoga a la cual puede asistir la mujer sola, pero que siempre será mejor asistir en pareja. Nosotros fuimos en una ocasión, y aunque creo que son buenos y ayudan mucho a que la mujer se prepare física y mentalmente para el parto, influye mucho la calidad del instructor. Recuerdo que en la única clase que asistimos, la instructora nos dijo que cuando los niños nacen por el método convencional (como hemos nacido la mayoría de nosotros) resulta una experiencia traumatizante para el recién nacido por el hecho de venir al mundo en un gélido  quirófano lleno de lámparas y de personas desconocidas y por lo tanto es mejor como ellos dicen.

También está la moda de nacer dentro de una bañera gigante y con luz tenue para que el bebé salga de la madre a un estanque de agua (como si fuera un delfín) y ya después de que veas que no se ahoga lo sacas para que eche a andar su sistema respiratorio.
Luego vendrán a buscarte las promotoras de la liga de la leche, quienes argumentan que no hay mejor alimento para el bebé que la leche materna a como dé lugar te dirán que hay que amamantar a libre demanda y hasta que la criatura casi salga de la primaria. Al fin mamíferos somos y como tales nos debemos comportar.

Luego vendrán a ofrecerte que si quieres congelar las células madre del cordón umbilical del bebé, pues quizá cuando tenga 80 años y tenga alguna enfermedad rara, podrán descongelar las  células originales como si estuvieran nuevas y con eso se va a salvar.

En fin, trato estos puntos de manera muy somera y en forma casi trivial sólo para que sepas que existe todo un mundo de productos, servicios y mercadotecnia alrededor del embarazo y la gestación. Yo confío en tu buen juicio, haz lo que consideres conveniente de acuerdo a tu forma de pensar y a tu presupuesto.

Del último período del embarazo, querido hijo, lo que te puedo decir es que cuando te llegue el momento,  tu estructura  mental y tu código de valores se reacomoda en forma que no lo hubieras pensado antes.  Recuerdo que antaño mi colección de libros era algo casi sagrado. Los mantenía expuestos como si formaran un altar. Todo se mantuvo así hasta que decidimos volver ese cuarto el cuarto del bebé. Ahí me di cuenta de que ningún libro era tan importante como para quitarle el espacio a mi hijo. Así que uno a uno fueron a parar a varias cajas que se fueron apilando para dar espacio al nuevo miembro de la casa. ¿Cuánto me pudo? Nada. Mi forma de pensar se  había adaptado a las nuevas circunstancias y a partir de ahora mi nuevo hijo sería para mi más importante que cualquier biblioteca.

Llegó la hora de preparar la maleta con lo necesario para ir al hospital en cualquier momento. Aquí se abre un gran paréntesis cuando escribo eso de “En cualquier momento” muchas personas tratan de evitar las sorpresas y el estrés excesivo, y entonces deciden programar los partos con fecha y hora. Así no se estresan los papás ni el resto de los familiares, no se corren riesgos de que alguno de los médicos no esté en el momento que se le necesita o que el quirófano esté ocupado, nada de eso. Aquí todos se ponen de acuerdo para sacar al chamaco que ni se entera que va para afuera. Pero aunque las cosas se planean, la naturaleza de vez en cuando nos juega sus travesuras así que deberán estar listos por si algo inesperado se presenta.

Otras parejas preferirán esperar a que llegue el momento en forma natural, y en tal caso, deberán ser conscientes de que esto puede ser a las 4 de la mañana si el chamaco resulta madrugador. Bueno pues a esa hora todo el mundo a tu alrededor se pone en acción y  se generan las mejores y más emocionantes historias de nacimientos. Una vez más, esta será una decisión de la pareja, asesorada por su equipo de médicos.

Repito, si tener hijos forma parte de tu plan de vida, te deseo buena suerte…


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lunes, 2 de febrero de 2015

"10 AÑOS no son nada... son todo" El Embarazo (Capítulo XIII)


Los siguientes 3 meses, personalmente es la etapa que más me gusta del embarazo. Aquí las mujeres lucen radiantes, se ven hermosas y llenas (literalmente) de vida. El embarazo es evidente, ya no se puede ocultar, la ropa las hace verse más bonitas y ya pasaron los fastidiosos mareos.

Aquí es también cuando la pareja tiene la opción de conocer el sexo del bebé y a la par,  pensar en el nombre que tendrá el nuevo miembro de la familia. Aquí un mar de posibilidades está presente. La elección del nombre, te recomiendo que sea un acuerdo de ambos y no una lucha de poderes.

El:       -  Si es niño, le ponemos como yo, y si es niña le ponemos como tú.
Ella:    - Ay no, si es niña le ponemos como mi mamá.
El:       - No, mejor como la mía.
Ella:    - Bueno está bien como la de ambos.
El:       - No qué te pasa, un solo nombre, ¿Para qué le ponemos dos?
Ella:    - ¿Y por qué nomás uno, que sean dos y bien sonoros.
El:       - Me gustan los nombres con carácter, pero sólo uno.
Ella:    - A mí los nombres con bonito significado, por cierto hay una página en internet…
El:       - ¿Y si le ponemos el nombre del día que nazca?
Ella:    - O sea que le pongamos ¿Domingo? ¿o qué?
El:       - Quiero decir, ponerle el nombre del Santo que traiga el día.
Ella:    - No, hay unos nombres bien raros…
El:                   - Bueno, si es hombre, se llamará como yo, y si es mujer qué te parece si le ponemos Mónica, es un bonito nombre.
Ella:    - ¡Bah!, ¿y por qué Mónica? ¿Quién es Mónica?
El:       - Nadie, nada más me gusta el nombre…
Ella:    - Si, seguramente…. de seguro así se llamaba una de tus novias.
El:       - Te juro que no.
Ella:    - A ver ¿Qué tal si le ponemos Carlos?.... ¿A  ver?...  también es bonito nombre.
El:       - ¿Cual Carlos?… Nunca me dijiste que tuviste un novio que se llamara Carlos.
Ella:    - No tuve ninguno…
El:       - No mientas…
Ella:    - ¿Y si le ponemos “Masiosare”? como el extraño enemigo…
El:       - Que chistosita, no me cambies el tema...

Como puedes ver, querido Pablo, ponerle nombre a un hijo es algo que puede ser simple, pero también muy, pero muy complejo.

Ahora, comentemos algunos detalles sobre los últimos 3 meses del embarazo, esta etapa vuelve a ser muy pesada para la mujer, aquí el peso del bebe y el tamaño del vientre cada vez mayor va haciendo las cosas cada vez más difíciles. Les resulta cansado estar mucho tiempo en la misma postura ya sea paradas, sentadas e incluso acostadas. No se pueden poner los calcetines, ni cortarse las uñas de los pies por sí solas. Ni pensar en cargar cosa muy pesadas, subir muchas escaleras, estar en una aglomeración o incluso manejar.  El cansancio se va a cumulando e incrementando conforme pasan los días, además aparece una nueva variable, la tensión de saber que se acerca el momento del parto.

Aquí también puede ser que las piernas, los pies, incluso la cara de las señoras se comiencen a hinchar. Aquella figura de la mujer jovial del quinto y sexto mes, se irá tornando en la de una mujer que poco a poco ya no puede más. Querido hijo, este nuevamente es tu momento. No sabes cuánto bien le hace a una mujer sentir que no está sola en esto.  No sabes el miedo que sienten de saber que están a punto del gran momento y no sabes cuán satisfactorio resulta para ellas tener un hombre a su lado que las ame más que nunca.


Aunque ya quedamos que la mujer lleva la parte más difícil, no hay que menospreciar la labor del padre, ya que no será poca la energía que requiera para seguir haciendo su trabajo y mucho del que antes hacía la señora. Su nueva condición hace que uno se deba tornar más acomedido y comprensivo que de costumbre. No será raro que la mujer requiera ayuda incluso para vestirse, ya no digamos con las faenas del hogar. Aunque también es común (y más en estos tiempos) encontrar algunas mujeres verdaderamente intrépidas que se sienten totalmente autosuficientes y con ganas de irse manejando hasta el hospital todavía el día del parto.  Señoras, déjense ayudar.  Nadie las va a juzgar de inútiles si piden algo de ayuda, además muchas personas (y no se diga su marido) estarán encantados de brindar apoyo hasta en las tareas más simples. Guárdense ese: “Pero si yo todavía puedo”, “Me siento bien”, (y nadie lo duda, pero es un riesgo grande el que corren muchas veces innecesariamente). Además, no se preocupen, ya vendrá el tiempo de demostrar lo fuertes que son. 

"10 AÑOS no son nada... son todo" El Embarazo (Capítulo XII)



Estoy seguro, querido hijo, que cuando vivas un embarazo escucharás de tu mujer la frase: 

- “Yo lo tengo que cargar nueve meses”. 

Y así será, y no se te ocurra decir: 

- “Si, pero el bebé no habla ni se queja, y yo te voy a tener que aguantar tus estados de ánimo los mismos 9 meses y luego a él lo tendré que mantener los próximos 20 o 25 años…” 

Nada de eso, querido hijo, calladito te verás más bonito. Aunque lo pienses no vale la pena mencionarlo. El sacrificio de tener un hijo es de ambos, pero siempre será mejor que reconozcamos que el mayor sacrificio lo llevan ellas. Dicho de otro modo, si dices algo que parezca contradecir el pensamiento femenino al respecto del embarazo no te traerá nada bueno, y de todas formas hay que hacer lo que hay que hacer. Tú cumple con tu parte y que todo el mérito se lo lleven ellas. 

Durante el primer embarazo es común que ambos cometan errores, la misma inexperiencia hace que en muchas ocasiones no sepan que hacer. Quizá te llegue un espíritu sobre protector y pienses que tú eres el encargado de ver y vigilar todas las actividades que hace tu mujer por el hecho de que lleva dentro al hijo de ambos. No cometas el error de querer controlar la vida, los alimentos ni las bebidas de tu mujer, mientras no percibas una situación que parezca patológica, ella se encargará de cuidar al bebé mejor que cualquier hombre. No entres en histeria sobre protectora como a mí me pasó en una ocasión, en la que acudimos a un concierto con tu madre recién embarazada y me pasó por la cabeza que el ruidazo y el exceso de vibraciones podían afectar al bebé. Claro, ahorita suena ridículo, pero en el momento la falta de experiencia nos delata al grado de pensar locuras. 

Lo que siempre será muy bien visto por las señoras embarazadas y eso si te lo recomiendo mucho, es que te solidarices con ellas lo más que puedas, sobre todo en temas restrictivos. Por ejemplo, si el médico le llega a prohibir algún alimento a tu pareja, inscríbete en el régimen y solidarízate también. Esos detalles fortalecen la relación de pareja como no tienes idea. 

El embarazo es como un período menstrual de 9 meses, te lo advierto. El humor, el carácter, el estado de ánimo de las mujeres está como en una montaña rusa; arriba, abajo, a un lado, al otro. Si en tu plan de vida está escrito el renglón de tener hijos, más te vale que sea con una mujer a la que en verdad ames con todo el corazón, porque de lo contrario te será muy difícil soportar todo lo que ocurre en esta etapa y en las que siguen. 

Y mira que te lo digo con conocimiento de causa, pues yo tuve a mis hijos con la mujer que quise, en el momento que quisimos, en condiciones económicas y emocionales estables y aun así a veces llega a ser muy complicado. Digamos que por momentos alcanzas a entender por qué en algunas familias existe violencia intrafamiliar. No me imagino la crisis por la que pasan aquellos que tienen a los hijos cuando todavía no estabas preparado para ello, sin tener nada qué ofrecerles, o todavía peor, con quien no querían tenerlo. Sin embargo con una buena planeación de las cosas, los hijos llegan a las familias, como tu y tu hermana llegaron a la nuestra, a enseñarnos la mejor parte de la vida.

Dar la noticia del embarazo a terceras personas es algo importante y festivo. La gente te felicita, se regocija contigo te cuenta sus experiencias, te da ánimo y te dice que aproveches todo lo que puedas para dormir ahora porque después será imposible. 

Prepárate para escuchar consejos. Los consejos llegarán por toneladas a tu vida aunque no los pidas. Toda la gente estará encantada de compartirte lo que para ellos fue esta etapa en su vida y tendrás que escuchar sobre embarazos y nacimientos seguramente mucho más cosas de las que quisieras saber. 
Tanta información, tiende a confundirte, y si a eso le sumas tus propios pensamientos y sentimientos, aquella experiencia es como para volver loco a cualquiera. Pero tranquilo, todos los que somos, estamos aquí gracias a que alguna madre ha sabido sobrellevar un embarazo, es decir, en el mundo hay mucha experiencia acumulada sobre el tema, y ahora es momento de que tú la aprendas y sobre todo, crees tu propia experiencia. 

El ritmo del embarazo lo va a marcar la mujer. Ella te irá diciendo qué siente y cómo se siente. Tu trabajo será estar todo el tiempo al pendiente de ella. Pero eso no es todo, eso es solo la generalidad de tu trabajo, porque en lo específico tendrás que estar alegre si ella está alegre, ser solidario si ella está triste, ser comprensivo si está melancólica y ser su principal soporte cuando el miedo se apodere de ella. Tus reacciones deberán ser rápidas y ahora más que nunca deberás captar incluso las señales más sutiles. 

Recuerda que las mujeres (salvo raras excepciones) no piensan ni dicen las cosas de la misma forma que lo hacemos los hombres, así que ahora más que nunca trata de adivinarle el pensamiento. 

Pero hablemos de los primeros 3 meses del embarazo. Aquí solo ustedes y sus conocidos sabrán que están embarazados, así que no esperen que la gente sepa lo que ustedes saben, ni mucho menos esperen que nadie les de un trato especial por ello.

A las señoras generalmente no se les nota el embarazo en este tiempo y si se les empieza a notar, muchas personas, sobre todo las que no ven con cierta frecuencia, no les harán ningún comentario si ustedes no sacan primero el tema, pues los demás no sabrán cómo preguntar si están embarazadas o si simplemente engordaron un poco. 

Claro que las embarazadas harán todo lo posible por sacar la panza para que todo el mundo vea que por ahí va pasando una embarazada, y es que su condición para ella, es motivo de orgullo. Tampoco será raro verla entrar en tiendas especializadas en ropa para embarazas ni en tiendas temáticas de bebés. Todo esto será parte de la emoción de estar viviendo una nueva etapa, comienzas a descubrir que existe toda una industria de millones y millones de pesos que gira alrededor de esta etapa de la vida, y es natural, porque embarazadas, siempre hay. Y como cosa extraña, en esta etapa te darás cuenta de que hay más embarazadas de las que tu pensabas, sólo que como ahora te fijarás en eso, descubrirás que hay muchas. 

Para compensar tanta felicidad, estos meses suelen ser también los más incómodos en cuanto a malestares físicos como mareos, vómitos, náuseas, etc. Será algo con lo que tendrán que lidiar, aunque entendiendo que cada mujer es un caso distinto. También es probable que se presenten antojos por comer o tomar cosas que generalmente no consumen. Bueno todo es parte de lo mismo, habrá que ser consentidor y solidario lo más que se pueda. 

Antiguamente se decía que nadie te enseñaba cómo ser un buen papá o una buena mamá. Es cierto que nada se compara con serlo, pero actualmente hay muchísimos libros, video, revistas, páginas de internet, conferencias, etc. Que te informan y te orientan sobre esta etapa de la vida. Si acaso tu mujer te comparte artículos, libros, revistas, páginas o ligas especializadas sobre el período de gestación, es importante que demuestres interés por lo que a ella le parece interesante. No hacerlo puede culminar en mandar un pésimo mensaje a la mente de tu señora. Así que si no quieres escuchar un: - “A tí no te importa nada de lo que yo siento ni por lo que yo estoy pasando " - Entonces lee y atiende todo cuando puedas sobre el tema. Sobre todo si ella te lo pide. 

En estos 3 meses, comenzarás a vislumbrar un reacomodo en la escala de valores de ti, de ella y de ambos. La presencia de un nuevo integrante de la familia hace que las cosas se reacomoden. 

No te sorprenda escuchar frases como estas: 
- Cuando nazca el bebé, ya no vamos a poder…
- Cuando nazca el bebé, cómo le vamos a hacer para…
- Ve pensando dónde vas a poner tus cosas, porque cuando nazca el bebé…

Y resulta que el bebé viene a cambiar el orden y las prioridades de dos adultos que tienen usos y costumbres que pensaban que nadie les iba a cambiar.