domingo, 1 de marzo de 2015

"10 AÑOS no son nada... son todo" El Nacimiento del Bebé (Capítulo XVI)


Bien, querido Pablo, en uno de los capítulos anteriores, te prometí que te explicaría la forma más sencilla de bañar a un bebé. Pues aquí la tienes.
Métase a bañar en la regadera cualquiera de los cónyuges con una camiseta puesta y cargue al bebé con una mano mientras con al otra lo enjabona y lo enjuaga. Listo, así de fácil. El otro cónyuge se encargará de recibirlo de la regadera con una toalla y procederá a secarlo y cambiarlo.

Créeme que eso es mejor que traer la bañera y ponerla en un lugar seguro y a suficiente altura para no estar agachado tanto tiempo. Poner agua fría en la bañera y agua a calentar en la estufa, hasta que tenga la temperatura correcta. Mezclar las aguas, verificar la temperatura, encuerar al niño y meterlo sin soltarle la cabeza. Tomar el champú, abrirlo, ponerlo directamente en la cabeza del crio, frotarlo y cerrarlo con la única mano que tienes libre; pues con la otra estás evitando que el bebé se ahogue. 

Cuidar que el champú no llegue hasta los ojos del bebé porque si comienza a llorar y lo quieres enjuagar, verás que no cuentas con agua limpia, pues para estas alturas ya toda el agua está llena de espuma. Luego tomarás el jabón y seguramente se te resbalará y caerá dentro de la bañera y debajo del niño. Aquí recordarás que compraste una esponjita de Whinny Poo, pero no podrás usarla, porque una mano la tienes en la cabeza del niño mientras con la otra sigues buscando el jabón. Cuando por fin encuentras el jabón te das cuenta de que levantaste tanto al niño que seguro ya le dio frio, porque como no llenaste bien la bañera, le quedó medio pecho de fuera.

Si a la criatura con el frío se le ocurre chapotear, tu cuarto y tu ropa quedarán ligeramente empapados. Pero eso también habrá sido tu culpa. Ahora llega el momento de enjabonarlo rápidamente pero como ya te duele la espalda, terminarás por hacerlo con la pura mano porque el jabón ya se escapó de nuevo.

Finalmente hay que enjuagarlo, y para ello debiste reservar agua limpia en algún recipiente que deberás tener a la mano cuidando que no se haya enfriado de más.
Una vez escurrido el pequeño, lo envuelves en una toalla, lo secas y lo cambias. Pero todavía no has terminado, ahora hay que sacar la bañera llena de agua jabonosa, lo cual no es tarea nada sencilla y después tendrás que  secar el piso que se haya mojado y cambiarte de ropa.  Así de sencillo es bañar a un bebé en una bañera.
Después de haberte explicado las dos formas, ya tú decide cómo lo quieres hacer.
En esta etapa del matrimonio, verás que toda la dinámica familiar gira en torno al bebé, horarios, lugares de visita, costumbres, rutinas, todo. Y es natural, pues la familia tiene un nuevo miembro que requiere toda la atención.

También será necesario tomar una decisión importante, que conviene haberla platicado en pareja antes de tener al bebé, pero si por algún motivo no lo hicieron, la decisión ya no puede esperar más. La pregunta es: ¿El bebé va a ir a una guardería o alguno de los cónyuges se va a encargar de él de tiempo completo, o si se va a quedar con algún familiar mientras la pareja trabaja?

Esta decisión, como todas las fundamentales en el matrimonio, la tendrán que resolver juntos como pareja, de lo contrario siempre habrá una parte que impone y otra que se resigna y eso no es perdurable. Lo ideal es que la decisión sea común y pensando en lo que sea mejor para su proyecto de vida familiar.

Aquí te recomiendo que pongas todo tu empeño en aprender algunas habilidades que hasta ahora no habían sido necesarias, como saber cambiar un pañal, preparar un biberón,  hacer eructar al bodoque después de haber comido o arrullarlo para dormir. 

Antaño estas actividades eran generalmente hechas sólo por las mamás, sin embargo, actualmente las parejas y la sociedad en general pugnamos por reconocer la igualdad como uno de los derechos más justos de nuestra sociedad. Así que te recomiendo que aprendas rápido y que además, aprendas a disfrutarlo porque de todas formas lo tendrás que hacer. 

Sea cual sea la decisión que tomen sobre quién cuidará al bebé, se darán cuenta de que la criatura crece en menos que canta un gallo.
Conforme los padres vamos aprendiendo cómo cuidar a un bebé, consideramos que a toda la gente le interesa saber nuestros avances, y entonces nos dejamos llevar por ese deseo de que la gente sepa todo lo que nosotros sabemos sobre nuestro hijo.

-         ¿Cuántos años tiene tu bebé?
-         Un año, ocho meses, tres semanas y dos días… la próxima semana cumple un año y nueve meses, el martes; para ser exacto.

Situación que al que preguntó le importa un cacahuate, sólo está haciéndonos conversación y nosotros creemos que en verdad le interesa saber tanto detalle.

-         Ah, ¿y ya come de todo? – te preguntarán sólo por amabilidad.
-         No, ¿cómo crees?, a esta edad todavía no es recomendable darle huevo ni fresas, porque producen alergias, ni tampoco chocolate, claro que verduras y frutas también, de todas,  y no sé si sepas pero primero hay que darles la verdura, porque si les das la fruta después ya no quieren las verduras…
-         Órale…

Y situaciones embarazosas como :

-         Oye, creo que a tu niño hay que cambiarle el pañal – alguien te lo sugerirá como pidiendo clemencia…
-         ¿Si?, ¿de verdad?, no lo había olido, es que yo ya me acostumbré, bueno aquí se lo cambio, total no huele tan feo…


Por favor, seamos conscientes de que el niño es un encanto, sólo para los padres, para el resto de la gente, es un bebé como cualquier otro, y por lo tanto, se espera que los padres se hagan cargo de ellos. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Jajaja Justo lo que nos pasa a mi esposa y a mi, el niño ya tiene 2 semanas y aún no lo he bañado yo. Por si las flais