sábado, 30 de mayo de 2015

"10 AÑOS no son nada... son todo" El Bebé Cumple un Año (CAPÍTULO XX)

Querido Pablo, te voy a platicar lo que recuerdo de cuando tu hermana y tú cumplieron un año. A esa edad el desplazamiento es por toda la casa, nosotros siempre preferimos que lo hicieran en el suelo. Nunca nos gustaron los andadores o andaderas.  - ¿Se quiere desplazar?  -  Hágalo como pueda.  - ¿Se quiere parar? – ¡Adelante!, agárrese de donde pueda -  y más o menos con esa filosofía fue que aprendieron a ir y venir por toda la casa valiéndose de sus propios recursos.  Como vivíamos en casa de dos pisos, fue importante dedicar todo un sábado a enseñarlos a subir y bajar escaleras, pues aunque teníamos las tradicionales puertitas para evitar accidentes, sabíamos que los accidentes suceden precisamente cuando las puertitas fallan, así los enseñamos a deslizarse también en sentido vertical. Ahí nos dimos cuenta de que lo que para ustedes era un juego, para nosotros, fue una experiencia que nos ayudó a identificar el nervio ciático.

Finalmente aprendieron a ir y venir en forma empírica, dominaron las habilidades de agacharse, gatear, reptar, trepar, voltearse, deslizarse, subir y bajar. También  aprendieron que la tierra de las macetas no tiene buen sabor, y que las aristas de los muebles y muros hacen daño, sobre todo cuando se incrustan en la frente. También supieron el desmadre que se hace cuando  jalan el mantel de una mesa con todo el servicio puesto y cómo se sienten los toques de las pilas cuadradas cuando te las pones en la lengua. En esta edad los chipotes parecen ser parte del niño, y eso que apenas está aprendiendo a caminar.  En fin, es una edad en la que comienzan a explorar el mundo que está a su alcance.

Cuando el niño ronda el año de edad, comienza a comer casi de todo. Papillas de carne, verduras y frutas, huevo, etc. Esta etapa es divertida pues es de mucha experimentación. Los típicos consejos que escucharás son los de: -Dale verduras antes que frutas, porque si le das primero la fruta ya no va a querer la verdura…  (no te creas todo lo que escuches, que nada es para siempre).

En esta etapa los padres descubrirán que a los niños les divierte más untarse la comida que ingerirla. Así que amasen paciencia y entiendan que así será durante un tiempo.  Así comienzan las primeras travesuras…

Cuando el niño comienza a caminar, es todo un acontecimiento, creo que es el indicador ideal para reconocer que el pequeño ya no es un bebé, sino un niño.  Y aquí comienza lo que para mi gusto es la etapa físicamente más cansada para los padres. Es ahora cuando no puedes perder de vista al niño ni un solo minuto, pues sus nuevos alcances lo hacen vulnerable a accidentes y extravíos.

Aquí se vuelve sumamente complicado salir a un restaurante, ir a casas ajenas o a centros comerciales, pues el bodoque ya no quiere estar cargado ni en la carriola, por ahora todo lo que quiere es caminar, y si es posible, correr. De tal forma que tenerlo confinado en un espacio reducido, será tarea difícil y acompañarlo a caminar, también.  Y soltarlo en un entorno no apto para él, lo hará ver (como dice el dicho) “como chivo en cristalería”.

Recuerdo, querido Pablo, que cuando tenías 1 año, un buen día llegó tu hermana de 3 años de edad a nuestra recámara para decirnos: -  Sabían que Pablo ya se baja sólo de la cuna…
Nos levantamos disparados a ver de qué se trataba y efectivamente comprobamos que ya te habías bajado. Tus habilidades eran suficientes para que escalaras el barandal por dentro de la cuna y te dejaras caer por afuera con tal de obtener la libertad.

Ese día le quité el barandal a tu cuna pensando: - Si te has de caer, que sea de 50 cm y no de 1.20m  de altura. Experiencias como ésta te sorprenderán a cada rato.

También es típico que algunos padres adopten los nombres que los hijos les imponen a las cosas.  Por favor no caigas en el absurdo de decirle a tus hijos que los perros se llaman “gua-guás”. Enséñale a tus hijos, que los perros se llaman perros y todo será mejor, pues de lo contrario, parecerá que en lugar de que el niño aprenda a decir las palabras bien, los papás aprendemos a decirlas mal. Analízalo, se ven tan ridículos los adultos que pretenden imitar a los bebés. Pero en fin. No sé si lo recuerdes, pero ustedes siempre escucharon que los perros se llamaban perros, y los trenes se llamaban trenes, y no “pu - pús”, como algunos les dicen. Creo que es un buen ejercicio para que los padres enseñen a los hijos a llamar a las cosas por su nombre, y sean ellos los primeros en poner el ejemplo.

Finalmente te comento que en este momento y más o menos hasta que cumpla los dos años, llegarás a pensar que tu niño es una adoración, pues es dócil y obediente como ninguno. Pero no te confundas, lo que sucede es que el niño todavía no llega a la siguiente etapa. Aquella en la que pondrán a prueba tu carácter y tu paciencia; la etapa del desafío hacia los padres,  que incluye el emocionante reto de empezar a decir que “NO”.

"10 AÑOS no son nada... son todo" El Bebé Crece. (Capítulo XIX)

    Cuando tu hermana nació, querido hijo, su condición de primogénita hacía que tuviera toda nuestra atención, y si bien, por una parte es bellísimo, por otra es cansadísimo.  Qué alivio fue cuando acordamos que la niña asistiría a la escuela… es una combinación entre escuela y guardería, que si bien es cierto que a los niños les encanta, la realidad es que a quién más bien le hace este proceso es a las madres.
   
    Es un alivio, conocer a otras personas que están pasando por el mismo proceso que tú, y seguramente por la igualdad de circunstancias, sucede que  alguien totalmente desconocido, se puede convertir ahora en tu mejor amigo.
   
    Cuando los bebés crecen van siendo cada vez más divertidos, la realidad es que cuando son recién nacidos o de pocos meses, son casi casi de ornato, ahí los dejas y ahí se quedan, esto es porque su capacidad de desplazamiento todavía no se ha desarrollado, y su comunicación consiste en llorar o no llorar. Y por más que los padres, abuelos y tíos les hablemos y les hagamos muecas ellos simplemente están ahí, tranquilos si se sienten amados y seguros, y berreando si se sienten inseguros, con hambre o con alguna molestia.

    Después de unos meses, los bebés comienzan a reconocer a los padres y a descubrirse a sí mismos, se dan cuenta que tienen manos y pies y pasan largos períodos viéndoselos.  También comenzará una nueva forma de comunicación que a los adultos nos resulta fascinante. El bebé sonríe ante ciertos estímulos.
Los meses siguen pasando y con ellos van llegando nuevas actividades, juegos nuevos, nuevas tallas de ropa, las papillas, los biberones gigantes, y de pronto notarás que el bebé, ya se puede sentar solo sin irse de lado.  En los intentos previos a esta etapa seguro te sucederá que lo sientas y lo dejas como en equilibrio mientras volteas buscando a tu pareja para decirle emocionado:

- ¡Ya se sienta sólo!

    y todavía no acabas de decir “sólo” cuando escuchas el cabezazo contra el suelo seguido de un emotivo llanto, que te regresará de golpe a la realidad. En esta época y por los siguientes 5 o 6 años, tendrás a la mano un nuevo aliado, la pomada de árnica. Alivia el dolor y desaparece los chipotes rápidamente, con ello evitarás preguntas incómodas como:

- ¿Pues qué le pasó a tu niño en la frente? Porque eso no parece piquete de zancudo…

    Antes de que cumpla el año de nacido, el bebé aprenderá a desplazarse por sus propios medios, ya sea reptando, gateando o incluso caminando, en esta etapa los padres desarrollamos la capacidad de identificación de zonas de riesgo, en cuanto entras en un lugar nuevo, comienzas a ubicar contactos eléctricos a baja altura, aristas, desniveles, rampas, y objetos que puedan quebrarse, y que se encuentren a menos de 1 metro de altura.

     Así como huecos y barandales por donde quepa la cabeza o la criatura entera so pena de no volverlo a ver. En esta edad el inocente ya va y viene por todo el territorio que tenga a su alcance, aquí es cuando sube, baja, engulle, succiona, lame, inserta, empuja y jala libremente todo lo que encuentre a su paso.

     Aquí comienza una de las etapas más agotadoras para los padres, pues literalmente no pueden perder de vista al chiquillo que ahora es todo un explorador de lo que para él son nuevos territorios. Será común que como padre o madre del bodoque, te duela la espalda de andar tanto tiempo encorvado tratando de enseñarlo a gatear y a caminar, aquí una recomendación querido Pablo; salvo que exista algún impedimento de salud, todos los bebés tarde o temprano aprenden a caminar, así que no seas desesperado y dale su tiempo, no comas ansias. Como vivimos en un mundo donde todo va de prisa y todo queremos que suceda al instante, a los padres nos gana la desesperación por ver cómo nuestros hijos pasan a la siguiente etapa, sin siquiera disfrutar la etapa en la que se encuentran, como que rápido decimos: - bueno  finalmente ya aprendió sentarse, ahora si sigue que gatee, y no le damos oportunidad de nada, siempre queremos llevarlo un paso adelante.

    Yo te recomiendo que aprendas a disfrutar cada momento pues cada etapa es única e irrepetible. No entres en competencia en lo referente al desarrollo de tus hijos. No se trata de jugar carreras contra nadie, cada hijo va creciendo a su ritmo y los ritmos de unos y otros son diferentes.

    Y si crees que pasar tiempo encorvado o agachándote será sólo por enseñar a caminar a tu nuevo retoño, te equivocas, pues también será ahora cuando comiences a ver juguetes regados por toda la casa ya que en menos que lo imaginas, el bebé habrá descubierto lo divertido que es lanzar cosas por los aires, al final de cuentas tiene un par de progenitores que estarán dispuestos a ir por ellas para traérselas de regreso para volver a iniciar el juego.