sábado, 30 de mayo de 2015

"10 AÑOS no son nada... son todo" El Bebé Crece. (Capítulo XIX)

    Cuando tu hermana nació, querido hijo, su condición de primogénita hacía que tuviera toda nuestra atención, y si bien, por una parte es bellísimo, por otra es cansadísimo.  Qué alivio fue cuando acordamos que la niña asistiría a la escuela… es una combinación entre escuela y guardería, que si bien es cierto que a los niños les encanta, la realidad es que a quién más bien le hace este proceso es a las madres.
   
    Es un alivio, conocer a otras personas que están pasando por el mismo proceso que tú, y seguramente por la igualdad de circunstancias, sucede que  alguien totalmente desconocido, se puede convertir ahora en tu mejor amigo.
   
    Cuando los bebés crecen van siendo cada vez más divertidos, la realidad es que cuando son recién nacidos o de pocos meses, son casi casi de ornato, ahí los dejas y ahí se quedan, esto es porque su capacidad de desplazamiento todavía no se ha desarrollado, y su comunicación consiste en llorar o no llorar. Y por más que los padres, abuelos y tíos les hablemos y les hagamos muecas ellos simplemente están ahí, tranquilos si se sienten amados y seguros, y berreando si se sienten inseguros, con hambre o con alguna molestia.

    Después de unos meses, los bebés comienzan a reconocer a los padres y a descubrirse a sí mismos, se dan cuenta que tienen manos y pies y pasan largos períodos viéndoselos.  También comenzará una nueva forma de comunicación que a los adultos nos resulta fascinante. El bebé sonríe ante ciertos estímulos.
Los meses siguen pasando y con ellos van llegando nuevas actividades, juegos nuevos, nuevas tallas de ropa, las papillas, los biberones gigantes, y de pronto notarás que el bebé, ya se puede sentar solo sin irse de lado.  En los intentos previos a esta etapa seguro te sucederá que lo sientas y lo dejas como en equilibrio mientras volteas buscando a tu pareja para decirle emocionado:

- ¡Ya se sienta sólo!

    y todavía no acabas de decir “sólo” cuando escuchas el cabezazo contra el suelo seguido de un emotivo llanto, que te regresará de golpe a la realidad. En esta época y por los siguientes 5 o 6 años, tendrás a la mano un nuevo aliado, la pomada de árnica. Alivia el dolor y desaparece los chipotes rápidamente, con ello evitarás preguntas incómodas como:

- ¿Pues qué le pasó a tu niño en la frente? Porque eso no parece piquete de zancudo…

    Antes de que cumpla el año de nacido, el bebé aprenderá a desplazarse por sus propios medios, ya sea reptando, gateando o incluso caminando, en esta etapa los padres desarrollamos la capacidad de identificación de zonas de riesgo, en cuanto entras en un lugar nuevo, comienzas a ubicar contactos eléctricos a baja altura, aristas, desniveles, rampas, y objetos que puedan quebrarse, y que se encuentren a menos de 1 metro de altura.

     Así como huecos y barandales por donde quepa la cabeza o la criatura entera so pena de no volverlo a ver. En esta edad el inocente ya va y viene por todo el territorio que tenga a su alcance, aquí es cuando sube, baja, engulle, succiona, lame, inserta, empuja y jala libremente todo lo que encuentre a su paso.

     Aquí comienza una de las etapas más agotadoras para los padres, pues literalmente no pueden perder de vista al chiquillo que ahora es todo un explorador de lo que para él son nuevos territorios. Será común que como padre o madre del bodoque, te duela la espalda de andar tanto tiempo encorvado tratando de enseñarlo a gatear y a caminar, aquí una recomendación querido Pablo; salvo que exista algún impedimento de salud, todos los bebés tarde o temprano aprenden a caminar, así que no seas desesperado y dale su tiempo, no comas ansias. Como vivimos en un mundo donde todo va de prisa y todo queremos que suceda al instante, a los padres nos gana la desesperación por ver cómo nuestros hijos pasan a la siguiente etapa, sin siquiera disfrutar la etapa en la que se encuentran, como que rápido decimos: - bueno  finalmente ya aprendió sentarse, ahora si sigue que gatee, y no le damos oportunidad de nada, siempre queremos llevarlo un paso adelante.

    Yo te recomiendo que aprendas a disfrutar cada momento pues cada etapa es única e irrepetible. No entres en competencia en lo referente al desarrollo de tus hijos. No se trata de jugar carreras contra nadie, cada hijo va creciendo a su ritmo y los ritmos de unos y otros son diferentes.

    Y si crees que pasar tiempo encorvado o agachándote será sólo por enseñar a caminar a tu nuevo retoño, te equivocas, pues también será ahora cuando comiences a ver juguetes regados por toda la casa ya que en menos que lo imaginas, el bebé habrá descubierto lo divertido que es lanzar cosas por los aires, al final de cuentas tiene un par de progenitores que estarán dispuestos a ir por ellas para traérselas de regreso para volver a iniciar el juego.

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