domingo, 8 de diciembre de 2019

No es lo mismo vivir lejos, que vivir alejado.


Diciembre es buen pretexto para todo. A José Alfredo; le gustó “pa´que te vayas”, (Así lo dijo en “Amarga Navidad”), a mí en cambio, me gusta “pa´que regrese el que se fue” o mejor aún, “para que nadie se vaya.”  En esta época, muchos nos volvemos hipersensibles y nos da por exacerbar los sentimientos.

Los que están contentos lloran de felicidad, los que se sienten solos lloran de tristeza, los que tienen un amigo se sienten dichosos, los que tienen familia la aquilatan más que el resto del año.

Júntense los que puedan, abrácense los que estén cerca, platiquen los que tengan tiempo de no verse y hagan planes para reencontrarse los que quieran multiplicar buenos momentos.

La vida no es tan larga como se cree, en algunos casos, incluso es bastante corta. La vida es como es, altamente incierta, por eso conviene procurarnos buenos ratos. Vivamos y no sólo estemos viendo cómo viven los demás.

Equivoquémonos hasta aprender, sin miedo a la crítica ni al escrutinio. Aquí no hay forma de darles gusto a todos. Vamos por lo que nos hace felices, basta de ser críticos espectadores de los otros. Aplauso a los que hacen, inmersos en una mayoría que no se atreve ni a intentar.

Revaloremos el respeto a la libre identidad y a la dichosa diversidad que nos hace diferentes, a los que son fieles a alguna convicción, aun diferente de la mía. En este tiempo comprometerse con algo requiere valor y perseverancia; virtudes cada vez más escasas. Poco suma sentir placer por la petulante creencia de saberse superior.

Mantengámonos cerca y más de los que queremos, y busquemos tiempo, un poquito de tiempo, para abrir vínculos hacia nuevas  personas. Nuestra sociedad requiere de remiendos, en algunos casos desde la familia. Diciembre es un buen momento para ello. Es bueno recomenzar con saldo en ceros.

Si acaso me extrañas, reclámamelo, si acaso para alguien vivo lejos, nunca ha sido mi intención vivir alejado. Que la tecnología nos acerque, que podamos escucharnos la voz y las risas como entonces, que no nos conformemos con leernos en palabras. Que todo sea cuestión de querer, y no tengamos necesidad de más pretextos.

Feliz Diciembre 2019.

También en facebook en: El Cuaderno de Manuel