Diciembre es buen pretexto para
todo. A José Alfredo; le gustó “pa´que te vayas”, (Así lo dijo en “Amarga
Navidad”), a mí en cambio, me gusta “pa´que regrese el que se fue” o mejor aún,
“para que nadie se vaya.” En esta época,
muchos nos volvemos hipersensibles y nos da por exacerbar los sentimientos.
Los que están contentos lloran de
felicidad, los que se sienten solos lloran de tristeza, los que tienen un amigo
se sienten dichosos, los que tienen familia la aquilatan más que el resto del
año.
Júntense los que puedan,
abrácense los que estén cerca, platiquen los que tengan tiempo de no verse y
hagan planes para reencontrarse los que quieran multiplicar buenos momentos.
La vida no es tan larga como se
cree, en algunos casos, incluso es bastante corta. La vida es como es,
altamente incierta, por eso conviene procurarnos buenos ratos. Vivamos y no sólo
estemos viendo cómo viven los demás.
Equivoquémonos hasta aprender, sin
miedo a la crítica ni al escrutinio. Aquí no hay forma de darles gusto a todos.
Vamos por lo que nos hace felices, basta de ser críticos espectadores de los otros.
Aplauso a los que hacen, inmersos en una mayoría que no se atreve ni a
intentar.
Revaloremos el respeto a la libre
identidad y a la dichosa diversidad que nos hace diferentes, a los que son
fieles a alguna convicción, aun diferente de la mía. En este tiempo
comprometerse con algo requiere valor y perseverancia; virtudes cada vez más
escasas. Poco suma sentir placer por la petulante creencia de saberse superior.
Mantengámonos cerca y más de los
que queremos, y busquemos tiempo, un poquito de tiempo, para abrir vínculos
hacia nuevas personas. Nuestra sociedad
requiere de remiendos, en algunos casos desde la familia. Diciembre es un buen
momento para ello. Es bueno recomenzar con saldo en ceros.
Si acaso me extrañas, reclámamelo,
si acaso para alguien vivo lejos, nunca ha sido mi intención vivir alejado. Que
la tecnología nos acerque, que podamos escucharnos la voz y las risas como
entonces, que no nos conformemos con leernos en palabras. Que todo sea cuestión
de querer, y no tengamos necesidad de más pretextos.
Feliz Diciembre 2019.
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