martes, 5 de marzo de 2013

Saber llevar la edad

Saber llevar la edad
Cuando le pregunté su edad, me contestó que cuántos le calculaba.
- ¿Yo qué se?
No pretendía resolver un acertijo, lo único que quería era saber su edad.

Acto seguido pensé - Su cerebro no ha madurado a la misma velocidad que su cuerpo ha envejecido. – Pero tampoco se lo dije.

Hay gente que no saber llevar su edad. Nunca están satisfechos con la edad que tienen: Cuando tienen 15 quieren tener 21, cuando tienen 30 quieren tener 24, cuando tienen 40 quieren tener 32. Para esta gente siempre hay un desfase entre la edad real y la edad ideal.

¿Será que cuando tuvieron esa edad; que ahora anhelan, no la aprovecharon por estar pensando en lo que hubieran podido hacer si tuvieran 10 años menos?
¿Será que cuando tuvieron aquella edad, no tuvieron el valor para hacer lo que ahora si se atreven?

Envejecer no es pecado ni es delito, es una consecuencia natural, es el precio de estar vivo y además una condición universalmente democrática, pues el tiempo avanza al mismo ritmo para todos.

Envejecer es un mérito, un triunfo a la vida, una victoria que se gana cada día.
- Yo tengo 30 años con veinte de experiencia - dijo el cincuentón.
- Yo tengo 39 pero me veo como de 28 – dijo la cuarentona.
- ¿Tu cuántos me calculas?... (¿A quién le importa?)
- Pues yo voy a cumplir 42 - ¿Otra vez? - Le preguntaron sus amigas.
-Yo tengo 85 y no me quito ninguno porque todos me han costado, y cada uno me ha marcado. La vida me ha enseñado a valorar, no solo cada año, sino cada día.

Los años nos enseñan a ver la vida bajo otra perspectiva. (Daniel Colombo, lo narra más o menos así)
- ¿Cuántos años tiene usted? – le preguntó una joven a una anciana.
- No lo se- contestó.
- ¿No sabe cuántos años tiene?, ¿Acaso no sabe cuándo nació? – se sorprendió la joven.
- Por supuesto que lo sé – contestó la anciana – Sé cuándo nací y por lo tanto cuántos años he vivido, pero usted preguntó que cuántos años tengo, y los años que he vivido ya no los tengo, ya los gasté, los únicos que tengo son los que me quedan hasta el día de mi muerte, y esos no se cuántos sean. Acaso ¿usted sabe cuántos tiene?

Procuremos la vida cumpliendo muchos años, sin confundirlos con cumplir un año muchas veces.

Total, si la edad hay que llevarla puesta, más vale saberla llevar tal como es.
Bienvenidos mis 39