miércoles, 20 de junio de 2012

Carta al próximo presidente de México

Espero que tengas muchas ganas de llegar al poder, porque el reto que te espera es muy difícil. Noventa días de campaña son apenas una probadita, de lo que apenas empieza. A unos días de las elecciones donde obtendrás el triunfo, a pesar de no saber quién eres, sé muy bien lo que te espera.

Te espera más de medio país que piensa que tú no eres la mejor opción para gobernar. Es decir, más de medio país que piensa distinto a ti, es decir, más de medio país que no te quiere como presidente. Miles de personas lamentando que hayas llegado al poder, sin tener la capacidad para ello.

Durante este proceso electoral, el internet y en particular las redes sociales, jugaron un papel que nunca antes habíamos visto. Esto permitió que los mensajes de los candidatos tuvieran mayor penetración, pero también que la gente del pueblo, pudiéramos expresar nuestro sentir y nuestro pensar sobre los candidatos y sus declaraciones.

Bueno pues si eso fue en las campañas, imagínese lo que será en seis años de gobierno. Miles de mexicanos al pendiente de que cumpla lo que prometió, miles de escrutadores viéndolo diariamente y recordándole sus promesas, que de no cumplirlas, pasará a la historia y será recordado como un mal presidente. Lo que Germán Dehesa hizo con Montiel será un juego de niños comparado con lo que ahora pudiera pasar con una sociedad cibernéticamente conectada y mucho mejor informada.

Es cierto que hay muchísimos mexicanos que no tienen internet ni conexión digital alguna, este grupo de gente siempre ha existido y siempre estarán ahí. Pero también es cierto que otros tantos gracias a la tecnología y las comunicaciones, ahora estamos mejor informados, y contamos con mejores herramientas para conocer, entender, compartir, expresar, pero también para investigar, preguntar, exigir y si es necesario exhibir a quién no esté haciendo bien su tarea.

Respetable próximo Presidentes de México, no vaya a pasar por alto sus compromisos de campaña, recuerde con cuánto ímpetu los contrajo y con cuanta jactancia los presumió, tal pareciera que algunos ya estuvieran cumplidos.  Ni por error vaya a pensar que la sociedad le vamos a perdonar el hecho de no cumplirlos o dejarlos inconclusos.

Tampoco vaya a cometer el error de inventar excusas ni querer resolverlo todo con discursos, para cuando lea esta carta, seguramente las campañas habrán terminado, y con ella los discursos prefabricados.  Ahora los mexicanos sólo esperamos de su parte “Hechos”.

Tome en cuenta, señor presidente, que recibe en sus manos un México económicamente estable,  no se lo estamos entregando para que lo ponga de cabeza, no sea como el mal inquilino que arrenda una casa y la entrega después de seis años toda destrozada.

No olvide que prometió velar por la seguridad de los mexicanos, y hacer que la paz volviera a sentirse en nuestras calles,  estaremos ansiosos de que así sea y rápido preferentemente. Tampoco olvide que México ha sido sede de encuentros mundiales donde ha quedado demostrado que somos un país bien posicionado en el escenario mundial.  No podemos perder lo que se ha ganado.

Seguramente apenas ocupe su nueva silla, vendrán personas a buscarlo para cobrarle las facturas de los apoyos que “desinteresadamente” le dieron durante la campaña.  También habrá un sinfín de gente que se acercará buscando un hueso aunque sea de aguacate, por favor no vaya a declarar que son compromisos previamente contraídos, no pretenda burlarse del pueblo. Recuerde la frase de Abraham Lincoln, “Puedes engañar a algunos siempre, puedes engañar a todos a veces, pero no puedes engañar a todos siempre”, no pase por algo que somos demasiados los que estaremos vigilando sus movimientos. 

Anteriormente el Presidente de México permanecía blindado a la opinión pública como si se encontrara metido en un bunker, ahora pareciera que está en un escaparate a la vista de todos y que todos estamos viendo en qué momento da el resbalón para hacérselo saber.

Apreciable próximo Presidente de México. Dirigir a un país es una distinción que muy poca gente puede sentir en su vida. Pero dirigir a un país como el nuestro es algo que va más allá de una distinción, considero que es un honor y un privilegio solo para quien en verdad lo merece. El premio por un buen desempeño en el cargo, será el reconocimiento vitalicio de todos sus compatriotas.  El castigo, en cambio, por un desempeño pobre, tibio, improvisado, o deficiente, será un reproche que permanecerá vivo incluso después de su muerte.

No lo olvide, somos miles  y lo estaremos observando.






2 comentarios:

Conchita Garza dijo...

¡Qué Mensaje tan duro!... pero muy cierto.
Ahora somos más los que estamos mejor informados y contamos con esta herramienta de las redes sociales que llegan a todo el mundo.

Juan Ramón Herrera Pedroza dijo...

Totalmente de acuerdo mi estimado Manuel, espero que sea quien sea el que llegue a ocupar la presidencia lea tu mensaje que es, sin duda, el sentir de esa inmensa mayoría que no lo eligió. Saludos y recibe un fuerte abrazo.