jueves, 7 de julio de 2011

“No news, good news”

“No news, good news”.  Así reza un dicho americano que de este lado de la frontera suele ser muy utilizado: “Si no hay noticias, son buenas noticias”.  Durante mucho tiempo yo mismo he usado esa frase, pero a la fecha ya empiezo a poner en duda. 

Ya no se qué es mejor, si escuchar las noticias que ocurren en nuestro país, o escuchar a los periodistas forzando una triste nota para hacerla parecer encabezado de primera plana.  Me da gusto que el trabajo periodístico haya evolucionado tecnológicamente, pero en algunos casos veo con tristeza que la ética del periodismo se ha subordinado al “rating”.

En esta corta sentencia, veo varios cuestionamientos: Si no hay noticias, ¿será en verdad que no las hay?, ¿O será que no nos enteramos?  

Resulta inverosímil pensar  que en un país como el nuestro no haya noticias. Más bien convendría preguntarnos qué tipo de noticias son las que la sociedad busca y en qué medida los noticieros sacian nuestra sed de información.

Dudo que no haya noticias, quizá las que hay, a los medios  no les interesa publicarlas, es decir, quizá  sea una noticia gris, mediocre, de poco impacto o peor tantito quizá sea una buena noticia. ¿Qué morbo puede provocar en la audiencia una nota así?, es decir ¿qué interés va a tener el público para comprar esa nota?

Periodistas serios y profesionales siempre los ha habido. Morbosos y petulantes también, sin embargo ahora creo que hay más de los segundos que de los primeros. Me parece que con gran simpleza ahora le sueltan el micrófono o la pluma a un sinvergüenza que no tiene pelos en la lengua y que le da lo mismo decir mentiras que majaderías con tal de conseguir audiencia.

Otra hipótesis me hace pensar que si los periodistas no pueden dar ciertas notas, quizá sea por algo más que la audiencia, es decir, por su propia seguridad, o porque alguien les está comprando su silencio.

Pensémoslo dos veces la próxima vez, quizá es momento de empezar a decir: “No news, ¿good news?




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