sábado, 23 de julio de 2011

La generación de los setentas.

La Generación de los Setentas.
Nos ha tocado vivir una época marcada por grandes hitos históricos, seguramente los que nacimos en los setentas del siglo pasado, recordamos cosas como la caída del Muro de Berlín, la desaparición de la  URSS,  el atentado a las torres gemelas en Nueva York y por supuesto al irremplazable papa Juan Pablo II. En nuestro país, también recordamos cosas como el terremoto de  1985, el mundial del 86, los triunfos deportivos de Soraya Jiménez, de Ana Guevara o  de Karla Wheelock, seguramente recordamos las noticias impartidas en la televisión por Jacobo Zabludovsky  y el programa de Siempre en Domingo, el festejo de fin de año cuando recibimos el año 2000, y en forma más reciente las festividades del centenario de nuestra revolución y bicentenario de nuestra independencia. Muchas cosas han marcado nuestra época a los ojos de nuestra generación. Pero nos hemos preguntado ¿Cómo recordarán nuestros hijos, sus gloriosos años de infancia al lado de los bienaventurados padres que el cielo les ha dado?
Creo que en algunos años mis hijos se juntarán con los hijos de mis amigos y tendrán pláticas en las que bien que mal saldremos a relucir:
-          Te acuerdas que cada vez que salíamos a un restaurante, mi papá quería que comiéramos nuggets con papas?
-          Si, y eso no era lo peor, sino que siempre nos llevaban a comprarlos a Mc Donald´s
-          O nos quedábamos ahí, o pasábamos por el autoservicio y salíamos con nuestra cajita feliz directo a otro restaurante para que mis papás comieran otra cosa.
-          Era mejor quedarse en Mc Donald´s  porque en los otros restaurantes no había juegos.
-          Al principio no, pero después los pusieron en muchos lados.
-          Si, los mejores  eran los del Carl´s
-          Los juegos si, pero las estrellitas…estaban mejor los Mc. Nuggets…

En fin, cuidemos nuestras acciones, porque nuestros hijos tienen mejor memoria de la que nosotros creemos:
-          Y te acuerdas cuando le hablabas a tu mamá y te contestaba sin dejar de ver el facebook “¿eh?”, “¿mande?” y se quedaba con la boca abierta
-          Si, no manches el facebook del año del caldo, desde cuándo que lo quitaron por obsoleto
-          Era la onda en aquellos tiempos, y ahí los veías metidos horas
-          Y peor cuando tenían teléfonos y entonces no se desconectaban en todo el día
-          Me acuerdo que a mi papá le hablabas para lo que sea y siempre te contestaba  “ya voy, ya voy”

Queridos contemporáneos, también debemos ser precavidos cuando saquemos a los hijos a pasear en coche, ya que jamás olvidarán esa experiencia.
-          Y las pinches sillitas del carro… como en sus tiempos no había, no tiene idea de lo que es ir sentado en una de esas cosas.
-          El clásico de “¿Ya te amarraste…? Amárrate bien”,  alguna vez se habrán preguntado ¿Cómo me podría amarrar mal?
-          Y siempre les contestabas  - Si ya me amarré, pero ya se me cayó el juguete, ¿me lo pasas? - y ahí viene otra vez el regaño.
-          “¿Para qué lo tiras?”, ahora ya te fregaste, no cuidas nada, te lo paso cuando lleguemos, etc.
-           Y la otra frase típica era “No puedes comer nada en el carro” y chingas, toda la leche en el asiento… uf… mi papá empezaba contra mi mamá, - “¿Y si no pueden comer para qué les das leche? – yo no se las di, la agarraron sólos… ” y etcétera.
-          Y lo mejor era cuando los papás, ya sin decirles nada, ponían discos de niños para que no fuéramos peleando.
-          Claro, y que no se les ocurriera poner música de sus tiempos porque les armábamos un pancho…
-          Si, pobres jefes, además de chutarse a Cricrí en su época, se tuvieron que soplar a Barny, a Trepsi y a Tatiana y ya después a Hanna Montana todo el día.
-          Ya después con las teles en el carros… las películas que vimos como cien veces. No se como no nos aburríamos… “al infinito,  y más allá...”
Por cosas como esta y otras tantas, será recordados estos tiempos por la generación que nació en la primera década del siglo XXI,  pero todas y cada una de las cosas que aquí se menciona, no son sino distractores en menor o menor grado de lo que a una familia nos está tocando vivir.   Concentrémonos en que por encima de todo esto, nuestro hijos nos recuerden por el inconmensurable amor que siempre les tuvimos y que aprendimos a demostrárselos de una y mil maneras cada día.  Esa es nuestra tarea, ¿tú ya la hiciste hoy?

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