Aclaro que no soy médico, ni nutriólogo,
ni nada por el estilo, las recomendaciones aquí vertidas las he probado
personalmente y puedo decir que a mí me funcionan cuando me apego a ellas. Si
por el contrario usted es de las personas que hacen dietas pero las rompe a
cada rato, olvídelo, no habrá dieta que le ayude a llegar al peso o estado de
salud que quiere.
Aquí se vale comer de todo, en
esta dieta todos los alimentos están permitidos, lo único que debe poner
atención es en la cantidad de lo que ingiere y la periodicidad con que lo hace.
Comencemos
con los ejemplos.
¿Puedo comer frutas? – Si, pero
como tienen mucha azúcar, no pretenda comerse una papaya entera un día y dejar
de comer fruta el resto de la semana.
Coma fruta todos los días pero no se exceda, digamos, el equivalente a 2
tazas máximo y sólo por las mañanas y preferentemente acompañadas por ejemplo de
yogurt, almendras, nueces, etc.
¿Puedo comer verduras? – Si,
todas las que guste, y mientras sean tomates o verduras de color verde, puede comer todas las que quiera a la hora que
quiera. Con las de otros colores, modérese al igual que con los aderezos.
Pruebe las verduras solas o con limón y chile, verá que también saben
bien. Y si no hay más remedio que usar
aderezo, pues por lógica, póngale lo menos que pueda.
¿Puedo comer proteínas como carne
de res, cerdo, pollo o pescado? - Claro, además son necesarios para que tener
energía, pero siempre será preferible las carnes blancas que las rosas o las
rojas. Y si es de los que le gusta la grasa pegada al hueso y los tacos de
tuétano, por lógica evítelos o literalmente hágalo lo que dice el dicho: “Una
vez al año, no hacen daño”. Pero sólo una vez al año, relaciónelos con su
cumpleaños o con el cumpleaños de algún compadre de esos que les encanta prender
el asador.
¿Puedo comer pan, tortilla y
frijoles? - Si, pero sólo por las
mañanas, y por lógica, no se pase de 2. Y
si ya desayunó con tortillas y frijoles, ya no los coma durante el mediodía o
la noche. Y por si tiene la duda se lo aclaro de una vez: Si no se comió las tortillas y los frijoles en
el desayuno, ya no se los podrá comer ni al medio día ni en la noche. Se tendrá
que esperar hasta el siguiente día en el desayuno.
¿Puedo comerme unos tacos? – Por
supuesto que sí, a menos que quiera renunciar a sus raíces prehispánicas. Puede
ir a los tacos de su preferencia pero póngase reglas, por ejemplo: Irá a los tacos siempre y cuando lo haga
acompañado de su familia. Prohibido ir a los tacos solo o con amigos más gordos
que usted. Y una idea más, imagine que usted puede comerse un millón de tacos
en toda su vida, qué prefiere, echárselos todos en un par de años, o
dosificarlos a lo largo de toda su vida. Bueno pues con esa lógica, no se
exceda cuando el taquero le pregunte - ¿algo más, jefe? , - Así podrá disfrutar de sus tacos favoritos
por más tiempo.
¿Puedo comerme una rebanada de
pastel o unas donas? – Por supuesto que sí, es muy desagradable despreciar al
cumpleañero. Es decir, sólo lo podrás hacer cuando estés celebrando el
cumpleaños de alguien cercano, y por supuesto, siempre y cuando le haya hecho
un buen regalo. Y si acompaña sus postres con café o té… por lógica, ya no le
ponga azúcar.
¿Puedo comer pizza, hamburguesas,
hot dogs, papitas, botana y todo tipo de fritangas? – También puedes, más
deberás relacionar este tipo de comida con algún convivio con amigos o en familia
en donde se junten a ver una final de futbol o básquet bol, super bowl, serie
mundial o algo por el estilo. Pero
dijimos “una final” no el partido de cada semana. Es decir, tendrás que
relacionar este tipo de comida insana con algún deporte importante, no importa
si lo practicas o no, lo importante es que este tipo de chatarra sea
esporádica.
Y qué pasa si tengo que comer en
la calle y no tengo tiempo ni presupuesto para comida saludable. Pues pienso
que son pretextos. Si no tienes más
opción, come lo que puedas, pero compensa con una buena alimentación durante
las próximas 24 horas. Ahora que si todos
los días tienes la misma excusa y nunca puedes escoger comida saludable, el
problema no es la dieta, sino el poco interés de hacer algo importante por ti
mismo.
¿Puedo comer dulces, golosinas, mazapán,
chocolates, etc.?
Sólo cuando alguno niño te lo
ofrezca sin que tú se lo hayas pedido, o cuando te pidan que lo compres para
apoyar alguna noble causa. Verás qué pocos vas a comer.
¿Puedo comer papas fritas u
horneadas con queso, mantequilla y crema?
Claro, siempre y cuando la
combines con igual cantidad de comida de color verde y tomes más agua de la que
normalmente tomas.
¿Puedo tomar refrescos o bebidas
alcohólicas?
Claro que sí, pero por cada vaso
de refresco o cualquier otra bebida industrializada o alcohólica que tomes,
deberás tomar un vaso de agua del mismo tamaño antes.
¿O sea que puedo comer de todo?
Pues si, pero siempre trata de
evitar o al menos disminuir lo más que puedas los 3 polvos blancos: sal, azúcar
y harina en todas sus presentaciones. Si es imposible hacerlo usa las medidas
compensatorias.
¿Qué son las medidas
compensatorias?
Nuestro organismo no soporta los
excesos, así que por cada uno que tengas deberás autocensurarte comiendo sólo comida
saludable las siguientes 24 horas. Es
decir, que si por algún motivo no pudiste aguantar las ganas de comerte media
pizza tú sólo, o una bandeja de espagueti con camarones y crema, compensa
durante las próximas 24 o 48 horas con comida saludable y sin abusar de las
porciones.
También funciona cuando sabes que
algún día tendrás un evento en el cual visualizas que vas a comer en
exceso. Prepara tu cuerpo para ese día,
toma agua, no recargues tu estómago desde antes, y cuando llegue momento de la
francachela, recuerda que es mejor comer con moderación pues siempre será
preferible quedar con un poco de hambre, que harto de comer.
Ahora que si todo esto lo
acompañas con una rutina de ejercicio… por lógica, los resultados serán
mejores: cosas como preferir las escaleras tradicionales a las eléctricas, o a
los elevadores no representan un gran esfuerzo y le dan a nuestro cuerpo la
posibilidad de moverse más.
Hasta Don Quijote le dice a
Sancho Panza en uno de sus capítulos: “Come poco y cena más poco, Sancho, que en la oficina del estómago, es donde se
negocia la salud del cuerpo”
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