Acordarse del amor el 14 de febrero no tiene ningún mérito. Meritorio es
recordarlo el 5 de septiembre o el 3 de julio. Es decir, un día cualquiera, como
hoy, ya lo dijo Joan Manuel Serrat, cualquier día tiene la oportunidad de
convertirse en un gran día y el amor es un buen cómplice para eso.
Hoy quiero hablar del amor, más no del amor efusivo y alegórico que
suele vestirse de rojo y tener olor a perfume y sabor a chocolate. Yo quiero
hablar del amor callado. Ese que es capaz de sentirse cada día, ese que suele
estar presente en una relación después de cinco, diez, o veinte, o cincuenta
años de estar juntos. Ese amor, que te
hace despertar y ver a tu lado a la persona que amas. Un amor que te hace
levantarte cada día antes que la aurora y te llena de energía para la faena
diaria en la que unos van a la escuela, otros al trabajo y otros a atender las
labores del hogar que nunca terminan.
El amor callado, es ese amor que te hace llamar a casa para ver si todo
está bien, o que te hace elevar una oración al cielo pidiendo al Señor que
cuide de los tuyos.
Es el amor callado es el que te hace ceder, sin sentir el sabor de la
derrota, o te ayuda a evitar una confrontación estéril. Tal fue el sabio consejo
del hierbero que recomendó a una joven, tomar té de manzanilla para evitar
problemas con su pareja.
-
Hiérvalo, cuélelo,
y téngalo listo para cuando su marido la haga enojar. En cuanto sienta ganas de
contestarle, dele un sorbo al té y verá como el problema desaparece.
-
¿Y el sorbo
debe ser grande o pequeño? – preguntó la joven.
-
No importa
si es grande o si es pequeño, lo importante es que no se lo trague.
Amar es estar dispuesto a dar más de lo que nos gustaría recibir. Amar
es ser consciente de que podemos pedir pero antes debemos ofrecer. Amar es simplemente el deseo interminable de
querer estar juntos.
Quédate conmigo
Quédate
conmigo, como anoche,
contemos
una a una las estrellas,
dime
cuál te gusta por más bella
y hagamos
el amor toda la noche.
Quédate
y envuélveme en tus brazos,
deja
robarme de tu boca un beso,
que
al tiempo de sentir tocar tus labios
te daré
lo que soy, en alma y cuerpo.
Quédate
conmigo y abrazados
deja
sentir tu cuerpo junto al mío
fundiéndonos
de amor y desbordados;
nuestras
aguas, formando un mismo río.
Quédate
al igual que cada noche,
amante
y compañera de la vida,
que
amén de ser mi esposa, sólo quiero
pedirte
ser mi novia, cada día.
Un principio básico filosófico dice que uno no puede dar lo que no
tiene, por eso debemos comenzar por amarnos a nosotros mismos para poder
empezar a amar a los demás.
Otro principio oriental dice que si el amor es poco los defectos son muchos
y viceversa.
Tantas citas, conceptos y principios que se han escrito sobre el amor,
me llevaron a preguntarme ¿para qué
sirve? La respuesta la obtuve de una conversación entre una inexperta nieta y
su experimentado abuelo.
¿Para qué sirve el amor?
- Abuelo, dime una
cosa:
¿Para qué sirve el
amor? -
Me preguntó temerosa
de mis nietas la mayor.
- ¿El amor?... es
complicado;
y te lo dice un señor
que fue el más
enamorado
que hubo en su
generación.
- ¿Pero acaso el amor
sirve
para vivir la pasión?
-
y al decirlo, sus mejillas
se llenaron de rubor.
- ¿O es para recitarle
poemas al por mayor
a tu novio
o a tu novia
como el mejor orador?
- Después de toda una
vida
amando a quien fue mi
amor,
Bella Señora querida,
tu abuela; que esté
con Dios…
…Puedo decirte;
poniendo
la mano en el corazón,
que conozco la
respuesta
del enigma del amor.
… No es algo sin
importancia,
ni es un asunto menor.
¿Para qué sirve?
preguntas,
Yo te digo sin pudor.
… El amor sirve…,
saberlo;
hija de mi corazón,
para sentirlo y
hacerlo…
cuantas más veces
mejor.
Definitivamente concluyo que el amor existe
para que nuestra vida sea más amable.
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