Querido hijo, deberás entender que toda relación de pareja es una relación compleja. Me refiero al hecho de que al estar formada por dos personas, implica un constante ejercicio de dar y recibir, de ceder y pedir que la otra persona ceda también.
A lo largo de esta colección llamada “10 AÑOS no son nada…son todo”; y de la cual te dejo el último capítulo, te he contado muchas de las cosas que le suelen pasar a las parejas durante los primeros 10 años de matrimonio, claro que todo esto es (como dicen los abogados) “enunciativo, más no limitativo”. Aquí hemos platicado de cómo una pareja se conoce, se casa, tienen hijos, van sorteando diversas dificultades, y poco a poco van madurando.
Sin embargo, nos falta un tema fundamental en toda relación motivada por el amor, y me refiero a que es justo en los primeros años de vida conyugal, cuando las parejas aprenden a estar juntos en las buenas y en las malas.
Estar bien en las buenas no tiene chiste, pero debemos pensar que la vida no siempre será “miel sobre hojuelas”. Habrá acciones adversas que equilibren la balanza. Toda pareja vive momentos de pasión que tienen cabida en la intimidad y también toda pareja vive momentos de tensión que se suscitan al no encontrar la forma de ponerse de acuerdo, en ocasiones se pasan por alto los límites de la relación, y como consecuencia las cosas se ponen feas.
Toda pareja desde el momento del enamoramiento se sueña en la intimidad, tienen derecho a ella y nada los hace más felices que vivirla, tenerse y poseerse el uno al otro hasta saciar el deseo. Nada hace más feliz a una pareja, que vivir juntos aquel descubrimiento paulatino de uno en el otro.
Vivir el amor sin obligación ni condición alguna es entregarse en cuerpo y alma para vivir junto al otro el placer del amor. Con la plena consciencia de hacer aquello que juntos estén dispuestos a hacer o que juntos hayan acordado. Siempre respetándose en todo lugar y en todo momento, conscientes de que por un instante estarán uno y otro siendo parte de un cuerpo ajeno.
Pero igual de importante será que toda pareja tenga sus momentos de distancia, donde se deben permitir un generoso espacio de por medio, permitirse ser uno sin el otro y viceversa. Recordando que cuando se conocieron, se atrajeron por lo que cada uno era por separado y sin la menor ayuda del otro.
Es cierto y es de esperarse que la pareja en ciertos aspectos nos termine de moldear; lo cual no significa que uno cambie su manera de ser; ya que eso está demostrado que no funciona. Me refiero a que se espera que uno aprenda a ser mejor persona, gracias a que nuestra pareja ve cosas en nosotros que nosotros mismos no podemos o no queremos ver. Por eso es importante avanzar en el autoconocimiento y el crecimiento personal con la ayuda de alguien que nos ame.
Pero también es cierto que a veces las ideas de uno y otro simplemente no encuentran acomodo y entonces es momento de confrontarlas. Aquí vale la pena hacer una aclaración: La confrontación, la discusión y el enojo, debe darse en el nivel de las ideas, de tal forma que las ideas sean las que se confrontan y no las personas. Sé que esto es muy difícil cuando tiene uno la sangre caliente, así que mejor seamos claros.
Queda estrictamente prohibido lastimarse física y psicológicamente. Eso no tiene ni requiere mayores explicaciones, cuando las cosas no funcionan, resolverlas por la fuerza o por la tortura psicológica no soluciona nada. Los conflictos de pareja conviene resolverlos con la pareja solamente, jamás con terceras personas, a menos que se trate de una ayuda profesional que en ocasiones puede ser necesario y recomendable.
Tampoco conviene añejar los problemas, eso sólo hace que el resentimiento crezca y la carga emocional pese más. La mejor forma de resolver un problema es afrontándolo con la persona correcta, en el tiempo correcto y con la cabeza fría, es decir, de la forma correcta. Evitar a toda costa lastimar a alguien más, lastimarse a sí mismos y destrozar cosas, porque como está la vida, no está la situación para andar echando a perder nada.
Considero querido hijo, que la mejor forma de encontrar el equilibrio, es siendo conscientes de que la igualdad debe ser un acto consciente entre las dos personas que formen una relación. En una pareja, lo importante es considerar que ninguno es más que el otro, y por lo tanto no debe existir ni por momentos la idea de que alguno vale más que el otro. La igualdad será una fortaleza de la pareja si ambos son conscientes de que el bienestar de la pareja depende de los dos, y que los logros serán gracias a que ambos están poniendo la parte que les corresponda de acuerdo a sus roles y funciones.
Ya como colofón, recomiendo ampliamente que todas las parejas que están iniciando una relación, vivan al menos por un tiempo aislados del resto de sus familias. No sólo me refiero a vivir en otra casa, que eso es obvio, sino preferentemente vivir en otra ciudad.
Esta sola experiencia hace que la pareja se conozca ampliamente en todos los sentidos, que aprendan a contar uno con el otro en las buenas y en las malas y que no tengas otro lugar a donde ir, y por lo tanto que cuando pienses en celebrar algo lo hagan en principio con sus seres queridos y si por algún motivo tienen una pena, acudan antes que nada al mejor de los refugios, el hogar.
Vivir en pareja es todo un desafío, es una forma de vida que a muchos nos gusta practicar y en la cual incluso nos atrevimos a realizar un juramente (deja tu ante las instituciones) ante la otra persona, de que estaremos con ella hasta que la muerte nos separe. Bueno pues ese compromiso, que tanto trabajo le cuesta a algunos, es lo que comienza por marcar la diferencia cuando se habla de una relación que tiene la intención de ser duradera, de otra que tiene deja abierta la puerta a la posibilidad de convertirse en desechable.
Querido hijo, espero que cuando tengas la edad suficiente y te llegue el momento de tomar decisiones trascendentes para tu vida, escojas vivir tu vida acompañado de alguien más, ya que de esta forma la vida se disfruta mejor y las penas se sobrellevan más fácilmente. Creo que es uno de los mejores consejos que de mi parte podrás recibir.
Por lo demás, no esperes que escriba una segunda parte de este texto para hablar de los siguientes 10 años de matrimonio, como lo sabes en este nuevo ciclo que ya juntos hemos comenzamos a vivir juntos, nos esperan las adolescencias de los hijos y las menopausias de los padres, así que por si las dudas, mejor no prometo nada.
Te adora, tu papá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario