miércoles, 26 de noviembre de 2014

"10 AÑOS, no son nada... son todo" LA BODA (Capítulo III)

Querido Hijo, lo único que debería estar prohibido en una boda es sufrirla,  padecerla, o lo que es lo mismo, no disfrutarla.
La boda es la culminación del noviazgo, y en sí misma es un parte aguas entre dos etapas bellísimas de la vida.
En cuanto entregas el anillo de compromiso y recibes una respuesta afirmativa, lo que sigue es decidir todo lo relacionado con la boda. Fecha, lugar, invitados, y un sin fin de detalles. Realmente este asunto puede ser tan simple o tan complejo como tú y tu pareja lo quieran ver. Y para ejemplificar lo que digo, antes de compartirles algunos consejos, querido hijo, les voy a hablar de 4 tipos de boda a los cuales me ha tocado asistir y de los cuales te puedo mencionar algunas diferencias.
Primer tipo: La boda que organizan los padres de los novios, la que organizan los novios pero pagan los padrinos, las que se hacen gracias a  los invitados y la que finalmente organizan y pagan los novios. Pareciera imposible, pero aquí verás las diferencias.
La boda de los padres, es aquella en la que los novios asisten casi como invitados especiales. Es decir, que la boda la planean y organizan de acuerdo a los gustos, compromisos y presupuesto de los padres. Es común que en este tipo de bodas asistan cientos o miles de invitados, de los cuales los novios no conocen ni a la mitad. Los pleitos los suelen iniciar entre los consuegros, que como ya te imaginarás, tienen distintas formas de pensar, y los novios terminan por sentirse entre la espada y la pared. Los novios reconocen que quizá haya detalles que no fueron muy de su agrado, pero terminan por aguantarse por el simple hecho de que todo se los están financiando. Como comúnmente se dice, “A caballo regalado, no se le ve el colmillo”
Estas bodas más que un festejo de los novios, parecen un triunfo de los padres que al fin lograron casar al muchachito o a la muchachita con quien ellos querían. Suena medieval pero al menos a mí así me lo parece.
Suelen ser bodas inolvidables por el derroche con que fueron organizadas y porque la cobertura en los medios suele empezar desde que se organizan las despedidas de soltera de la futura desposada hasta el suplemento especial con todos los detalles del evento y la tornaboda.
En estas bodas como coloquialmente se dice, “se tira la casa por la ventana” los padres argumentan que es muy su gusto y que al final de cuentas para eso es el dinero para disfrutarlo, y realmente creo que tienen razón. Cada quién usa su dinero para lo que mejor le place. Aquello termina siendo un cuento de hadas con final feliz, al menos a los ojos de la sociedad. Aquí me parece que resulta conveniente hacer una pregunta a los novios: ¿Se casarían aunque no hubiera una boda con tales características?...
Segundo tipo: La boda que organizan los padrinos, es la boda en la que los novios no tienen el presupuesto para hacer la fiesta como ellos quieren, entonces invitan a muchos padrinos para que entre todos paguen lo que ellos no pueden pagar. Así que no te sorprendas si vas a una boda y descubres que hay padrinos de salón, de música, de fotos, de flores y hasta de platos desechables. Estas bodas también se vuelven inolvidables, porque a nadie se le olvida que los novios hincaron el diente a cuantos pudieron para hacer realidad el sueño de una boda que estaba más allá de sus posibilidades.
Si algún día, querido hijo, alguien te invita a ser padrino de su boda y percibes que la intención no es un asunto de cariño sino de economía, no te sientas comprometido a cumplirle su gusto, procede de acuerdo a tu forma de pensar y decide según tu gusto y tu conveniencia.
Tercer tipo: Las bodas que se hacen en algún destino turístico o de moda, para lo cual se suele contratar los servicios de un hotel de gran turismo en alguna playa paradisiaca. En estas bodas pareciera que los novios hacen hasta lo imposible porque los invitados no asistan. Estas bodas suelen caracterizarse por varias cosas, primero que nada existe la versión oficial de que los novios “siempre” tuvieron el sueño de casarse junto al mar (pero no junto al mar más próximo a donde viven, eso cualquiera lo hace,  sino al que esté más lejos, donde casi nadie pueda llegar); y aunque la mayoría de la gente suele saber que eso es una falacia, es lindo que te lo digan.  Aquí surge una paradoja, Nos vamos lejos para que casi nadie pueda ir, excepto aquellos amigos o familiares que tengan la suficiente solvencia como para financiarse el viaje y de paso financiarnos nuestra boda. Aunque parezca difícil de creer, en muchos casos así es.
Detrás de toda esta parafernalia existe un modus operandi muy bien organizado. Digamos que el hotel “Equis” ofrece a los novios un paquete de regalo en el que si les garantizan un número determinado de habitaciones para sus invitados (que yo les diría patrocinadores) entonces el hospedaje “todo incluido” de los novios y el evento en general suele ser a muy bajo costo o incluso gratis. En otras palabras, los románticos novios, te invitan a su boda para que les ayudes a financiarla (¿muy creativo, no?). Aquí me reservo mis comentarios adicionales (que ya te los podrás imaginar) por el hecho de que he recibido varias invitaciones a este tipo de bodas. A casi todas he dado las gracias por la invitación y me he disculpado por no poder asistir.
Por último y cuarto tipo: La boda que se hace de acuerdo a los gustos, preferencias y posibilidades de los novios, y que son organizada por ellos mismos. En este tipo de bodas, los novios tienen el control del evento y los pies pegados al suelo. Saben lo que cuestan las cosas y se ajustan a sus posibilidades con plena consciencia. En este tipo de bodas, generalmente asisten los amigos de los novios y los familiares más cercanos. Se convierten en bodas entrañables, honestas, sinceras y la gente las suele recordar gratamente. Además como saben que no se trata de un evento masivo, saben que si se les invita es por un asunto del corazón.
Y si, Querido Pablo, así es como funciona por ahora nuestra sociedad, por lo que cualquier semejanza con la realidad, no es ninguna coincidencia.

Continuará…
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