sábado, 22 de noviembre de 2014

"10 AÑOS, no son nada... son todo." El Compromiso (Capítulo II)

El compromiso, querido hijo, es el momento en el que sientes que estás listo para pasar a la siguiente etapa. Este momento no tiene reglas ni métodos, es un sentimiento, es algo muy personal, es presionar el botón que detona una vida nueva. Es un paso que una vez dado, no tiene vuelta atrás, no hay retorno.
Para muchas personas el momento de manifestar su compromiso a su pareja y pedirles que se casen con ellos, es algo que planean como todo un acontecimiento de amigos y familia. Para otras personas es simplemente algo muy íntimo. No hay reglas. Aquí cada quien refleja su personalidad y comienza a pensar las cosas en función de dos.
Cuando uno es parte de un noviazgo, debe estar al pendiente del termómetro del amor. Dicen que el amor es como la luna, y significa que cuando no esta creciendo, está menguando. Es decir, el amor jamás está quieto. Y si acaso pareciera estarlo puede ser porque la relación ha caído en una cotidianidad a la cual le hace falta algo de movimiento.
Un noviazgo es como una casa con dos fachadas, o se sale por delante, o se sale por detrás. Es decir, un noviazgo difícilmente durará como tal toda la vida. Así que generalmente el noviazgo es una etapa que dura un tiempo y luego se termina, ya sea por el rompimiento de la pareja o por pasar a la siguiente etapa. En mi caso, el matrimonio. También es cierto que muchas personas casadas seguimos diciendo que seguimos siendo novios, es una forma de expresar el amor hacia la pareja.
Si por el bien de la pareja es mejor que la relación termine, entre más pronto suceda la separación, será menos dolorosa para ambos. Si por el contrario la pareja decide continuar juntos seguramente  tenderán a formalizar su relación con algún protocolo. Esto ocurre cuando pasa por tu mente la idea de dejar de tener novia para comenzar a tener esposa.
Antes de hacer un compromiso para toda la vida, te recomiendo que en pareja, platiquen algunos temas que se consideran relevantes y que conviene abordar para conocer el punto de vista del futuro cónyuge. Ya que sería muy penoso que una vez comprometidos o peor aún, casados, descubras que hay diferencias en la forma de pensar sobre temas fundamentales. Eso haría más pesada la carga.
Hay temas difíciles de abordar, ya que pueden generar incomodidad en el otro, y eso estropea el buen momento que por ahora pueden estar pasando juntos,  sin embargo conviene hacer el ejercicio para tener claro el terreno que se está pisando, siempre será mejor conocer la verdad aunque sea dolorosa que estar fomentando una mentira que no podrá perdurar.
Un ejemplo de lo anterior es qué opina la pareja con respecto a los hijos, ambos están de acuerdo en tener o no tener, y en tal caso cuántos. Conviene saber cuáles son los planes del otro, con respecto a cuánto tiempo esperarse hasta tener hijos, y qué métodos anticonceptivos se piensan utilizar.  También es un tema importante comentar qué va a pasar cuando nazcan los hijos, quién se va a hacer cargo de ellos y qué roles van a tener cada uno. O qué pasa si por alguna causa no pueden tener hijos, qué piensan acerca de la adopción.  Son temas para los cuales quizá falta mucho tiempo pero no estorba en nada y por el contrario si ayuda mucho a saber cómo piensa tu pareja.
Los temas importantes cambian de persona a persona, para algunos será importante hablar de la convivencia con sus padres y hermanos, para otros hablar acerca de qué pasa si se mudan a vivir a otra ciudad, otros preferirán hablar sobre la política de las mascotas en el hogar, o acerca de si la mujer deja o no de trabajar cuando nazcan los hijos. Para algunos quizá sea importante definir quién lava la ropa, quién lava los platos o  saca la basura. Lo importante es que la pareja se acostumbre a dialogar y a ponerse de acuerdo sobre cualquier tema.
Hay quien pondrá por encima de toda decisión a la familia, otros a Dios, otros al dinero, o a sí mismos, o a los hijos, etc. Hay personas que están dispuestas a compartir su vida con alguien más, pero no su dinero. Eso te da una idea de su escala de valores. Por eso en esta etapa de la relación, es fundamental la comunicación. Hablar, hablar y hablar, alguna vez escuché que cuando los silencios entre la pareja comienzan a ser muy largos, es momento de pasar a la siguiente etapa. El riesgo de ese axioma es que nos podemos confundir ante los silencios de la pareja, creyendo que los temas más relevantes ya han sido discutidos y agotados, cuando en realidad sólo han sido evadidos y siempre pospuestos.
Cuando no se desarrolla la habilidad de dialogar sin pelear, la menor diferencia puede ser la causa de un disgusto, de una molestia mayor o incluso de un rompimiento.  Nuestra sociedad se ha acostumbrado tanto a lo desechable, que no es extraño que algunas parejas después de años de noviazgo, no puedan llevar una vida juntos, y mucho de esto debe a que en el noviazgo siempre se tuvo un velo o una pantalla a través de la cual las personas  sólo mostraban su lado amable y divertido.
En nuestra cultura, la tradición para representar el compromiso es regalar un anillo a la pareja. Con esta acción se da por estipulado que la pareja tiene un compromiso más allá del noviazgo.  Sin embargo, no hay reglas ni protocolo establecido para cumplir con este punto, hay quienes invierten en adquirir una joya y hay otros que lo hacen con algún objeto en forma simbólica.  Esta decisión será absolutamente de cada quién, y generalmente toma la iniciativa quien esté dispuesto a manifestar su disponibilidad ante el compromiso. O sea, el primero que esté listo y se anime a tomar la iniciativa.
Querido Pablo; cuando tomé la decisión de comprometerme con tu mamá, yo estaba trabajando en una obra de teatro. Tenía la oportunidad de declararle mi amor al final de una función a teatro lleno y con invitados especiales. Seguramente hubiera sido un momento inolvidable y divertido para mí, para mis amigos y para la familia. Pero sabiendo que tu mamá se siente más cómoda tras bambalinas que bajo los reflectores, decidí hacerlo en una forma diferente, como ella y donde ella se sintiera a gusto y feliz. Así que en la soledad de mi auto, en una noche tranquila le pedí que se casara conmigo y por fortuna me dijo que sí.
En resumen, lo más importante del compromiso, es el compromiso en sí. Lo demás es pura parafernalia.

sígueme en facebook en "El cuaderno de Manuel"

No hay comentarios: