No están locos, son Arquitectos.
Lo que sucede es que su principal
herramienta de trabajo es la imaginación. (Como los músicos, los pintores, los escritores y los artistas en general) De ahí
se deriva todo lo demás.
Por supuesto que el conocimiento
es importante pero no protagónico.
Los arquitectos saben mucho, es
cierto, pero a diferencia de los científicos, ingenieros, médicos o abogados cuyo conocimiento suele ser
abrumador, los arquitectos saben mucho de temas que los demás creen saber, por eso todo el mundo les discute. Sin
embargo, recomendamos tener cuidado al discutir con alguno de ellos, pues el
arquitecto es un artista, y puede fingir estar de acuerdo con usted, asentir
con la cabeza a sus argumentos, incluso
mantener la cara de interés y al
mismo tiempo estar pensando: ¡Qué pendejo eres!
Sin embargo los arquitectos también ignoran muchas cosas, por eso deben recurrir a la imaginación y saben que a veces, las mejores ideas surgen
en los momentos más inesperados. Por eso les encantan estos momentos y los
suelen buscar en el silencio de la noche, en el humo de un cigarro, en el fondo
de una taza de café, o en una conversación con amigos extraños, incluso más
extraños que ellos.
Para muchas personas, el sueño es
simplemente una rutina reparadora, para los arquitectos no. El sueño es la
oportunidad de explorar el inconsciente, el sueño puede ser el puente entre el problema
y la solución que la mente consciente no ha sido capaz de construir. Por si no lo
sabía, los arquitectos sueñan a colores y en 3D. Así que piénselo dos veces
antes de despertar a un arquitecto, puede interrumpir la obra maestra de un
artista.
En los momentos críticos, un arquitecto sometido a un estímulo puede abstenerse
de decir algo, pero jamás podrá abstenerse de pensarlo, por eso algunas veces se ríen solos.
Sin embargo en un estado de
relajación, los arquitectos siempre tendrán la capacidad de abstraerse hacia la nada, a un
espacio que sólo ellos conocen, donde la mente puede descansar sin pensar y el corazón puede reposar sin sentir. Así que no se sorprenda ni se enoje si al cuestionar a un arquitecto ¿en qué piensas? Obtiene por respuesta: “En nada”. No hay dolo, ni significa que no le quiera
decir, significa que está ante una persona que
puede dejar de pensar (incluso con los ojos abiertos) y seguir
respirando como cualquier mortal.
Los arquitectos aman las papelerías
y las tiendas de artículos de arte, su deseo creador va cien pasos adelante de
su verdadera capacidad creadora. Y ¿Sabe por qué? Porque los arquitectos están
acostumbrados a trabajan con cosas que no existen. Por eso siempre tienen a la
mano algún objeto punzo-rayante (llámese pluma, lápiz o similar) y papel, mucho
papel de diferentes formatos y colores, y grandes, de tamaño suficiente porque
la claustrofobia gráfica los ahoga.
Los Arquitectos, crean, diseñan,
inventan, para alimentar su espíritu libre, pero también analizan, estudian,
calculan, toman decisiones, y sobre todo, cuidan los detalles. No se preocupe si se topa con un arquitecto y
lo encuentra ensimismado. Puede estar en la búsqueda de algún concepto o en la creación
misma del concepto que no encontró.
Con afecto y admiración a todos
mis colegas.
2 comentarios:
soy arquitecto y comparto gran parte de lo que dices, no todo, pero si la mayoría. Digo no todo porque no comparto ese espíritu "épico" o al menos tan trascendente de la arquitectura. Lo comprendo, pero creo que no somos tan "superguays"...
Muy de acuerdo con el blog y el
Primer comentario, me identifico con casi todo. Me agradó bastante la parte de estar con los ojos abiertos pensando nada; somos pocos los que podemos hacer eso... (Conscientemente)
Publicar un comentario