Cosas de Mujeres
Mi hija me informó que iba a salir con su mamá.
- ¡Qué bien! – le dije - ¿A dónde van a ir?
- No te lo puedo decir, – me contestó haciendo una mueca - son “Cosas de Mujeres”.
Hasta se me dilataron las pupilas. Pero es inevitable, mi pequeño retoño está creciendo.
- Pues que les vaya bien, - le dije sin remedio – váyanse y diviértanse mientras los hombres de la casa, aquí nos desangramos de envidia.
Esperé hasta su regreso para saber que efectivamente habían hecho “Cosas de Mujeres” (díganme si no): Se probaron zapatos y ropa sin tener la intención de comprar nada, entraron a todas las tiendas que quisieron sin tener la presión (es un decir) de saber que los hombres estamos esperando afuera, vieron pinturas y accesorios para cabello y uñas hasta que se fastidiaron y finalmente compraron unos borradores con forma de frutas y paletas de colores.
Cosas simples y sencillas son las “Cosas de Mujeres”
Sin embargo, esta semana se discutió en la Suprema Corte de la Nación, la constitucionalidad o inconstitucionalidad de despenalizar el aborto. Tema polémico que divide y confronta opiniones.
Pareciera que el veredicto de la corte debe escoger entre el derecho a la vida del no nato o el derecho a la libertad de la mujer. Es una discusión infinita, puesto que se debate entre dos conceptos que no debieran ser excluyentes.
No se puede pensar que quien está a favor de la vida, forzosamente está en contra de la libertad de decidir de la mujer.
Ni tampoco se puede afirmar que quien defiende la libertad del género femenino, está deseando la muerte del no nacido.
Detrás de un aborto generalmente existe una historia de dolor. Me cuesta pensar que alguien aborte feliz de la vida. Decir que es un delito me parece radical. Podrá ser un pecado, pero ese es otro tema.
Hoy me pronuncio a favor de la vida, con más convicción desde que soy padre. No estoy a favor del aborto, me parece que tanto abortar como hacer abortar es arrebatar una oportunidad que no te pertenece. Sin embargo reconozco que por múltiples circunstancias hay embarazos no deseados, donde a los ojos de la madre, el aborto lo vislumbra como su única salida. Tan injusto es generalizar, como juzgar sin conocer.
Cosas profundas y complejas son las “Cosas de Mujeres”
Al caer de la tarde mi hija volvió con una sonrisa, feliz de haber pasado varias horas con su mamá. Mi esposa regresó cansada pero feliz también de haber pasado una tarde con mi niña.
Mi esposa está recordando lo divertido que era ser niña, mi niña está aprendiendo cómo ser mujer. Las amo por simples y por complejas, por sencillas y profundas, por niña y por mujer. Las amo porque son una parte de mí y porque siendo cual soy, tengo la dicha de ser parte de ellas.
De las mujeres nace la vida, por eso no concibo la vida sin mujeres; con todo y sus cosas. Luego entonces declaro: Que las “Cosas de Mujeres”, hay que verlas como “Cosas de Todos”.
3 comentarios:
Saludos Manuel... sigue escribiendo así de sencillo y bello.
Felicidades Manolo. Hermoso. Un verdadero canto a la vida. Además, muy bien y sintéticamente dicho: la vida y la libertad no son excluyentes. De hecho, si bien se piensa, la primera es condición indispensable para la segunda. Los "accidentes" que hacen que una mujer se vea orillada a un aborto son eso, accidentes, circunstancias transeúntes. La vida es lo esencial, permanente. Por eso, la única propuesta viable es ahogar con amor y comprensión esos accidentes que abren la puerta falsa de la muerte. Coincido: la solución no es castigar, sino solidarizarse con esas mujeres agobiadas por los prejuicios y la indiferencia, sin juzgar. Debemos asegurarles -nosotros, las personas concretas, no el Estado- que si no flaquean, cualquier tarde de estas podrán gozar con una hija la dulzura de esas "cosas de mujeres". (www.vifac.org)
Felicidades Manuel, comparto tu eleccion, a favor de la vida. Me gusto mucho tu columna. Saludos
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