lunes, 27 de junio de 2011

Ni todos mis amigos están en facebook, ni todos los que están en facebook son mis amigos

Usted disculpe, pero si está en mi facebook y en el último año no ha hablado conmigo, no me ha mandado un correo para saber de mí y para que yo sepa de usted (por favor no cuente las cadenas a San Judas, ni el informe sobre las propiedades del nopal crudo, ni las advertencias sobre seguridad de la AFI), si en menos de un año usted y yo no nos hemos procurado un abrazo de esos que te enderezan los discos de la columna, si no hemos compartido una mesa y una plática, si no hemos escuchado juntos una canción, si no hemos caminado juntos por alguna calle, si no hemos reído hasta que nos duela el estómago, o llorado por algún motivo que nos ponga a modo, por favor no se ofenda, solo acepte madura y serenamente que lo más probable es que usted y yo no seamos amigos.
Si por el contrario, eres de los que estrechan mi mano al tiempo de que nos vemos a los ojos, si en el último año has sentido al menos uno de mis abrazos, si nos hemos tomado tazas y tazas de café porque el discernimiento de nuestras conversaciones nada más no llega, o si has escuchado conmigo cómo se descorcha una botella de vino por el simple placer de compartirla, en fin; si sabes qué ha sido de mí y yo qué ha sido de ti y en verdad nos importa. Entonces lo más probable es que tú y yo seamos más amigos de lo que tú crees.
Pero esto no es una crítica, a lo sumo es un examen de conciencia donde no importa ser o no ser amigo mío. Lo verdaderamente importante es reflexionar sobre el valor de la amistad. Lo importante es tener y conservar amistades valiosas y auténticas. Se trata de hacer a un lado la soberbia de asumir que nuestros amigos saben que lo son y entonces ya no es necesario hacer nada.
Ser amigo es mucho más que aceptar una solicitud, es más que intercambiar los nombres en una reunión, es más que acordarse uno del otro y recordar que hace mucho tiempo que no se ven, ni se hablan, ni se oyen, ni se tocan. ¿Cómo se puede conservar una amistad así? Pensar que esto es posible, me resulta imposible de creer, y por encima de todo, no me gusta.
Tampoco hay que ser un radical que concluyen que los que no son amigos, entonces son enemigos. Esa conjetura es propia de un razonamiento estrecho y limitado. De lo que se trata es de reflexionar sobre la amistad. ¿Cómo se gana y qué se hace para conservarla?
Personalmente me basta sentir afecto por alguien, para quererlo considerar mi amigo y conforme cultivo esa amistad voy queriendo y conociendo más a mis amigos. Por lo tanto, una persona suele convertirse primero en “mi amigo” y después en “mi conocido”. Por lo que me cuesta entender a los que dicen: “no somos amigos, somos conocidos” habría que ser más objetivo y tener el valor de decir “no somos amigos, somos DESCONOCIDOS” o quizá “no somos amigos, ni mucho menos conocidos, apenas intercambiamos nombres y sostuvimos una plática frívola y superficial”.
¿Es relevante saber cuántos amigos tenemos?, ¿A partir de cuándo una persona comienza a ser tu amigo?, ¿Puede haber amistad unilateral, o tiene que ser bilateral?, ¿Por qué queremos más a unos amigo que a otros?, ¿Acaso hay diferentes niveles de amistad? Muchas dudas tengo sobre la amistad, pero también de algunas cosas estoy totalmente cierto: Tengo amigos a los que quiero tal como son y tengo amigos que me quieren tal como soy (que eso si tiene mérito). Hay mucha gente de quien me encantaría ser amigo, y otros tantos de quienes sería un gran honor volverme amigo.
Si estás de acuerdo conmigo, dímelo, si estás en desacuerdo, dímelo también, quizá me hagas ver el error y eso sin duda nos vuelva mejores amigos, no esperes que sepa lo que tú sabes, no esperes que entienda lo que tú entiendes. Reflexionemos sobre la amistad y ganaremos todos.
No perdamos la oportunidad de hacer buenos amigos y cuidemos que el camino que nos acerca a ellos, se mantenga despejado y libre de hierba.

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