ME GUSTAN LAS GUAPAS
(25 ENE 2014)
Me gustan las mujeres guapas porque se ven seguras de sí mismas. Y aunque algunas no destacan por ser bonitas, todas destacan por guapas.
Pero, ¿Qué significa ser guapo o guapa? El diccionario dice que es alguien “bien parecido,” luego refiere también a las personas “animosas”, “resueltas” y hasta “galanes”.
Yo me quedo más con lo de animosas y resueltas, es decir, aquellas que proyectan que se sienten bien consigo mismas. Aquellas que se saben llevar a sí mismas y se sienten orgullosas ante la vida.
Las guapas, no compiten con las bellas, con las que parecen muñequitas de pastel o modelos de televisión. Las guapas saben que están en otra dimensión, juegan en canchas distintas. Las guapas no compiten con nadie, no tienen necesidad de eso. Su interés no suele estar en competir, porque se saben únicas y lo son.
La mujer guapa se ve al espejo y se gusta, se sonríe, coquetea, y piensa en todo lo que es capaz de hacer. Usa ropa de la talla correcta y zapatos cómodos, no tiene el cuerpo perfecto pero al caminar, la energía que mana de su cuerpo es incluso más que la de una modelo en pasarela. La mujer guapa pisa con firmeza el suelo que camina, y no se detiene a pensar lo que otros piensan de ella; no suele tener tiempo ni cabeza para eso.
La mujer guapa, sabe que no tiene que ser talla siete, ni tener el cutis o las uñas perfectas para ser exitosa. La guapa sabe que el valor de una mujer, está en lo que sabe, en lo que siente, en lo que dice y en lo que hace. Suele ser trabajadora y multifacética, pero a pesar de tener una agenda llena, siempre está accesible a todo aquel que la requiera.
Una mujer guapa jamás pasará desapercibida, su presencia se siente, su ausencia se nota y su palabra se toma en cuenta.
Por supuesto que hay mujeres guapas que además son bellas, es un doble atractivo que a ningún hombre pasa inadvertido. Dejando claro que la belleza y la guapura son adjetivos distintos con encantos distintos.
La mujer guapa, tiene el control del tiempo, reconoce las oportunidades y se atreve. Siente mariposas en el estómago cuando se siente enamorada y juguetea con las manos para disimular su nerviosismo. Y aunque conoce sus debilidades, es capaz de poner nervioso a un hombre tan solo con la forma de mirarlo.
Y nosotros… encantados de que nos miren.
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