Te cuento que recientemente terminó la Feria Internacional del Libro en Guadalajara. Evento donde se dieron cita varios políticos de nuestro país y entre ellos, algunos de los precandidatos que aspiran a dormir en “Los Pinos” durante el próximo sexenio. No sé cuan cómodas sean las camas presidenciales, pero algo me hace pensar que los que duermen ahí, descansan poco.
Sin embargo, lo que más llamó mi atención no fue que asistieran al evento, sino enterarme de que los aspirantes de marras, ahora también escriben libros. - ¡Dios mío! ¿En dónde se estudia para ser político y escritor al mismo tiempo?
Yo pensaba, querido Santa, que a los políticos solo les daba por publicar libros (diciendo que ellos los habían escrito, por supuesto) después de haber sido presidentes. Sin embargo estos cuates, ávidos de reflectores, están publicando “su propio libro” antes de sentarse en la silla. Me intriga pensar ¿Qué van a querer escribir después? ¿Una enciclopedia?
Yo me pregunto: ¿En dónde estaban estas mentes iluminadas que tienen, deja tu el talento, “El Tiempo” para escribir un libro y ser simultáneamente candidatos a la presidencia de un país? ¡Gente multifuncional, es lo que necesita México!
Aquí parafraseo a Gabriel Zaid, tomando un fragmento de su libro “Los Demasiados Libros” donde subraya: “Debería ser obligatorio para todo escritor, haber leído mil libros antes de pretender escribir uno.” Zaid, desvela el aura de misterio que existe detrás de cada libro y le pregunta al escritor ¿Y tú para qué escribes?, ¿Para tu público de lectores?, ¿Para el mercado?, ¿O para tu currículum? Y con ejemplos palpables, en reiteradas ocasiones hemos visto que por más que se quiera ocultar la verdad, ésta siempre sale a flote, como la espuma.
Durante muchos años, querido Santa, la política de nuestro país ha estado manejada por políticos de muy baja ralea, que han manipulado escenarios y mentiras a su antojo y conveniencia. En la actualidad, seguimos siendo testigos de fraudes, abusos, excesos, corruptelas y más mentiras, que tienen por común denominador la falta de valores éticos y de compromiso con la ciudadanía. Pero insisto, el problema no es la política, sino la forma de actuar de muchos políticos. Bastará leer “Política para Amador” de Fernando Savater, para entender claramente esta diferencia. No se ustedes, pero yo estoy cansado de escuchar discursos demagógicos y de ver como se llenan los auditorios de aplausos lisonjeros. Estoy cansado de la mercadotecnia y de que me quieran vender la imagen de un candidato como si fuera un artículo de consumo. El resultado de tantos años así, es que tenemos una clase política tan devaluada, que cuesta trabajo creerle hasta cuando nos dice la verdad.
Hay un principio que dice “Si dos personas que trabajan juntas siempre están de acuerdo, es porque una de las dos no sirve para nada.” Este principio alude al hecho de que cada persona es única y por lo tanto merecedora de los tres derechos universales que debería tener todo ser humano: Derecho a sentir, derecho a pensar y derecho a expresar lo que siente y lo que piensa. Pues yo me pregunto: ¿Cómo hacen en las bancadas de las diferentes cámaras, para estar siempre de acuerdo entre sí, pero en contra de los demás? Me imagino un procedimiento así:
- Todos los señores de corbata roja digan “que si” cuando los de corbata azul digan “que no” y viceversa.
- ¿Y yo que digo licenciado?
- ¿Pues de qué color es su corbata compañero?
- Amarilla, creo.
- Ah pues usted diga que “no” a todo, siempre.
- Pues déjeme ver, porque no estoy de acuerdo.
- Perfecto, compañero, ya me entendió.
Por todo lo anterior, querido Santa, y en virtud de que este año he sido un ciudadano más o menos bien portado, para esta navidad quiero pedirte lo siguiente:
Que les des a los políticos que llevan las riendas de nuestro país, sabiduría y valor para que tomen las decisiones correctas, sin considerar los costos políticos que estas conlleven.
Que los candidatos que aspiran a ser presidentes de México esgriman propuestas claras y firmes que nos lleven a tener un mejor país.
Que la paz vuelva a sentirse en las calles de todos los pueblos y de todas las ciudades de México.
Que la impunidad y la corrupción se vuelvan parte de la historia de nuestro México y no sigan siendo el modus operandi de miles de mexicanos.
Que la educación, el empleo, la economía, la seguridad y la salud sean parte medular del plan de trabajo del próximo presidente.
Y aunque quisiera alargar la lista, digamos que por ahora me basta con eso…
Entiendo querido Santa, que hay dos caminos para ver cumplidos mis deseos: Un camino políticamente viable y otro totalmente milagroso. El políticamente viable, consiste en que te apiades de mis peticiones y me las concedas el día de Navidad. El camino milagroso sería que los políticos de todas las bancadas se pusieran de acuerdo para trabajar juntos por el bien de nuestro hermoso país, pero entiendo que está cabrón.
Mientras seguimos trabajando, veamos qué sucede primero.
Mientras seguimos trabajando, veamos qué sucede primero.
1 comentario:
Esperemos que Santa lea esta carta a tiempo para hacer algo.
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