sábado, 6 de febrero de 2016

"10 AÑOS no son nada... son todo" De Padres y Suegros (CAPÍTULO XXV)


Los padres y los suegros…

Querido Pablo, espero que con todo lo que te he platicado sobre mis 10 primeros años de casado, aprendas algo que te sea útil. Lo siguiente que te voy a contar, tiene que ver con el rol de los abuelos. Pero no con respecto a los nietos, sino en su rol de padres y suegros.

Cada vez que una pareja decide formar un nuevo hogar, llega el momento en el que los padres de ambos deben aprender a sobrellevar un nuevo rol con relación a sus hijos.  Dicho de otra manera, aunque los padres, siempre seremos padres de nuestros hijos, debemos entender que cuando ellos forman una familia nueva en un hogar nuevo, nuestro rol de padres cambia, pues no se espera de nosotros lo mismo que cuando nuestros hijos eran más pequeños y vivían en nuestra casa, bajo nuestras reglas y a nuestro cuidado.

Espero que cuando llegue el momento en que tú y tu hermana decidan hacer su propia familia y su propio hogar, pueda yo seguir el ejemplo que mis padres tuvieron conmigo; una relación de absoluto respeto y apoyo, es decir, que siempre han estado atentos a lo que uno pueda necesitar, pero también han sabido guardar la distancia y la prudencia, conscientes de que su opinión no siempre es necesaria, y que cuando se solicita, no es la única que se toma en cuenta ni necesariamente la mejor.

Esto que escribo en unos cuantos renglones, implica un alto nivel de madurez y un respeto ejemplar hacia la nueva pareja, que honestamente no todos los padres saben tener, y que en muchos casos no están dispuestos a aceptar. Sin embargo conviene aclarar que para que los padres entiendan, acepten y asuman su nuevo rol, los primeros que deben aceptar ese nuevo rol de los padres, son precisamente los hijos.

Querido hijo, todavía eres pequeño para entender esto, pero en nuestro papel de hijos al formar una nueva familia, debemos reconocer que estamos formando un nuevo hogar y se esperaría que como cónyuges asumamos el control de nuestra nueva vida, y que no pensemos que serán nuestros padres quienes  vengan a solucionar nuestros problemas, ni considerar que ante la aparición de los primeros problemas conyugales,  vamos a salir corriendo a refugiarnos a la casa de nuestros padres ante la impotencia de saber afrontar nuestra responsabilidad.

Cuando somos papás de hijos pequeños, la vida nos va enseñando qué y cómo educar a nuestros hijos, y con aciertos y errores vamos avanzando en el proceso del aprendizaje hasta que en un santiamén los hijos se hacen grandes y de pronto se van de la casa. Eso no está mal, por el contrario, creo que es lo mejor que le puede pasar a cualquier familia, preparar a los hijos para que eventualmente logren independizarse. Por lo mismo, como padres debemos evitar convertirnos en:

-         Padres controladores. Aquellos que les organizan a los hijos su vida, sus agendas y hasta sus comidas, con citas y compromisos “familiares” que tienen carácter de obligatorios sin considerar que la nueva familia puede tener otras prioridades.

-         Padres Entrometidos. Aquellos que quieren saber todo acerca de la nueva forma de vida de su hijos. No se nos olvide que nuestro hijo o hija ya tiene una pareja y por lo tanto alguien en su vida, que es más importante incluso que sus mismos padres. Así que tendrá derecho a dosificar la información y los detalles como mejor le plazca. Es decir, jamás será bien visto andar preguntando lo que no nos incumbe. Y para decirlo claramente, ser padres no nos da derecho a entrometernos en la vida privada ni mucho menos de pareja de nuestros hijos.

-         Padres que juzgan a los demás (con mucho respeto). Tampoco caigamos en el error de pensar que nuestra forma de vida es la mejor o menos aún, la única correcta.  Cuando los hijos salen del hogar, aprenden nuevas formas de vivir y de pensar, y puede ser que las nuevas formas lleguen a tener más influencia que las costumbres que siempre han existido en su familia. Si no hicimos un buen trabajo formando a nuestros hijos cuando fueron niños, por favor no lo queramos hacer cuando son adultos.

-         Padres celosos de sus hijos. Los que compiten con la pareja por tener la atención, el tiempo y el cariño de los hijos. Generalmente estos padres, se esfuerzan en descalificar cualquier idea, comentario, sugerencia, costumbre o forma de pensar que proceda de la familia política, poniendo al hijo como comúnmente se dice, “Entre la espada y la pared”. Y siempre exculpando sus palabras y sus acciones mediante el dicho de “…es por tu bien”

En fin, hijo, estos son unos de los comentarios que te puedo hacer con respecto a este capítulo, sin embargo no lo quiero concluir sin una última recomendación.  Así como los hijos apreciamos que los padres respeten nuestra vida conyugal, así los hijos debemos respetar su nueva rol de padres y eventualmente de abuelos. Es decir, no seamos hijos incongruentes, muy buenos para exigir que se respeten nuestros derechos pero muy malos para acordarnos de nuestras obligaciones. 

Un hogar nuevo, una casa nueva, y una familia nueva, demandan responsabilidades que no les corresponden ni a nuestros padres ni a nuestros suegros.  Hay parejas que a pesar de tener varios años de casados, siguen viendo a los padres y suegros como proveedores eternos y niñeras gratuitas. Si queremos ejercer derechos como adultos, debemos afrontar las responsabilidades como adultos también.


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