Se dice que una familia es funcional, cuando todos los miembros que la
conforman encuentran en ella el entorno ideal para crecer y desarrollarse
sanamente tanto física, como intelectual y emocionalmente.
Bajo ese precepto, los padres de familia tenemos el deber de procurar
el bienestar de nuestros hijos y mutuamente el de nuestra pareja. Sin embargo, en la actualidad lograr una
comunicación efectiva con nuestra propia familia resulta todo un reto: Los tiempos
de encuentro familiar suelen ser cortos, las actividades de los diferentes
miembros del clan son múltiples y muy diversas, las distracciones con las que
vivimos son muchas y por todo esto la convivencia familiar resulta cada vez más
superficial y por lo mismo, menos efectiva.
El tiempo especial, es un concepto que se refiere a la atención que se
le debe dar a cada miembro de la familia en forma independiente y
periódica. Los beneficios de aplicar
esta práctica, se perciben al mejorar la comunicación intrafamiliar, fortalecer
los lazos afectivos y estimular la confianza, así como permanecer informado de lo que ocurre en
nuestra familia, vivir experiencias juntos, tener proyectos de largo plazo,
compartir formas de pensar, etc.
El proceso inicia cuando el papá y la mamá por separado, programan
actividades únicas con cada hijo o miembro de la familia: por ejemplo, salir al
cine con uno de los hijos, arreglar el jardín con otro, ir de compras con alguno en particular, ir a
tomar un café, hacer un viaje, hacer una excursión, salir a dar un paseo en
bicicleta, armar un rompecabezas, bañar al perro, en fin, pueden ser
actividades tan sencillas o tan sofisticadas como las queramos hacer, lo
importante es que se hagan con cada miembro de la familia por separado. De esta
forma se van generando experiencias únicas.
Sin embargo no debemos olvidar que así como es importante que los
padres tengan actividades con cada hijo, también es importante que papá y mamá
programen actividades juntas sin la presencia de los hijos. El tiempo especial
que se le dedica a la pareja es indispensable para mantener una buena armonía
familiar. De aquí la importancia de salir al cine a ver películas que no sean
de corte infantil, tener pláticas de adultos, cenas románticas o cualquier otra
actividad que disfruten en pareja.
El tiempo especial, es un ingrediente de sana convivencia que aporta
mucha información e inigualables experiencias para el crecimiento y la
formación de todos los miembros de una familia, practicarlo con periodicidad
será una excelente forma de invertir nuestro tiempo, y créanme, los dividendos son
inolvidables.
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