No pienso votar por AMLO.
No creo en su diagnóstico como única causa, ni en su proyecto de nación como única solución.
No pienso como él, ni como sus seguidores. No concibo a un dirigente abriéndoles la puerta a personas con cuestionados antecedentes penales o morales, para que sean parte de su equipo de trabajo.
No creo en un líder que dice que todo está mal y que promete que cuando él llegue todo estará bien. Una persona que no es capaz de ver la realidad con objetividad, pierde credibilidad.
Considero que el señor con creces ha dejado claras sus capacidades e incapacidades, así como su nivel ante sus adversarios. (Que tampoco son perfectos claro está, y de los cuales hablaré después).
Por más de 20 años he tenido que trabajar con gente de muchos partidos e ideologías políticas, y he visto que la corrupción y la impunidad no es propia de uno o de dos partidos. Los vicios como las virtudes no radican en las instituciones, sino en las personas.
Es falso que todos los que representan a un partido político, son o actúan de igual manera, ni para bien, ni para mal. Por eso conviene ser más críticos y auto críticos. Razonar nuestro voto, ir más allá de nuestro primer pensamiento, informarnos y tratar de entender cómo será nuestro futuro si apoyamos las propuestas de uno o de otro candidato.
Conviene Ir más allá de lo que dice un video o un meme, conviene escuchar varias voces; no sólo las que nos endulzan el oído. Conviene leer a más de un columnista, y escuchar a más de un comentarista, conviene hablar del tema en familia, en el trabajo y con los amigos, hacer que las ideas se confronten sin que las personas salgan lastimadas, así tendremos mejores elementos para construir nuestra opinión.
Yo no creo en AMLO y lo reitero, pero aclaro que tampoco estoy de acuerdo con quienes se burlan de él, de sus ideas, de sus ocurrencias, ni de su edad. Tampoco apoyo los insultos ni los calificativos despectivos hacia su persona ni a sus seguidores. Si algo nos falta como mexicanos es elevar nuestro nivel de educación y aprender a respetarnos, y sobre todo aprender a respeta a quienes piensan diferente. Él y algunos de sus seguidores ha dejado claro que de este tema, saben poco.
Seamos mejores ciudadanos para poder exigir mejores políticos. Nuestro ejemplo hará la diferencia, entonces sí, sabremos cuándo somos más.
(Una disculpa a quienes me leen en el extranjero, este texto tiene un tema local y pasajero)
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