La convivencia con menores de 2 años
Para un niño de hasta 2 años, la vida consiste en explorar
todo lo que esté a su alcance.
Para ellos, los padres representamos
seguridad. Como ya lo dijimos, es una
etapa sumamente agotadora para papá y mamá, porque los niños ya se
desplazan, y por supuesto que acompañarlos
en sus desplazamientos esta es una forma de convivencia de la cual no nos
podemos escapar, me refiero a caminar junto con ellos.
Otra de las
habilidades más fascinantes en esta etapa es que su lenguaje se empieza a
desarrollar y entonces comienzan a hablar o a inventar sus propios
vocablos. Aquí me doy la licencia de
brindar algunos consejos no solicitados para los papás. Enseñen a sus hijos a
hablar correctamente, y empiecen por decirles el nombre real de las cosas.
El perro, por ejemplo, se llama perro, no se
llama gua-guá, como muchos creen, el tren se llama tren, y no chu-chú, como
algunos padres suelen mentir, y por favor, no les hablen a sus hijos con voces
fingidas semejando a niños chiflados, o como si fueran adultos que no saben
hablar, lo único que están haciendo es que sus hijos se acostumbren a escucharlos
de esa forma y al rato ellos imiten el modo, - Total, – pensarán ellos – así es
como hablan mis papás. Enseñen a sus hijos el verdadero valor del lenguaje,
pareciera una exageración, pero considero que es una importante base para la comunicación que debe haber en toda
familia.
Juegos, canciones propios para esa edad se transmiten de
generación en generación, y en las tiendas
aparecen juguetes nuevos y muy creativos por montones, creo que a los
hijos en esta edad, hay que enseñarles todo lo que podamos, para ellos,
nosotros somos en gran medida su mundo. Muchos padres se llegan a sorprender
que los niños desde esa edad sean capaces de jugar con una tableta
electrónica o un teléfono, si lo hacen y
lo pueden hacer todo el día si los dejamos. Considero que no debemos privarlos
de la tecnología que tenemos al alcance, pero será un error, si abusamos de
ello y pretendemos que la tecnología se convierta en nuestra mejor niñera.
En la convivencia diaria quiero hacer referencia a un
comportamiento de los padres que me parece necesario señalar. Cuando eres padre
de un niño tan chiquito, es necesario que tomes conciencia de que el niño tiene
necesidades distintas y niveles de tolerancia diferentes a las que tiene un
adulto, aunque te pueda mucho, habrá
lugares y eventos que quizá disfrutas mucho asistiendo solo, pero que resulta
una imprudencia (que es lo de menos) e incluso un riesgo asistir con niños. Por
ejemplo, eventos donde hay aglomeraciones de gente, o donde no hay baños en
buenas condiciones. De esto tomé un poco
de consciencia cuando junto con mi familia viví en Zapopan Jalisco. Ahí nos
dimos cuenta que el municipio prohíbe que los niños menores de 2 años ingresen
a las salas de cine incluso a ver películas infantiles. En principio pensé que
se trataba de un asunto de evitar que el niño molestara a los demás
espectadores, pero luego me explicaron que no, sino que el sonido del cine en
ocasiones es tan alto que puede llegar a lesionar el sistema auditivo de un
menor.
De igual forma me ha tocado ver gente con carriolas en
ferias, conciertos y peregrinaciones donde a veces no puedes ni caminar de
tanta gente que hay, Considero oportuno recomendar a los padres de estos
pequeños que por un tiempo se abstengan de asistir o más bien, de llevar a sus
hijos a lugares no aptos para pequeños.
No es una gran privación, más bien es atreverse a conocer
nuevas formas de divertirse teniendo a un pequeñito a nuestro cuidado. No pasa
nada si te pierdes aquel concierto, no pasa nada si dejas de ir a donde siempre
has ido, o si ya no eres el último en retirarse de las fiestas, las condiciones
han cambiado y sobrevivirá mejor el que se logre adaptar a las nuevas
circunstancias.
Por el contrario, esta nueva etapa nos traerá cosas muy
positivas. En esta edad, los niños comienzan a hacer sus primeras gracias, se
ríen, juguetean, son sumamente entendidos. Incluso algo tan inocente como
recoger un juguete y ponerlo en su lugar puede llegar a convertirse en un
juego, - ¡Qué bien se porta!, - llegarán
a pensar los papás – y qué entendido es… - incluso una pequeña travesura puede
llegar a ser considerada como una gracia que amerita foto, video y publicación
en redes sociales. Está bien, es lo de hoy… La ternura está en el ambiente todo
el tiempo. Lo que los padres ignoramos, es que aquel comportamiento tan dócil,
no será para siempre…, si no me creen,
esperen a que cumplan dos…
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