El virus llegó a la familia. Mi esposa permanece aislada en una habitación. Mis hijos y yo, ahora usamos cubre bocas también dentro de la casa. Era una cuestión de tiempo. Por mucho que te cuides y extremes precauciones, llega un momento en el que todos los cuidados son insuficientes.
La importancia de prepararte
física, mental, emocional y económicamente ayuda mucho. Es importante tener un
plan con anticipación y platicarlo con todos los miembros de la casa, así todos
sabremos qué podemos esperar y cómo debemos actuar.
Ya habíamos tocado el tema en la familia
varias veces. ¿Qué pasa si alguno de nosotros se enferma o nos enfermamos?,
¿Cuál habitación vamos a usar como habitación covid? ¿Cómo vamos a convivir con
el enfermo? ¿A qué médico vamos a recurrir y qué tratamiento vamos a seguir?, ¿Sólo
se medica el enfermo o todos los miembros de la casa?
Por ahora los síntomas han sido
desde leves hasta moderados. Las instrucciones médicas las estamos siguiendo al
pie de la letra y como nunca, cada miembro de la familia tenemos medicamentos
hasta para repartir.
Este texto lo escribo, después de
mi rutina de ejercicio, que no es gran cosa, pero que realizo cinco días a la
semana, sin más propósito que mantener mi salud lo mejor posible. Y sí, si me
da flojera y sí me cuesta trabajo. Así que haciendo a un lado la humildad, considero
importante seguir fomentando la consciencia, ojalá logre inspirar a alguien
más.
Los que más saben del tema,
comentan que tarde o temprano todos nos vamos a contagiar. El reto es postergar
el momento lo más posible y procurar que para cuando llegue, nos agarre
vacunados o al menos en un buen estado de salud.
Preparación física: Hacer algo de ejercicio sin excusas ni pretexto,
comer muchas verduras y alimentos ricos en vitaminas. Dejar de fumar y
cualquier vicio que afecte nuestra salud. Eliminar el consumo de comida
chatarra. Tener en casa un oxímetro, un termómetro, platos, vasos y cubiertos
desechables para usarse en caso de contagio. Hacer un plan, que contemple una
habitación exclusiva para el enfermo, preferentemente con baño, que no tenga
que compartir. Tener en casa gel, alcohol, y artículos para limpieza y
desinfección, y estar al tanto de las recomendaciones de fuentes de información
oficiales y confiables.
Preparación mental: Aceptar que todos somos susceptibles a contraer
el virus, y que la actitud con la que lo asimilemos y sobrellevemos, ayuda no
sólo al enfermo, sino a las que personas a su alrededor se angustien menos. No
dejarse influenciar por fake news, ni
por comunicadores, medios amarillistas, o campañas sensacionalistas que sólo
confunden y generando angustia y miedo. Dejarse asesorar por profesionales de
la salud y seguir sus instrucciones confiando en sus conocimientos y su
experiencial.
Preparación emocional: Hable con las personas que van a estarán
preocupadas por usted, hágales ver que será importante mantener la calma en
caso de enfermarse, pues así la enfermedad será más llevadera. Comparta sus
emociones y sentimientos con transparencia, y aproveche para estrechar y afianzar
lazos emocionales entre las personas que más quiere. Una actitud positiva ante las dificultades,
sí hace la diferencia.
Preparación económica: Las medicinas necesarias para combatir el
covid, ni son pocas, ni son baratas, se dice que los hospitales están llenos, y
que algunas personas incluso con seguro de gastos médicos, no pueden ser
internadas por falta de espacio. También existen medicamentos, suplementos e
insumos como el oxígeno y otros componentes, que pueden escasear o ser
difíciles de conseguir. Conocer diversos proveedores, tener contactos, direcciones,
teléfonos y hasta cotizaciones, puede ser útil.
Estar Atento y Permanecer Alerta: Estar atento a los síntomas y no
menospreciar ninguno, está siendo la diferencia más importante entre una
atención oportuna y una atención tardía. La rapidez con la que se inicie un
tratamiento, si marca una diferencia sustancial en la evolución de los
pacientes y el restablecimiento de su salud.
Sabemos que en este tema no hay una verdad absoluta ni mucho menos que
la mía sea una voz autorizada para hablar del tema. Las recomendaciones
vertidas en esta columna, obedecen al sentido común y a la experiencia de
conocidos, amigos y familiares que ya pasaron por lo que nosotros estamos
pasando ahora.
Nadie podrá decir que desconocía
del tema o que el virus lo tomó por sorpresa. Es cierto que la buena salud no
se puede garantizar, pero bajar el riesgo de enfermarnos sí, pues depende en
gran medida de lo que cada uno estemos dispuestos a hacer.