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domingo, 25 de octubre de 2015

"10 AÑOS no son nada,,, son todo" El Segundo Embarazo (Capítulo XXIV)

Querido hijo, El segundo embarazo de una familia no necesariamente se parece al primero. Así como en una familia todos los hermanos somos diferentes entre sí, ahora sé que las diferencias comienzan a notarse desde el embarazo.

En nuestra familia, supimos de tu llegada gracias a tu hermana mayor. El apego hacia su mamá resultaba fuera de lo normal, sus ganas de llorar estaban a flor de piel ( si de por sí…); y lo que para nosotros comenzó siendo un misterio, se convirtió primero en una sospecha y después en una gran felicidad, tu llegada estaba confirmada y programada para finales de enero próximo.

La emoción que como padres sentimos, está ligada al placer de ver cómo crece la familia, y cómo resulta necesario hacer ajuste en cuanto a espacio, agenda, planes futuros y demás.  También existe una emoción inmensa de querer comunicar la nueva noticia a todo el mundo, pero sobre todo a alguien en especial, al hermano mayor.

Decirle a los hermanos de que van a tener un hermanito, es dar una gran noticia.  Ver su reacción es algo único, pues no es común que la gente reciba ese tipo de noticias. Así que sin más, lo hicimos y como era de esperar, primero la confusión y luego la felicidad se reflejaron en el rostro de tu hermana. A partir de ese momento éramos 3 los que con ansia te esperábamos, claro que tu hermana pensaba que llegarías al siguiente día, y rápido comenzó a traer juguetes y sonajas para recibirte.

Hubo que explicarle que el tiempo de espera es largo y necesario, y aunque le costó trabajo entenderlo se acostumbró a la idea de que su hermanito estaba en la panza de su mamá, y ahí fue durante toda la gestación, el lugar donde recibiste besos, abrazos, canciones, caricias, y hasta juguetes que tu hermana traía para ti.

            Para la mamá, durante todo el segundo embarazo, siempre está la referencia del primero: La vez pasada no me sentía así, y ahora sí. La vez pasada no me dieron estos achaques ni antojos y ahora sí.  Ahora como que me  duele aquí y la vez pasada no, etc. Es imposible no hacer comparaciones. Pero por encima de todas ellas, la vez pasada tenía todo el tiempo para pensar en su primer y único bebé, y ahora no, ahora tiene un hijo de 1, 2 o 3 años, o quizá más, que está vivo y demanda su atención, su tiempo y sus cuidados, y todo eso sucede mientras su cuerpo va nutriendo y formando al segundo hijo que lleva dentro.

            Creo que además del evidente proceso de gestación, el embarazo cumple otra importante función en la forma de pensar de los padres, pues mentalmente vas a aprendiendo a cuidar a un hijo sin descuidar al otro, y sobre todo, a darle a cada uno su tiempo y su lugar sin experimentar sentimiento de culpa por atender a uno haciendo a un lado al otro. Y por su parte, ellos aprenden que para cada uno hay turnos y tiempos qué esperar.

            Para el papá, el tema del segundo embarazo además de emocionante, resulta también un inmenso aprendizaje, pues uno aprende a dividir y equilibrar los tiempos y formas de atención hacia la pareja y hacia el primer hijo, y sobre todo a este último, pues casi seguro que cuando uno le ofrezca apoyo a la pareja, ésta le dirá -Ayúdame con el niño…

            Conforme el tiempo va avanzando y el vientre de la madre va creciendo, las tareas más cotidianas se vuelven más complejas, pues simultáneamente la madre va ganando peso y perdiendo movilidad mientras el primer hijo va creciendo, va adquiriendo nuevas habilidades y teniendo nuevas necesidades. Será ahora cuando más querrá que lo carguen; si todavía es un niño de brazos, y si por ejemplo al inicio del embarazo el primer hijo apenas gateaba, para cuando vayamos en el noveno mes, el primogénito habrá adquirido la habilidad de caminar y de correr y la madre por el contrario habrá perdido agilidad y velocidad al desplazarse. Ahora será mayor el cansancio acumulado durante los meses de gestación, y por otra parte estará más latente el pensamiento de que la hora del alumbramiento está cada vez más cerca.  Por su parte el hijo o hija mayor sabrán perfectamente que dentro de poco tiempo habrá otro miembro en la familia y lo que comenzó con una gran emoción por tener alguien con quién jugar, ahora se torna en la cada vez mayor sospecha de que pronto habrá en la casa un pequeño rival con el que habrá de competir por ganar la atención de papá y  mamá.

            No será fácil explicar al hijo mayor que la cuna, los peluches y los nuevos accesorios para bebé, ya no son para él, y que debido a que él ya es grande, ahora tendrá juguetes y sobre todos derechos nuevos a los que sólo tienen acceso “los mayores”. Es decir, una de las tareas más importantes del padre, consiste en hacerle ver al hijo mayor que nadie lo está desplazando, y que el hecho de que llegue una hermana o un hermano a la familia, no va a generar una lucha de poderes, sino una familia más fuerte. Sin embargo, y a pesar de toda la buena comunicación que como padres tengamos con nuestros hijos mayores, siempre habrá en ellos el sentimiento que magistralmente explicaba Quino, a través de su entrañable personaje “Mafalda”: - Siento como si los corazones de mis papás fueran a abrir una sucursal.

            Todo esto en teoría es muy sencillo, pero en la práctica habrá que estar mentalmente preparado para entender que lo que por ahora son momentos de angustia, son sencillas pruebas para fortalecerse como familia, pues bajo el mismo techo, habrá que tolerar los berrinches y rabietas del primogénito, el cansancio, temor y mal humor de la madre que ya sabe lo que le espera, y un agotamiento físico y mental del padre  que por momentos ya no pide más queso, sino salir de la ratonera.


            Pero como a cada gran esfuerzo le llega una gran recompensa, nada se compara con la alegría de llegar a un feliz parto que da como resultado una familia fortalecida, una orgullosa y amorosa madre, un orgulloso cuanto preocupado padre, y un primogénito con sentimientos encontrados, feliz de finalmente conocer al ansiado hermanito, pero confundido de corroborar  lo que ya suponía y que atinadamente nos dijo Mafalda en otra de sus tiras cómicas: - Yo siempre estuve de acuerdo en tener un hermanito, pero nunca dijimos que iba a vivir en la misma casa.

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lunes, 2 de febrero de 2015

"10 AÑOS no son nada... son todo" El Embarazo (Capítulo XIII)


Los siguientes 3 meses, personalmente es la etapa que más me gusta del embarazo. Aquí las mujeres lucen radiantes, se ven hermosas y llenas (literalmente) de vida. El embarazo es evidente, ya no se puede ocultar, la ropa las hace verse más bonitas y ya pasaron los fastidiosos mareos.

Aquí es también cuando la pareja tiene la opción de conocer el sexo del bebé y a la par,  pensar en el nombre que tendrá el nuevo miembro de la familia. Aquí un mar de posibilidades está presente. La elección del nombre, te recomiendo que sea un acuerdo de ambos y no una lucha de poderes.

El:       -  Si es niño, le ponemos como yo, y si es niña le ponemos como tú.
Ella:    - Ay no, si es niña le ponemos como mi mamá.
El:       - No, mejor como la mía.
Ella:    - Bueno está bien como la de ambos.
El:       - No qué te pasa, un solo nombre, ¿Para qué le ponemos dos?
Ella:    - ¿Y por qué nomás uno, que sean dos y bien sonoros.
El:       - Me gustan los nombres con carácter, pero sólo uno.
Ella:    - A mí los nombres con bonito significado, por cierto hay una página en internet…
El:       - ¿Y si le ponemos el nombre del día que nazca?
Ella:    - O sea que le pongamos ¿Domingo? ¿o qué?
El:       - Quiero decir, ponerle el nombre del Santo que traiga el día.
Ella:    - No, hay unos nombres bien raros…
El:                   - Bueno, si es hombre, se llamará como yo, y si es mujer qué te parece si le ponemos Mónica, es un bonito nombre.
Ella:    - ¡Bah!, ¿y por qué Mónica? ¿Quién es Mónica?
El:       - Nadie, nada más me gusta el nombre…
Ella:    - Si, seguramente…. de seguro así se llamaba una de tus novias.
El:       - Te juro que no.
Ella:    - A ver ¿Qué tal si le ponemos Carlos?.... ¿A  ver?...  también es bonito nombre.
El:       - ¿Cual Carlos?… Nunca me dijiste que tuviste un novio que se llamara Carlos.
Ella:    - No tuve ninguno…
El:       - No mientas…
Ella:    - ¿Y si le ponemos “Masiosare”? como el extraño enemigo…
El:       - Que chistosita, no me cambies el tema...

Como puedes ver, querido Pablo, ponerle nombre a un hijo es algo que puede ser simple, pero también muy, pero muy complejo.

Ahora, comentemos algunos detalles sobre los últimos 3 meses del embarazo, esta etapa vuelve a ser muy pesada para la mujer, aquí el peso del bebe y el tamaño del vientre cada vez mayor va haciendo las cosas cada vez más difíciles. Les resulta cansado estar mucho tiempo en la misma postura ya sea paradas, sentadas e incluso acostadas. No se pueden poner los calcetines, ni cortarse las uñas de los pies por sí solas. Ni pensar en cargar cosa muy pesadas, subir muchas escaleras, estar en una aglomeración o incluso manejar.  El cansancio se va a cumulando e incrementando conforme pasan los días, además aparece una nueva variable, la tensión de saber que se acerca el momento del parto.

Aquí también puede ser que las piernas, los pies, incluso la cara de las señoras se comiencen a hinchar. Aquella figura de la mujer jovial del quinto y sexto mes, se irá tornando en la de una mujer que poco a poco ya no puede más. Querido hijo, este nuevamente es tu momento. No sabes cuánto bien le hace a una mujer sentir que no está sola en esto.  No sabes el miedo que sienten de saber que están a punto del gran momento y no sabes cuán satisfactorio resulta para ellas tener un hombre a su lado que las ame más que nunca.


Aunque ya quedamos que la mujer lleva la parte más difícil, no hay que menospreciar la labor del padre, ya que no será poca la energía que requiera para seguir haciendo su trabajo y mucho del que antes hacía la señora. Su nueva condición hace que uno se deba tornar más acomedido y comprensivo que de costumbre. No será raro que la mujer requiera ayuda incluso para vestirse, ya no digamos con las faenas del hogar. Aunque también es común (y más en estos tiempos) encontrar algunas mujeres verdaderamente intrépidas que se sienten totalmente autosuficientes y con ganas de irse manejando hasta el hospital todavía el día del parto.  Señoras, déjense ayudar.  Nadie las va a juzgar de inútiles si piden algo de ayuda, además muchas personas (y no se diga su marido) estarán encantados de brindar apoyo hasta en las tareas más simples. Guárdense ese: “Pero si yo todavía puedo”, “Me siento bien”, (y nadie lo duda, pero es un riesgo grande el que corren muchas veces innecesariamente). Además, no se preocupen, ya vendrá el tiempo de demostrar lo fuertes que son. 

"10 AÑOS no son nada... son todo" El Embarazo (Capítulo XII)



Estoy seguro, querido hijo, que cuando vivas un embarazo escucharás de tu mujer la frase: 

- “Yo lo tengo que cargar nueve meses”. 

Y así será, y no se te ocurra decir: 

- “Si, pero el bebé no habla ni se queja, y yo te voy a tener que aguantar tus estados de ánimo los mismos 9 meses y luego a él lo tendré que mantener los próximos 20 o 25 años…” 

Nada de eso, querido hijo, calladito te verás más bonito. Aunque lo pienses no vale la pena mencionarlo. El sacrificio de tener un hijo es de ambos, pero siempre será mejor que reconozcamos que el mayor sacrificio lo llevan ellas. Dicho de otro modo, si dices algo que parezca contradecir el pensamiento femenino al respecto del embarazo no te traerá nada bueno, y de todas formas hay que hacer lo que hay que hacer. Tú cumple con tu parte y que todo el mérito se lo lleven ellas. 

Durante el primer embarazo es común que ambos cometan errores, la misma inexperiencia hace que en muchas ocasiones no sepan que hacer. Quizá te llegue un espíritu sobre protector y pienses que tú eres el encargado de ver y vigilar todas las actividades que hace tu mujer por el hecho de que lleva dentro al hijo de ambos. No cometas el error de querer controlar la vida, los alimentos ni las bebidas de tu mujer, mientras no percibas una situación que parezca patológica, ella se encargará de cuidar al bebé mejor que cualquier hombre. No entres en histeria sobre protectora como a mí me pasó en una ocasión, en la que acudimos a un concierto con tu madre recién embarazada y me pasó por la cabeza que el ruidazo y el exceso de vibraciones podían afectar al bebé. Claro, ahorita suena ridículo, pero en el momento la falta de experiencia nos delata al grado de pensar locuras. 

Lo que siempre será muy bien visto por las señoras embarazadas y eso si te lo recomiendo mucho, es que te solidarices con ellas lo más que puedas, sobre todo en temas restrictivos. Por ejemplo, si el médico le llega a prohibir algún alimento a tu pareja, inscríbete en el régimen y solidarízate también. Esos detalles fortalecen la relación de pareja como no tienes idea. 

El embarazo es como un período menstrual de 9 meses, te lo advierto. El humor, el carácter, el estado de ánimo de las mujeres está como en una montaña rusa; arriba, abajo, a un lado, al otro. Si en tu plan de vida está escrito el renglón de tener hijos, más te vale que sea con una mujer a la que en verdad ames con todo el corazón, porque de lo contrario te será muy difícil soportar todo lo que ocurre en esta etapa y en las que siguen. 

Y mira que te lo digo con conocimiento de causa, pues yo tuve a mis hijos con la mujer que quise, en el momento que quisimos, en condiciones económicas y emocionales estables y aun así a veces llega a ser muy complicado. Digamos que por momentos alcanzas a entender por qué en algunas familias existe violencia intrafamiliar. No me imagino la crisis por la que pasan aquellos que tienen a los hijos cuando todavía no estabas preparado para ello, sin tener nada qué ofrecerles, o todavía peor, con quien no querían tenerlo. Sin embargo con una buena planeación de las cosas, los hijos llegan a las familias, como tu y tu hermana llegaron a la nuestra, a enseñarnos la mejor parte de la vida.

Dar la noticia del embarazo a terceras personas es algo importante y festivo. La gente te felicita, se regocija contigo te cuenta sus experiencias, te da ánimo y te dice que aproveches todo lo que puedas para dormir ahora porque después será imposible. 

Prepárate para escuchar consejos. Los consejos llegarán por toneladas a tu vida aunque no los pidas. Toda la gente estará encantada de compartirte lo que para ellos fue esta etapa en su vida y tendrás que escuchar sobre embarazos y nacimientos seguramente mucho más cosas de las que quisieras saber. 
Tanta información, tiende a confundirte, y si a eso le sumas tus propios pensamientos y sentimientos, aquella experiencia es como para volver loco a cualquiera. Pero tranquilo, todos los que somos, estamos aquí gracias a que alguna madre ha sabido sobrellevar un embarazo, es decir, en el mundo hay mucha experiencia acumulada sobre el tema, y ahora es momento de que tú la aprendas y sobre todo, crees tu propia experiencia. 

El ritmo del embarazo lo va a marcar la mujer. Ella te irá diciendo qué siente y cómo se siente. Tu trabajo será estar todo el tiempo al pendiente de ella. Pero eso no es todo, eso es solo la generalidad de tu trabajo, porque en lo específico tendrás que estar alegre si ella está alegre, ser solidario si ella está triste, ser comprensivo si está melancólica y ser su principal soporte cuando el miedo se apodere de ella. Tus reacciones deberán ser rápidas y ahora más que nunca deberás captar incluso las señales más sutiles. 

Recuerda que las mujeres (salvo raras excepciones) no piensan ni dicen las cosas de la misma forma que lo hacemos los hombres, así que ahora más que nunca trata de adivinarle el pensamiento. 

Pero hablemos de los primeros 3 meses del embarazo. Aquí solo ustedes y sus conocidos sabrán que están embarazados, así que no esperen que la gente sepa lo que ustedes saben, ni mucho menos esperen que nadie les de un trato especial por ello.

A las señoras generalmente no se les nota el embarazo en este tiempo y si se les empieza a notar, muchas personas, sobre todo las que no ven con cierta frecuencia, no les harán ningún comentario si ustedes no sacan primero el tema, pues los demás no sabrán cómo preguntar si están embarazadas o si simplemente engordaron un poco. 

Claro que las embarazadas harán todo lo posible por sacar la panza para que todo el mundo vea que por ahí va pasando una embarazada, y es que su condición para ella, es motivo de orgullo. Tampoco será raro verla entrar en tiendas especializadas en ropa para embarazas ni en tiendas temáticas de bebés. Todo esto será parte de la emoción de estar viviendo una nueva etapa, comienzas a descubrir que existe toda una industria de millones y millones de pesos que gira alrededor de esta etapa de la vida, y es natural, porque embarazadas, siempre hay. Y como cosa extraña, en esta etapa te darás cuenta de que hay más embarazadas de las que tu pensabas, sólo que como ahora te fijarás en eso, descubrirás que hay muchas. 

Para compensar tanta felicidad, estos meses suelen ser también los más incómodos en cuanto a malestares físicos como mareos, vómitos, náuseas, etc. Será algo con lo que tendrán que lidiar, aunque entendiendo que cada mujer es un caso distinto. También es probable que se presenten antojos por comer o tomar cosas que generalmente no consumen. Bueno todo es parte de lo mismo, habrá que ser consentidor y solidario lo más que se pueda. 

Antiguamente se decía que nadie te enseñaba cómo ser un buen papá o una buena mamá. Es cierto que nada se compara con serlo, pero actualmente hay muchísimos libros, video, revistas, páginas de internet, conferencias, etc. Que te informan y te orientan sobre esta etapa de la vida. Si acaso tu mujer te comparte artículos, libros, revistas, páginas o ligas especializadas sobre el período de gestación, es importante que demuestres interés por lo que a ella le parece interesante. No hacerlo puede culminar en mandar un pésimo mensaje a la mente de tu señora. Así que si no quieres escuchar un: - “A tí no te importa nada de lo que yo siento ni por lo que yo estoy pasando " - Entonces lee y atiende todo cuando puedas sobre el tema. Sobre todo si ella te lo pide. 

En estos 3 meses, comenzarás a vislumbrar un reacomodo en la escala de valores de ti, de ella y de ambos. La presencia de un nuevo integrante de la familia hace que las cosas se reacomoden. 

No te sorprenda escuchar frases como estas: 
- Cuando nazca el bebé, ya no vamos a poder…
- Cuando nazca el bebé, cómo le vamos a hacer para…
- Ve pensando dónde vas a poner tus cosas, porque cuando nazca el bebé…

Y resulta que el bebé viene a cambiar el orden y las prioridades de dos adultos que tienen usos y costumbres que pensaban que nadie les iba a cambiar.

"10 AÑOS no son nada... son todo" El Embarazo (Capítulo XI)

Querido Pablo, en este capítulo te voy a contar cosas que te van a resultar difíciles de comprender mientras no lo vivas. Un embarazo hay que vivirlo. 
Tu mamá me citó en un lindo restaurante italiano para darme la noticia. Con el tiempo me confesó que no sabía cómo hacerlo, así que se limitó a extraer de su bolsa la impresión de una ecografía en la que aparecía una minúscula mancha blanca. 

-¿y eso qué es?
- Pues… adivina….

Me quedé observando la impresión de lo que parecía una mala fotografía de cámara polaroid, tratando de entender lo que me trataba de decir, hasta que finalmente la idea cayó en mi mente como piedra en el agua - ¡No mames! – fue lo único que pude exclamar. 

- ¡Que poco romántico!, ¿cómo me dices eso? – me reclamó con los ojos llenos de lágrimas.
- ¿O sea que vamos a ser papás?...

Sobra decir que me puse de pie y nos dimos un gran abrazo. No pude quitar la sonrisa de mi boca en toda la tarde. A partir de ahí, no hemos dejado de hacer planes.

Los 3 primeros meses del embarazo son un coctel de emociones cada día. Cuesta trabajo hacerte a la idea de que existe alguien adentro de ella. Es natural que por momentos te embargue el miedo pues se trata de una situación nueva para la pareja y como tal hay dudas acerca de todo. 

¿Qué debo comer?, ¿Qué debo hacer?, ¿Qué debo evitar?, la realidad es que la percepción de la vida comienza a cambiar a partir de ese momento y son tantos los temas que llegan a tu mente, que no sabes ni por donde comenzar. 

Como este texto lo estoy escribiendo para ti, querido Pablo, me centraré en hacerte algunas recomendaciones para que vivas esta etapa lo más tranquilo y en paz posible, pero disfrutándola al cien por ciento.

Mi principal recomendación es la siguiente: No te preocupes por el bebé, del bebé se va a encargar ella, tú preocúpate por tu pareja. Sin duda alguna y aunque el embarazo es una cuestión de dos, la parte más difícil la lleva la mujer. Así que mantente atento a ver por ella y estar atento a sus necesidades. 

Actualmente hay muchísima información sobre métodos de concepción, embarazo, parto, etapa de lactancia y demás temas relacionados con esta etapa de la vida, bueno pues no se te ocurra decir, insinuar, ni mucho menos actuar de tal forma, que haga parecer que dichos temas no son de tu interés. Tu pareja estará ávida de saber acerca de esos temas y será un apoyo muy grande para ella que tú también te intereses en conocer cada una de las etapas por las que su cuerpo va a pasar, así como el proceso de desarrollo del nuevo miembro de la familia. 

Antojos, mareos, sueño, etc… todo esto ocurre en los 3 primeros meses del embarazo… en algunos casos no solo la mujer tiene, estos síntomas, también el hombre puede pasar por ellos. En mi caso no recuerdo haber tenido ningún antojo en particular, pero si tuve un síntoma que me duró todo el primer embarazo: tuve sueño, mucho sueño durante 9 meses. A pesar de que dormía y dormía bien, siempre tuve sensación de sueño. Y tu mamá, pues qué te diré, no hubo antojos exóticos, pero si le daba por comer cosas que regularmente no come tanto, como papas con chile y refrescos. 

Mareos, náuseas y malestar en general, en nuestro caso hubo poco, pero hay mujeres que lo pasan muy mal. Así que mi principal, por no decir mi única recomendación es pedirte que estés atento a lo que a ella se le pueda ofrecer.
En la mayoría de los casos, la primera persona que sospecha del embarazo es la mujer. Acto seguido procede a confirmar la sospecha para darle la sorpresa al marido. Algunas mujeres hacen de este anuncio todo un evento, y creo que tienen razón, pues no todos los días se da una noticia de esta naturaleza. Habrá sin duda mujeres que prefieran acudir al médico en pareja para recibir la noticia juntos y al mismo tiempo. Esto también es algo muy personal y cada quien lo resuelve como mejor le parece.

Cuando el embarazo se confirma la emoción suele ser mucha y existe una explosión de sentimientos encontrados, es probable que la pareja quiera festejar, pero caen en cuenta de que su idea de “festejo” quizá ya no es del todo compatible con la nueva condición de la mujer. 

A partir de este momento habrá cambios en la dinámica familiar y ambos tendrán que estar preparados para soportar cosas nuevas. Pero insisto, tu no tendrás que preocuparte mucho por el bebé, de él se va a encargar quien lo lleve en su vientre, tu tarea por todo el tiempo que dure el embarazo será cuidar a tu mujer.

domingo, 18 de enero de 2015

"10 AÑOS no son nada... son todo" La Llegada de los Hijos (Capítulo X)

El matrimonio, como lo hemos comentado antes, querido hijo, es una etapa en la vida, en la que uno tiene permiso de tener hijos, sin que sea socialmente criticado. Al contrario, la gente te felicita en cuanto se entera de que serás padre o madre. 
Quizá no lo sepas, pero en la época de oro del cine nacional se filmó una película llamada “Cuando los hijos se van”. Es un drama que habla de la separación que experimentan los padres cuando los hijos se vuelven adultos, sin embargo, y por supuesto que a manera de chiste, yo comentaba que si querían hacer un verdadero drama, debieron titularla “Cuándo los hijos llegan” o “Cuando los hijos NO se van”. Creo que los temas eran demasiado fuertes para la sociedad de mediados del siglo XX. Quizá la película hubiera funcionado como método anticonceptivo. De hecho, es probable que esta parte del libro sirva como tal. Así que léelo; querido Pablo, bajo tu propio riesgo.
Cuando los hijos llegan, los padres, tanto en lo individual como en su concepción de pareja, pasan de una etapa a otra, de eso no hay duda. Es como cerrar un círculo y abrir otro, como cerrar una vida y comenzar una nueva, es terminar con una época (estuve a punto de escribir “una era”) y comenzar una nueva. Y a pesar de que la nueva forma de vida tendrá sus emociones y sus placeres, será natural experimentar una nostalgia y por momentos casi un duelo por la época que terminó.
El matrimonio pasa de ser una familia de dos, a ser una familia de tres miembros o más. Esta obviedad que pareciera tan simple de entender, genera toda una revolución en la dinámica familiar, por ejemplo: Para salir de su casa, digamos al cine, al trabajo o a una reunión de amigos, la pareja anteriormente debía tomar las llaves, cartera o la bolsa, quizá lavarse los dientes, peinarse y estar listos en menos de 10 minutos.
Con hijos, esa simple dinámica cambia radicalmente. Ahora en principio, será probable que dejen de salir a todos esos lugares por un tiempo. Y en caso de que salgan será preciso de manera consciente y razonada verificar el clima y el pronóstico para las siguientes horas. Hacer coincidir la salida con la hora en la que el bebé esté de buen humor y no sea su hora de comer o de cambiar el pañal. Pero eso no es todo, salir implica llevar la ropita; con la que un soltero podría sobrevivir un mes en una montaña, como calcetas, pañaleros, mallas, camisetas de manga corta, de manga larga, playerita, blusa, suéter, chaqueta, cobijita, gorro, guantes y zapatitos, todo esto para estar preparados por si hace frío, por si hace calor, por si llueve, por si se moja, por si se orina, por si derrama la comida, por si se vomita, por si se ensucia, y nunca estará de más un cambio para los papás, por si nos vomita mientras estamos dándole de comer o haciéndolo repetir.
Por cierto tampoco debemos olvidar los accesorios para su seguridad, limpieza, cuidado y entretenimiento, como pañales, talco, toallitas húmedas, crema para las rosaduras, perilla para los mocos, toallita para el vómito, y la cobijita para taparlo (2 si es invierno), todo en 2 tantos por si el primero no funciona o se estropea al momento de estarlo usando.
También debemos llevar los biberones esterilizados, leche, cucharita medidora, esterilizador, termómetro, calentador de biberones, chupón, sonaja, carriola, corralito y accesorios similares. Todo ello de marca de reconocido prestigio y socialmente aceptado, si no quieres tener problemas con tu pareja, o con tu familia política. Conste que te lo advertí, porque de no hacerlo te arriesgarás a que la depresión post parto se extienda por tiempo indefinido.
Nada es complicado. Toda la dificultad radica en que jamás lo has hecho, pero todas estas actividades se llegan a dominar en menos que canta un gallo. Y no solo eso, sino que además llegas a considerarte experto en la materia a grado de que se convierte en tu nuevo tema de conversación y después de dos semanas, cometemos el exceso de hablar de él como si a todo el mundo le importara cuánto es tu tiempo récord en cambiar un pañal o en preparar un biberón.
Compartir las tareas es importante. Sin duda el bebé es de los dos, y la madre ya bastante hizo con llevarlo dentro de sí durante 9 meses. Así que recomiendo ampliamente que el padre (no obstante que lo va a mantener por más de 20 años) se involucre en todas las actividades de cuidado, aseo, protección y entretenimiento del nuevo miembro de la casa.
Esto no significa que la labor de la madre terminó con el parto, para nada, ahora es cuando el asunto se pone bueno, porque ahora las necesidades del bebé son distintas a las que tenía cuando estaba en gestación, por lo tanto ahora será más demandante y es cuando la pareja debe hacer un frente común y apoyarse incondicionalmente.
Papá y mamá tenemos distintos roles y funciones con respecto al nuevo hijo, sería inútil pedirle a un padre que amamante a su bebé (por poner un ejemplo), pero en la dinámica familiar el simple acompañamiento a la pareja y tratar de comprender antes que esperar ser comprendido, es lo que hace que el amor madure y perdure.
Los hijos son como “El Coco”, el miedo más grande no es cuando llegan, sino cuando sabes que van a llegar. Es decir, la tensión comienza antes de su llegada, para ser exactos digamos que la tensión llega cuando se dan cuenta de que están embarazados…


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